Según
el plano de El Chorro de Maíta hecho en 1987 el área principal del sitio es el
lugar donde aparecieron los entierros. Pero igualmente se encontraron objetos a
partir de ese centro hasta 40 metros al Este, 60 metros al Oeste, 10 metros al
Sur y 40 metros al Norte. Esa área fue calculada en 22000 m² por Guarch
Delmonte y es la que en lo adelante se denominará “Área arqueológica de 1987”.
Los
arqueólogos que hicieron la nueva investigación iniciada en 2006 entrevistaron
a los vecinos y estos les aseguraron que antes, durante y después de la
excavación de 1986 y 1987 se habían conseguido hallazgos en lugares que están
fuera del área arqueológica, incluso se informó la extracción posterior de un
esqueleto en un abrigo rocoso ubicado a 40 m del borde noroeste del área
arqueológica reconocida, por lo que la primera conclusión fue que el sitio
podía ser mayor.
De
ahí que se proyectara un estudio que tomó como centro el área conocida pero
saliendo de ella en todas las direcciones posibles, tal como se ve en la
siguiente figura:
En
todo ese amplio espacio se hizo una prospección superficial (sin excavación o
excavando a mínima profundidad), que arrojó el siguiente resultado:
Se
localizaron áreas de gran densidad de material arqueológico alrededor del
cementerio, principalmente al Sur y Norte, en espacios donde sus actuales
propietarios (Moisés y Riverón), hacen trabajos agrícolas cotidianamente.
También se encontraron al Este del cementero y otras aisladas al Oeste.
Las
nuevas piezas encontradas fueron, sobre todo, restos de la fauna que sirvió de
alimentación a los habitantes aborígenes y también, posiblemente, europeos
residentes en la Aldea,
cerámica indígena y artefactos en piedra tallada y en volumen, concha y coral,
así como cerámica europea y un fragmento de la cerámica conocida como México
Pintado de Rojo.
Fragmentos de cerámica México Pintado de Rojo. El Chorro de Maíta. |
Fragmentos de Jarras de Aceite vidriados. El Chorro de Maíta |
Fragmento de cerámica Mayólica Santo Domingo Azul sobre Blanco. El Chorro de Maíta. |
En el
grupo de fragmentos de cerámica europea que encontraron destacan fragmentos de
Jarras de Aceite en su tipo temprano, una base de escudilla posiblemente
fabricada en Santo Domingo (La
Española) en los primeros años de la colonización y parte del
fondo de un gran recipiente o quizás un mortero hecho en cerámica ordinaria con
vidriado plomizo. En cuanto a cerámica indígena se localizaron 675 fragmentos,
por lo que fueron la mayor cantidad de piezas encontradas.
En
lo referido a objetos de piedra tallada por los aborígenes, se encontraron, principalmente
lascas y otros restos provenientes de lo que los expertos consideraron un
taller.
Cerca
del manantial que es el que propiamente se llama El Chorro de Maíta, (esta
última palabra apocope de mamacita), se obtuvo una gubia y un fragmento de
gubia, algunos guijarros utilizados y restos de taller en material silíceo, que
es un tipo de roca. En esa área nada más se encontró un fragmento de cerámica sí
abundantes valvas marinas, estas últimas poco comunes en el resto de las áreas,
lo que hizo creer a los expertos que en ese lugar específico debió vivir un
grupo aborigen más antiguo que los de los otros espacios.
La
cerámica europea, que era el objeto principal de la nueva investigación, sólo aparece
en la mitad Este del área explorada concentrándose de modo evidente en Campo
Moisés, exactamente 51 del total de 62 fragmentos encontrados.
Áreas donde se hizo prospección superficial con reporte de de cerámica europea. El Chorro de Maíta. |
En
resumen, el resultado principal de la exploración concluyó que en la mitad Este
del Sitio hay un gran espacio con reportes frecuentes de material arqueológico,
propio de comunidades agricultoras. Hacia el Oeste se hallan piezas aisladas y
una pequeña agrupación de evidencias en el valle del manantial. Aunque las
gubias se obtienen ocasionalmente en sitios agricultores, su reporte junto a
martillos y otros artefactos de piedra en esta última área, deja abierta la
posibilidad de que se trate de un sitio arqueológico arcaico.
La
cerámica europea sólo aparece en la mitad este del área explorada
concentrándose de modo evidente en Campo Moisés, exactamente el 82.2 % del
total de los fragmentos.
Esa
información decidió a los arqueólogos a hacer calas que en un primer momento se
determinó que serían cada quince metros de distancia y a cinco metros de
profundidad. (Leer más)
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