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Primera protesta armada (Los Independientes
de Color)
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En 20 de Mayo de 1912 los integrantes del Partido
Independientes de Color se pronuncian contra el Gobierno del General José
Miguel Gómez. Sus seguidores en Holguín fueron entre 25 a 30 hombres. Faltos de
recursos se dedicaron los pronunciados de nuestro término (Holguín, Cuba), a
la requisa de caballos, monturas, capas y machetes. Luego hicieron su llegada
a San Juan y queman esa Alcaldía de Barrio. En las Lomas de San Juan de las
Puercas fueron alcanzados por las fuerzas del Ejército que al mando del
Capitán Luís Estrada habían salido en su persecución y cuyas tropas componían
el Sargento Auxiliar Cuartel Maestre Pablo Fernández Velásquez, los
Sargentos: Ernesto Curbelo Fernández y Juan Comptís Cabrera, el Cabo (y más
adelante potentado holguinero) don Manuel Pupo Rojas y los soldados: Elpidio
Sánchez Urquiza, Gabriel Franco Benemalís y Generoso Guevara Pérez y el
paisano Rafael Báster, que en El Mijial se había ofrecido para ello. Resultó
del encuentro que murieron Abdón Raspall, quien era Presidente del Comité
Gestor del Partido de los Independientes de Color en Holguín y el titulado
Teniente Coronel Lodrá, que había venido a dirigir el movimiento en Holguín e
hirieron al soldado de los alzados, Generoso Guevara Pérez. Luego liberaron a
los también soldados Julio Ávila Torres y José Borjas Armas que los alzados traían
prisioneros.
El pronunciamiento de los Independientes de Color
obligó al Cabildo holguinero, que hizo suya la petición de Pepillo Palma,
Eduardo Pérez Guzmán, Manuel B. Torres, Lorenzo Lancho, Ricardo Sirvén y
Wifredo Albanés, a ofrecer su adhesión u consignar en Acta su protesta “por
esa actitud antipatriótica” de los elementos de color, y solicitar del
Gobierno central del envío de armas para combatirlos, constituyéndose así y
para ese fin de una Junta de Defensa bajo la Presidencia del
Alcalde Municipal García Leyva y compuesta la misma por los Generales Luís de
Feria, Manuel Rodríguez Fuentes, Pedro Vázquez y Cornelio Rojas, del Coronel
Modesto Fornaris y del Dr. Socarrás, este último en su condición de
Presidente de los Veteranos locales.
El pronunciamiento de los Independientes de Color
sirvió de pretexto para cometer toda clase de atrocidades contra negros
pacíficos de nuestro término, especialmente en la zona de San Andrés, lugar
en fue acusado públicamente el Capitán Luís Estrada del ahorcamiento de
negros pacíficos. Esos actos obligaron al Alcalde García Leyva a dictar un
Bando aclarando que “ni la fuerza pública, representada en la Ciudad por el Capitán
Luís Estrada, ni la Policía Municipal,
tenía órdenes de perseguir a personas de color por sospecha, y que el
Gobierno no podía permitir que se atropellase a los ciudadanos por el solo
hecho de pertenecer a la raza que inició el movimiento”.
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Piden los holguineros un Acueducto para la
Ciudad
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En 1912, Flor de Feria pide un Acueducto para Holguín que,
dijo, “nos era e vida o muerte y de imperiosa necesidad y urgencia”. Wifredo
Albanés lo hizo suyo y lo consideró “servicio público de primera necesidad”
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Juan Albanés gestiona la construcción de un
pequeño acueducto que proporcionara agua para el embellecimiento de los
parques de la Ciudad. Y
otros proyectos del mismo Edil que Presidía la Junta de Ornato. Doña
Aurora Ochoa y Cables hace el más escandaloso de los despojos realizados al
Municipio de Holguín.
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Los parques públicos de la Ciudad siguieron
mereciendo la atención del Cabildo y continuaron hermoseándose con la
cooperación del vecindario, especialmente el Parque Calixto García, que en
tiempos de Miguel I. Aguilera en la Alcaldía obtuvo su máximo de belleza. Pero
notando, como siempre, la falta de agua, el Edil don Juan Albanés gestionó en
10 de Noviembre de 1913 la construcción de un pequeño acueducto, proponiendo
para ello la apertura de pozos artesianos en las faldas del Cerro de la Cruz que los que bajaría el
agua por una red principal que seguiría por toda la calle de Miró y las
acometidas para el Parque de Victoriana de Ávila irían por la calle de
Coliseo, por la calle de Aricochea las del Parque Martí (luego Julio Grave de
Peralta), y por la calle de Agramonte irían las acometidas del Parque San
José. Los desagües irían por las mismas calles de las acometidas en dirección
al río Jigüe.
Incluía el proyecto la construcción de una gran fuente
en el centro del Parque Victoriana de Ávila, dos en el Parque Martí, cuatro
en el Calixto García y cuatro en el San José. Quedaba fuera del proyecto la Plaza Mantilla porque para
don Juan Albanés esa dicha plaza debía desaparecer.
En 3 de Noviembre de 1913 don Juan Albanés presentó al
Cabildo otro proyecto: la
Urbanización de la parte Norte de la Ciudad. Consistía
ese en la prolongación de la Calle Prado
hasta la de Máximo Gómez, el cierre de la calle Habana y la demolición del
Parque Mantilla. Propuso Albanés que la Calle Prado, que nacía en la
de Fomento y terminaba en la de Libertad, se extendiese hasta la de Máximo
Gómez dividiendo en dos el Parque Mantilla y también los terrenos del Cuartel
Militar que era de la propiedad del Municipio y asimismo la alineación de la Calle de Colón que nace en
la de Fomento y que esa terminara en la de Máximo Gómez, interceptada en la
acera de los nones por los barracones del Cuartel Militar y en la de los
pares por el Chalet de Llovet y terrenos que Aurora Ochoa discutía como
propios. Albanés pedía que se demolieran los citados barracones y la citada
quinta, cuya construcción había sido protestada por el Cabildo en 8 de Enero
de 1912 por estarse edificando en terrenos del Municipio y que éste, desde
1863 había destinado para la nueva Cárcel Pública de la Ciudad, y que es el
actual (1955) chalet de Mr. Tobin.
Para más información leer: La Clínica Beltrán
Sugería el Edil Albanés que el Cabildo recuperara los
terrenos ocupados por Aurora Ochoa para poder cerrar la Calle Habana que solo se
extiende de la Calle
de Maceo a la de Libertad, lindando por uno de sus frentes con el Parque de
Mantilla y por el otro con el fondo de las casas de Rimblas García y Cía,
Manuel Trasorras y Rosario Mayol, con las casas de Regino Cotelo y Sucesión
Falcó y con la casa del Dr. Fernando Montes de Oca, única que daba el frente
a dicha calle. Pedía que el Cabildo adquiriese esas propiedades y se
extendiese la manzana hasta la Calle Prado,
con lo que desaparecería el Parque de Mantilla, en cuyo lugar tenía
proyectado la construcción de un nuevo Mercado de Abasto.
Es justo destacar el desvelo de don Juan Albanés, en su
condición de Síndico del Ayuntamiento, de la recuperación de las propiedades
del Municipio, casi todas en poder de particulares y en especial los de su
Dehesa, con preferencia los terrenos de El Llano, cuya propiedad discutía al
Municipio la señora Aurora Ochoa. Para ello Albanés informó al Cabildo que el
Regidor del Ayuntamiento, don Domingo Calcagño fue quien por el año 1831
edificó la Quinta
de El Llano, en cuyo lugar se tenía instalado el Hospital Civil de la Ciudad y que a la misteriosa
muerte de aquel, esa propiedad, sin que Albanés supiera por qué, la casona
pasó a ser de la propiedad de doña Soledad Sánchez, cuyos herederos, en 17 de
Agosto de 1857, se la vendieron al Estado Español y aquel instaló allí su
Hospital Militar, pero sin que en ningún momento se mencionara el terreno,
sino, sólo, el edificio; y que habiendo concedido el Municipio de Holguín un
plazo a los poseedores de terrenos en su Dehesa, don Benjamín de Zayas
Sánchez, hijo de la mencionada Soledad Sánchez, aprovechándose de su
condición de Secretario de la Administración
Municipal, anotó a su nombre y NO de los herederos de
Soledad Sánchez, un lote de terreno al que no fijaba limites, pero sí decía
que poseía y que lindaba por el Norte con Jesús María, por el Sur con la
población, por el Este con el camino de Gibara y por el Oeste con el camino
de Uñas y con el que pasaba por detrás de la mencionada Quinta del Llano. Esa
calle, por entonces marcaba la terminación de la población y el comienzo de
su Dehesa.
En 1901, al conceder el Ayuntamiento un nuevo plazo
para que los poseedores de terrenos en Dehesa presentaran sus títulos, don
Manuel Sánchez Meré, esposo de doña Aurora Ochoa Cables, y según él decía, en
concepto de apoderado de la Sucesión de don
Benjamín de Zayas, que mal dijo se componía de cuatro herederos: Benjamín,
Estela, Antonia María y Soledad de Zayas, pero que no era cierto pues esta se
componía de más herederos, pretendió anotar a nombre de esos cuatro hijos los
terrenos de El Llano, pero dándole nuevos linderos: por el Norte el Cerro de la Cruz; por el Este, Oeste y
Sur los caminos de San Andrés y de Gibara, aprovechándose que los citados
caminos ya no estaban situados en los mismos ligares y que la Calle Quinta no era la misma
de antes, a lo que se opuso el Cabildo, pero que en definitiva doña Aurora, a
pesar de su sin razón, inscribió a su nombre en el Registro de la Propiedad. Y
con esos terrenos hizo un Reparto “La Quinta del Llano”, quedando así consumado el
más escandaloso de los despojos realizados al Municipio de Holguín.
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Nace el pueblo de Antilla
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Nos nace el pueblo de Antilla al que The Cuban Company
funda en terrenos de la finca “El Júcaro”, en la Bahía de Nipe. Este, de
acuerdo con los planos presentados al Cabildo, se componía de 1 453 solares,
en dieciséis calles de NO a SO, cada una de nueve metros de ancho con la sola
excepción de sus dos avenidas principales, que tenían treinta metros.
El planeamiento del poblado, la explotación de los
bosques próximos a ella y la construcción de la vía férrea, atrajo gran
cantidad de obreros, en su mayoría extranjeros. Y tras ellos llegó una gran
cantidad de prostitutas y jugadores que no tardaron en transformar el
naciente pueblo en un extenso y peligroso garito, entre los que se destacaban
el “Campo Rojo”, para los más refinados, con cincuenta habitaciones ocupadas
por prostitutas; y “El Garrote”, para los menos exigentes. Ello obliga al
Cabildo de Holguín el envío de un Policía y al Estado manda una pareja de
soldados.
El aumento de la población en Antilla hizo que el
Cabildo creara una Alcaldía de Barrio cuyo Alcalde enviaba periódicamente al
Cabildo curiosos informes. En ellos destaca lo peligroso de la población y
que en ella no se respetaban ni se consideraban entre sí los vecinos, dando
como causa de tal cosa el que el pueblo nació y aumentó su población sin
lazos de familia entre sí ni de matrimonio; por lo tanto andaba el robo al
día. Incluso, el Alcalde de Barrio informó una vez sobre la conducta impropia
de un soldado de apellido Santos, que igual que los policías designados por
el Cabildo, se dedicaba a explotar el juego y la prostitución o a
aprovecharse de ello.
En 1913 se termina la construcción de las obras del
pueblo y se retira la población ambulante. Antilla se convierte en uno de los
poblados más florecientes y ricos del Término, con puerto habilitado,
estación de ferrocarril, muelles, aduana, Sucursal del Banco de Canadá,
comercios, escuelas, puesto fijo de la Guardia Rural, pero aunque
era Antilla parte del Municipio de Holguín, las rentas aduanales le
pertenecían al Municipio de Mayarí, aunque, sí, el resto de las riquezas
venían a Holguín y no quedaba nada para el pueblo que las producía. Ello hizo
que años más tarde reclamase Antilla su propio Municipio, el que se crea el 8
de Mayo de 1924, perdiendo con ello el Municipio de Holguín sus rentas y sus
mejores barrios, que se los regala al Municipio de Banes, por gestiones de
Félix del Prado, enemigo declarado de Holguín. Y a pesar de ello, ese señor
mantiene oficina política en la
Ciudad de Holguín y a su frente un periodista y un
holguinero 100 %: Carlos Zayas Zaldívar.
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La Luz
(Corriente) Eléctrica llega a Holguín y poco después pasa a Propiedad de la
planta instalada en el central Chaparra.
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En 30 de Diciembre de 1909 el Ayuntamiento concedió a
William Edgard Knight el derecho a establecer la Corriente Eléctrica
en Holguín bajo el nombre de Compañía de Electricidad y Fomento de Holguín
S.A. Dicha Empresa, por escritura de 29 de Enero de 1916, ante el notario
Fernández Rondán pasó a la propiedad de “The San Manuel Sugar Co. S.A”, que
inmediatamente la vende a “Chaparra Light Power Co. S.A” y de esta a la
“Compañía Eléctrica del Norte de Oriente”, que por tantos años representó don
Francisco Zarragoitía.
Con la llegada de la Corriente Eléctrica
quedó cesante el último de los faroleros municipales, Emilio Alonso.
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Otras disposiciones y obras del Ayuntamiento
así como nombramientos a Cargos públicos
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El Edil Miguel Ángel Fuentes, padre del elocuente
orador holguinero Mario Fuentes Aguilera, hace consignar en acta que los
policías debían visitar los cines de la Ciudad al objeto de comprobar si las películas
exhibidas eran inmorales y si los menores de edad debían concurrir a esas
exhibiciones, petición que de hacerse hoy día, haría reír a nuestro Isidro
Maldonado. (Pepito habla del momento en que escribió su libro, que debió ser
en algún momento anterior cercano a 1955. Isidro Maldonado era entonces el
principal agente cinematográfico de la Ciudad).
En la época son creadas las Alcaldías de Barrio de
Cauto Cristo, que se segrega de la de Cacocum, y la de San Gerónimo, que se
segrega de la de Tacajó.
Don Miguel Montero Estrada fue designado Tesorero
Municipal, cargo que honrada y paternalmente desempeñó hasta la caída del
Presidente Machado (1933).
Don Vicente Biosca fue designado Arquitecto Municipal,
siendo uno de sus proyectos el desvío de las aguas que las lluvias arrojaban
sobre la Ciudad
por la inclinación del Cerro de la Cruz.
Consistía la propuesta del arquitecto construir una zanja
que pasando por detrás del Hospital Civil llegara hasta la carretera de
Gibara, pero esa dicha propuesta luego fue desechada por el Cabildo por lo
perjudicial que resultaría la zanja a los terrenos colindantes.
En 1911 se tomó el acuerdo de dar desayuno gratuito a
los niños pobres que asistían a las Escuelas Públicas de la Ciudad y asimismo el
Ayuntamiento de Holguín se une al de Gibara en sus gestiones para conseguir la Carretera
Holguín-Gibara.
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El Ayuntamiento incita a los Inversionistas
extranjeros para que fomenten Centrales Azucareros en el Término.
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Se gestiona el fomento de Centrales Azucareros en
nuestro Término incitándose a los inversionistas (no los de Holguín, que no
los había), dándoles a conocer la calidad de nuestras tierras para la siembra
de la caña de azúcar y la promesa de no cobrarles contribución alguna en los
primeros tres años de producción, siempre que esta no fuera superior a los
100 000 sacos anuales de trece arrobas de peso cada uno.
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El Hospital Civil se traslada a la Quinta del Llano y en su
lugar se crea un Asilo de Ancianos
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El Hospital Civil se traslada a la Quinta de El Llano y en
el lugar que aquel deja se establece un Asilo de Caridad que tomó el nombre
de “Sagrado Corazón de Jesús”, cuyo Comité Gestor presidía Luz Sofía Sánchez
de Manduley y a cuyo frente fue colocada Merceditas Gorina. No obstante,
antes hubo que luchar contra el Estado que reclamaba los terrenos del Parque
Victoriana de Ávila para la construcción de Cuarteles Militares.
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La Policía Municipal
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Fue sustituido don Luís Melendreras de su puesto de
Jefe de la Policía Municipal
y en su lugar nombraron a José Isidoro Urbino, que posteriormente también fue
sustituido; su lugar lo ocupó José María Heredia Almaguer. A Heredia lo
sustituye Francisco González Castellanos y a éste Moisés Angulo Rodríguez.
Se componía el Cuerpo de un Jefe, dos Sargentos y once
vigilantes, que fueron aumentando antes de terminar el periodo a veintidós,
cuatro de ellos “de a caballo” y pagados por el Municipio.
Entre los vigilantes se encontraban: Aquiles Algeciras,
Rafael Gelabert, Pepe Géigel, José Carmona y Oscar Álvarez.
Consta en Actas del Cabildo las quejas que se
formulaban contra los policías, entre ellas: que había vigilantes que
conversaban con paisanos estando de servicio; que algunos abandonaban sus
postas, y hasta que el Sargento, Antonio Rodríguez, vestido con su uniforme,
visitaba los café y que se paseaba con mujeres por la plaza pública.
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Otros funcionarios del Ayuntamiento
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Era el Veterinario Municipal: Pablo Rigüal y asimismo,
para entonces, se gestionaba la plaza de comadrona municipal para Matilde
Salas; el Dr. Humberto Manduley fue sustituido como Médico Municipal por el
Dr. Plá al no aceptar la plaza el Dr. José A. Taboada.
El Médico Municipal no solo tenía que visitar los
enfermos pobres de la Ciudad
y del Campo, sino que tenía que intervenir en las diligencias judiciales, por
lo que don Juan Albanés, en 31 de Enero de 1911 propuso al Cabildo que se
dividiese el término de Holguín en tres zonas: La Ciudad, San Andrés y
Antilla, dándonos su Demarcación y su Reglamento y que se creara dos plazas
más de Médicos Municipales.
Otras peticiones de don Juan Albanés fueron: la
reorganización de la
Biblioteca del Cabildo, que había existido durante la Colonia y luego desaparecido,
así como sus libros; la creación de Plazas de Archivero y de Bibliotecario
Municipal, y la declaración de pueblos de Cuarta, Quinta y Sexta Clase,
atendiendo al número de sus habitantes.
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Holguín: “La Ciudad de los Músicos”
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Don Juan Albanés nombra a Holguín “La Ciudad de los Músicos” y
recuerda que en 15 de Febrero de 1909 se había aprobado por el Cabildo la
creación de una Banda de Música Municipal, pero ese acuerdo fue vetado por la Secretaría de
Gobernación. Asimismo recuerda don Juan Albanés que la Banda de Música del
General Maceo, “La Invasora”,
estaba integrada en su gran mayoría por músicos holguineros, y que en la Ciudad se contaba con
afamadas Academias de Música, entre ellas la de la Profesora Carmen
Urribarri, de la que también erna profesoras Carmen y Caridad Ochoa, y que
por todo ello debíamos de crear una Banda de Música Infantil como “ya la
tenían los Municipios de Gibara y Mayarí, con menos recursos que el de
Holguín”. Por lo tanto acordaron fundarla y colocaron a su frente a Emilio
Sánchez, el que con gran experiencia logró al poco tiempo que la Banda de Música Infantil
fuera orgullo de Holguín.
En esa época teníamos una Banda de Música: la de don
Manuel Avilés Lozano, pero bajo contrato.
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Protesta por el mal vestir de los lecheros y
la suciedad de sus envases y otras acciones del Ayuntamiento
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Delfín Antonio Hernández formula su protesta del mal
estado en el vestir de los lecheros de la Ciudad y la suciedad de sus envases y medidas.
A ellos el Cabildo les concede plazo de treinta días para presentarse en el
mejor estado posible de limpieza “al objeto de no causar repugnancia”.
Así mismo el Ayuntamiento aprueba medidas sobre los
serones, envases y medidas y dicta reglas sobre los coches de alquiler, que
desde entonces clasifican en “de lujo” y de “no lujo”. Estando los primeros
tirados por más de un caballo y su cochero vestido de lana negra o de azul
marino, botones dorados en su pechera y en las mangas, medias, zapatos y
Bombín negro, o vestidos de blanco con sombrero de panamá y botones dorados,
zapatos amarillos, medias blancas y los domingos o días festivos, con guantes
y chistera; y los de no lujo: tirados por un solo caballo, y el cochero
vestido de limpio, de chaqué o de levita, todo con la mayor decencia posible.
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Se consignan protestas por el impuesto
fijado por el Cabildo a las cabezas de ganado vendidas para ser sacrificadas.
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Se consignan protestas sobre que el impuesto de $ 0.10
fijado por el Cabildo a las cabezas de ganado vendidas en el término para ser
sacrificadas, como siempre ocurre, sólo lo pagaban los infelices. Y sin
embargo salía los trenes hacia La
Habana, cargados de ganado para ser sacrificado en la Capital sin abonar el
impuesto porque los dueños negaban que fueran para sacrificar.
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Deudas del Ayuntamiento anteriores a 1898
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Siguen dando dolor de cabeza a los gobernantes del
Municipio las deudas anteriores al 1898. Tanto que el Ayuntamiento aprobó un
Presupuesto Extraordinario para liquidarlas.
Se encontraban entre los deudores: María de Jesús Carballo,
Mercedes Gorina Porta y Roque Guerra.
La deuda anterior a 1898, reconocida, ascendió a $ 12
141,73
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Se establece un Colegio de Segunda Enseñanza
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Se establece un Colegio de Segunda Enseñanza bajo la
dirección del Licenciado Félix de la Torriente (se trata del padre de Pablo de la Torriente Brau),
y se organiza una sociedad protectora del mismo.
En 1913 aquel se transforma en Instituto Holguín, S.A.,
bajo la dirección de don Manuel Silva y Leyte Vidal quien trasladó a Holguín
su afamado colegio “San José de Calasanz”, que tenía en la Villa de Gibara y lo
incorpora al Instituto de Santiago de Cuba. Fueron los primeros becados por
el Cabildo: Pepito Torres, Pepín Tamayo, Miguel Santiésteban, Armando Angulo
y Ramiro Campins. Ese dicho Colegio da los primeros Bachilleres, entre los
que se encontraron Ritina García,
Borges Avilés, (fue un muy notable médico), Manolo Silva, Mario Manduley y
Pepito Sera Serrano (fue el último Alcalde de Holguín de la era Republicana:
1955-58).
En 4 de Febrero de 1914, don Francisco Grave de Peralta
solicita del Cabildo la creación de una Escuela Nocturna de Varones.
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Presupuestos Municipales y labor encomiable
del Síndico y Concejal don Juan R. Albanés.
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1910-1911: $ 44 789,82
1911-1912: $ 42 984,12
1912-1913: $ 44 852,42
1913-1914: $ 52 602,14
1914-1915: $ 72 532,80
El aumento se debió a la terminación de las listas
cobratorias por fincas rústicas a la labor constante y efectiva de don Juan
R. Albanés, Síndico y Concejal del Ayuntamiento, que con gran entusiasmo y
suma capacidad se dedicó a encauzarnos administrativamente y al progreso de la Ciudad y su Término.
Sin embargo don Juan se vio obligado a renunciar a su
cargo en 24 de Enero de 1915, retirándose a la vida privada al ver lo inútil
que iban siendo sus esfuerzos en un pueblo como Holguín, y a la intervención
cada vez más directa de la política en nuestros asuntos interiores. Pero don
Juan no se fue sin antes haber gestionado la entrega al Municipio de los
terrenos ocupados por los Cuarteles Militares, que el Estado inscribió a su
nombre, con la protesta del Cabildo en 22 de Enero de 1901
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Inauguración de estatuas en los principales
parques de la Ciudad.
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El 10 de Abril de 1916 se inauguran las estatuas al
mayor General Calixto García Iñiguez, la del General Julio Grave de Peralta y
la dedicada a los Mártires fusilados en la Ciudad y su Término durante las Guerras de 1868
y 1895.
La del General García se instaló en el Parque de su
nombre, la de Grave de Peralta en el parque que se nombraba Martí, por lo que
cambió el nombre del parque y asimismo la calle que se llamaba de Peralta
pasó a ser Calle de Martí. (Esa estatua antes se pretendió instalarla en el
parque de Céspedes o San José). Y la de los Mártires se colocó en el parque
Céspedes.
En el parque de Céspedes tenía ofrecido Pennino una
estatua del Padre de la
Patria, obra del escultor Ugo Luisi, que antes se pretendió
instalar en El Llano, exactamente en la manzana comprendida entre las calles
Colón, Prado, Libertad y Maceo e incluso, en el Parque Mantilla, llamado
entonces de La
Independencia, sin que prosperara la idea del lugar y
tampoco la estatua.
A la inauguración de las estatuas asistió el Presidente
Mario García Menocal y con él los Generales Manuel Sanguily, Demetrio
Castillo Duany, José Miró Argenter, Agustín Cebreco, Mariano Lora, Eusebio
Hernández, Enrique Collazo, Calixto García Enamorado, Carlos González
Clavell, José Martí y Zayas Bazán, Remigio Marrero, Mariano Torres, Pedro
Vázquez, Cornelio Rojas y Manuel Rodríguez Fuentes, el Senador Coronado, Aurelio
Hevia, Fermín Figueredo Socarrás y el Dr. Alfredo Zayas. Habiendo estado a
cargo del Presidente Menocal el develamiento de la estatua del General
Calixto García y su panegírico a cargo del General Sanguily; la de Grave de
Peralta a cargo de su hija Tirsa y el panegírico a cargo del Dr. Alfredo
Zayas y la de los Mártires a Cargo de Milagros Cables, nieta de uno de los
fusilados, don Facundo Cables, y el panegírico a cargo del Dr. Alfredo
Betancourt Manduley.
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Prensa desde 1900
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