Parque Calixto García, de Holguín, Cuba. Año: 1900 |
Quizás las dos grandes y primeras concentraciones en el
parque Calixto García después de la llegada del siglo XX fueron las acontecidas
el 22 de abril de 1902 para darle la bienvenida a don Tomás Estrada Palma,
quien llegaba a Cuba para tomar posesión de la primera magistratura y la
acaecida un mes después, el 20 de mayo, en la que se proclamó la instauración
de la República.
El Presidente en Holguín. (Tomado del periódico “El Eco
de Holguín”, 23 de abril de 1902).
Hermosa perspectiva presenta la Liberal ciudad. Sus
moradores son presa del entusiasmo que produce en las almas el triunfo de sus
ideales. La azulada bóveda, preciosa como un día de primavera. Las brisas
perfumadas hacen muy agradable la tarde memorable y la Naturaleza con todos
sus encantos contribuye al mayor lucimiento de las fiestas.
Eran las cinco de la tarde cuando las comisiones
todas se dirigían al paradero del ferrocarril. Allí se encontraban millares de
personas de todas las edades, la artillería del Ejército Libertador con su
capitán Sr. Carlos Muecke; la caballería del mismo Ejército al mando del
coronel Modesto Fornaris; la
Guardia Rural y un Escuadrón del 10mo de Caballería de los
Estados Unidos.
Desaparece el sol y la plateada luna ilumina
nuestras extensas llanuras. El prepotente silbato de la locomotora nos anuncia
que ha llegado la hora de saludar al primer Presidente de la República y el número
público todo se aglomera a la escalinata, disputándose el honor de conocerlo.
No es posible describir lo que allí sucedía en el
acto en que el señor Estrada Palma tomaba el coche, pues el público delirante
de entusiasmo no cesaba de dar vivas a Cuba Libre, vivas a nuestro Presidente.
Al fin, después de un rato y a las súplicas de la Policía, el público abrió
paso y la manifestación se puso en marcha en la forma que sigue:
1. Guardia
Rural.
2. Fuerzas
de caballería americana.
3. Coche
presidencial.
4. Ayuntamiento.
5. Juzgado,
hacienda y Clero.
6. Representaciones.
7. Música.
8. Veteranos.
9. Artillería
del Ejército Libertador.
10. Infantería
del Ejército Libertador.
11. Comercio.
12. Prensa.
13. Magiesterio.
14. Liceo.
15. Sociedad
de Artesanos.
16. Amazonas.
17. Pueblo.
18. Caballería
del Ejército Libertador.
Los niños de las escuelas en número de 1 500 se encontraban
formados en el Parque el General Calixto García.
Tan pronto llegó el Sr. Presidente al palacio
Municipal, donde se hospedó, fue presentado al pueblo por el Alcalde Municipal.
Entonces el Sr. Estrada Palma pronunció un notable discurso manifestando al
pueblo la satisfacción que experimentaba en aquellos momentos. Siguiéndole en
el uso de la palabra los señores Gonzalo de Quezada y Rafael Serra.
Aquella manifestación que deja gratos recuerdos
entre los habitantes e Holguín y de todos aquellos que tuvieron la dicha de
presenciarla, terminó con el desfile de los niños de las escuelas.
LA RETRETA
Eran las 9 de la noche cuando dio principio la gran
retreta ofrecida en honor del Sr. Estrada Palma, fiesta que como la anterior,
resultó brillantísima y en extremo concurrida.
EL BAILE
Al terminar la Retreta, 11 de la noche, se dirigió el Sr.
Estrada Palma al Liceo, siendo recibido por los acordes del himno de Bayamo. A
dicha hora y en medio de la mayor animación dio principio la fiesta, terminando
esta a las 5 de la madrugada. El Sr. Estrada Palma con sus distinguidos
acompañantes se ausentaron a las doce en dirección de la Sociedad de Artesanos,
donde se celebró un gran baile.
LA PRENSA
Con motivo de la llegada del Sr. Presidente a esta
ciudad hemos tenido las siguientes representaciones de la prensa: Sr. Arturo J.
palmas por El Cubano Libre; Enrique Trujillo, por La Discusión; Eugenio
Álvarez y Martín Bim por El triunfo; Charles S. salomón por La Tribuna de Nueva York; el
Sr. Marques Sterling por El Mundo y el
Sr. Caballero por La Lucha.
ACOMPAÑAMIENTO
Entre las personas que desembarcaron en Gibara en
unión denuestro ilustre Presidente figuran el Sr. Gonzalo de Quezada,
distinguido hombre público indicado para desempeñar el cargo de Ministro [Embajador]
de Cuba ante el Gobierno de los Estados Unidos; Rafael Serra, reputado
escritor; Manuel Ross, secretario particular del Sr. Presidente; Miguel
González y Manuel González y también el corresponsal de Nueva York.
FERNANDO FIGUEREDO.
Este distinguido hijo de Bayamo, llegado de La Habana en el vapor María,
acompaña al Sr. Estrada Palma a su ciudad.
PEDRO SOMOSA.
Veterano de la Guerra de los Diez Años y uno de los Jefes que
entraron a esta Ciudad el 19 de diciembre de 1874. Este distinguido patriota es
uno de los acompaña al Sr. Estrada Palma.
DE SANTIAGO.
Han visitado nuestra ciudad, con el objeto de
cumplimentar al Presidente de la
República, los distinguidos señores González Clavel, Castillo
Duany y Pérez Carbó.
DE GIBARA.
En el acto de la llegada del Sr. Presidente,
tuvimos el gusto de saludar a varias de las respetables personalidades que
venían de Gibara acompañando a tan ilustre viajero, entre estos a los Sres.
Enrique Céspedes, Alcalde; Francisco Centeno, cónsul de España; José H. Beola y
Maximino Longoria, banqueros; los doctores Pedro Martínez y Faustino Sirvén,
Representantes ante las Cámaras de la
Nación; Casimiro de la Torre, comerciante y Jesús Fernández, industrial.
Es justo informar que minutos antes de la llegada
del tren presidencial, llegó a esta ciudad el tren excursionista que conducía
infinidad de personas distinguidas de la sociedad gibareña.
ACTO QUE ENALTECE
El Sr. Estrada Palma, en su deseo de complacer al
pueblo que deseaba saludarle, dispuso que antes de la Recepción oficial
subieran cuantas personas quisieran darle la mano y allí se vio al pueblo
soberano, sin distingos de ninguna especie y quedó sentado el principio de
libertad, igualdad y fraternidad, base de la democracia en que se ha de fundar
la naciente República.
Así se hacen los pueblos.
LA PRENSA LOCAL Y EL PRESIDENTE
Señalada las dos de la tarde del martes para la
recepción oficial, la prensa de la localidad, representada por los señores
Antonio Oms, Angel R. Luque, Carlos Martí y Heliodoro Luque, directores de El
Escolar, El Imparcial, El Distrito y El Eco de Holguín respectivamente, fue a
ofrecer sus respetos al honorable Sr. Presidente de la República.
Presentados por el Sr. Alcalde Municipal, el Sr.
Presidente nos recibió con la galantería que le es característica,
manifestándonos que él entendía que la Prensa no es un poder, como se ha dicho, y sí un
poderoso factor que todo Gobierno necesita para el mejor desenvolvimiento de
todas sus funciones, y, por lo tanto, no debe separarse de la senda que tiene trazada.
La prensa, agrega, jamás debe penetrar en el sagrado hogar de la familia.
Hablando de su programa de Gobierno dijo: “Mi
programa será conocido en el primer mensaje; pero puedo anticiparles que tomaré
por base el presupuesto, procurando que siempre resulte un sobrante para
dedicarlo a la agricultura, con el objeto de que se desarrollen nuevas
industrias que salven el país de la miseria”.
Referente a destinos públicos manifestó que él no
daría destinos a sus amigos por el hecho de serlo y sí a las personas que
creyera que tenían aptitud y honradez suficiente para el desempeño de las
mismas; pero que, si en la elección de algún empleado resultara equivocado no
tendría inconveniente en decretar su searación. “Yo, dijo al terminar, he
venido a dedicar mis últimos años al bienestar de nuestra Patria”. Y así
terminó el Sr Estrada Palma su entrevista con nosotros.
SEGUNDA MANIFESTACION
El pueblo de Holguín no conforme con la
manifestación llevada a cabo la tarde anterior, con motivo de la llegada del
Sr. Presidente, organizó la que se efectuó la tarde de ayer, resultando uno de
los actos más grandiosos que se han presenciado en todas las épocas.
Abría la marcha el Escuadrón de la Guardia Rural,
siguiendo en correcta formación 1 500 niños de las escuelas públicas con sus
respectivos maestros. Seguido a estos iban los músicos de la ciudad, numeroso
público y, finalmente, un Regimiento de Caballería Cubana, improvisado para
aquella fiesta.
El Sr. Presidente de la República se encontraba
en uno de los balcones de la Casa Consistorial presenciando desde allí el
desfile y celebrando, henchido de placer, a este pueblo liberal, a este pueblo
que satisfecho por el triunfo de la sagrada causa de la independencia no cesaba
de vitorearlo.
Terminada la manifestación el pueblo continuaba
aglomerado frente a la
Periquera, entonces los señores Gonzalo de Quesada y Serra
pronunciaron brillantes discursos que le valieron vítores y aplausos.
EL BANQUETE
A la llegada del Sr. Presidente la música del Sr.
Avilés entonó el himno de Bayamo, dando principio el banquete oficial a las
nueve de la noche. En él estaban representadas todas las clases sociales.
La música que amenizaba el acto, a más de algunas
piezas conocidas, tocó aires nacionales que llenaron de entusiasmo a los concurrentes.
Los brindis muy adecuados, mereciendo una salva de
estruendosos aplausos el Sr. Enrique Trujillo, redactor de La Discusión[1],
por lo elevado de sus pensamientos, el Sr. Estrada Palma por la sinceridad y
cariño que envolvían sus palabras y el Sr. Quesada que en breves frases
manifestó el agradecimiento mutuo entre los visitantes y el pueblo de Holguín.
DESPEDIDA
Desde las cuatro de la madrugada de hoy poníase en
movimiento un gran número de personas con el fin de acompañar al ilustre
huésped en su viaje a Bayamo.
Lleve feliz viaje el Sr. Estrada Palma y sus
acompañantes a quienes deseamos todo género de felicidades.
Pocos días después, el 20 de mayo, ocurrió otro notable
acontecimiento en el parque.
Lloviznó en Holguín ese día. A las 11 y 30 de la mañana los Concejales
del Ayuntamiento estaban reunidos en su sede, el Palacio Municipal, La Periquera. Todos
juraron adhesión al nuevo gobierno que en La Habana acababa de tomar posesión y acto
seguido todos salieron a los balcones.
Abajo, en el parque, estaba el pueblo de Holguín reunido. Entonces se izó la
bandera cubana como símbolo de que desde esa fecha Cuba era de los cubanos y de
ningún otro ejército o gobierno del mundo.
Fue el concejal Pepe Torres el que dirigió la palabra a los holguineros
que soportaron sin moverse la fina llovizna que caía del cielo… Dijo Pepe
Torres:
“Cubanos, ya hemos completado nuestra obra. La
patria es libre. Mostremos la cordialidad de nuestros corazones a los que hasta
ayer fueron nuestros adversarios.
“Veo que en estos instantes la naturaleza ha querido
ocultar los fulgores de su sol… porque el cielo también se ha emocionado con la
manifestación de este pueblo y ha querido por medio de esas finísimas gotas de
agua que caen desde lo alto y mojan mi cabeza, asociarse a nuestro inmenso e
indiscutible regocijo ciudadano. (Y sigue diciendo Pepe Torres) Bandera de mis
amores, ya estás colocada en tu puesto de honor. Que tu símbolo de libertad y
de democracia sea perdurable y que sea tu misión espiritual tan grande y
elevada como lo son las nubes del cielo, que ahora lloran de alegría con
nosotros.
“Bandera de mis amores, Que Dios te Bendiga. Sean
estas lágrimas impregnadas en mi pañuelo, mi saludo de amor al primer día de la Patria Libre e independiente”.
Y terminadas sus palabras, en un acto teatral,
Pepe Torres dejó caer su pañuelo bañado en lágrimas, sobre la cabeza de los
congregados frente a La
Periquera. Esa escena se conoce en la historia de Holguín
como “la emoción de Pepe Torres”. En la ocasión narrada fue estrenado el Himno a Holguín,
de Manuel Avilés Lozano y el poeta Juan Farrán.
[1] La primera fotografía nocturna que se tomó en Cuba
con vista a su publicación en la prensa la hizo el fotógrafo Adolfo Roqueñí
Herrera, del periódico El Mundo. El presidente electo de la República, Tomás Estrada
Palma, había desembarcado, procedente de Estados Unidos, por el puerto de
Gibara, y en la ciudad de Holguín se le agasajó con un banquete en La Periquera. Para
iluminar la escena Roqueñí disparó su lámpara de magnesio y la explosión que
provocó al activarse causó alarma entre los asistentes a la comida. Un año
antes Roqueñí había buscado empleo en El Mundo. Un día hizo falta tomar una
foto y como el diario no disponía de cámara fotográfica el director le facilitó
una de su uso particular. Roqueñí hizo su trabajo, reveló e imprimió las fotos
y, aunque se publicaron, se le dijo que le quedaron bien de pura chiripa. Pero
a partir de ahí el fotógrafo comenzó a repetir sus chiripazos tan seguidos que
a la administración no le quedó otro remedio que contratarlo por 15 pesos a la
semana. Tomó en 1917 las primeras fotos aéreas que se hicieron de La Habana y hoy se le
considera como el primer fotógrafo del periodismo republicano, aunque en la
época en que se inició en El Mundo eran ya varios los profesionales del lente.