Prensa desde 1900

18 de junio de 2010

Razones y justificación de una y la otra, en el enfrentamiento entre la "egoista" Pepa Cardet y su "ingrata" hija Rafaela.


También Rafaela de Zayas y Cardet se enfrentó a su madre egoísta y protestó porque la Pepa prefería guardarse el dinero de la herencia, y si a alguien se lo daba, era a su esposo que era más joven que sus hijos.

Me contó el historiador José Abreu Cardet que en el Archivo Nacional de Cuba se conserva un expediente muy voluminoso seguido contra la doña ante la protesta de su hija. Y en el expediente hay muchas declaraciones de vecinos de Holguín, dice uno que la Pepa tan rica y tenía un hijo en la indigencia; y otro que ella prefirió entregarle sus hijos pequeños a familias pudientes de Holguín para estar libre de ocupaciones y nada más ocuparse en ser la “mujer” de don Paco. (¿Y no será que ahora los holguinenses se vengaban de la infeliz Pepa, la enamorada, indefensa como estaba sin el poder de don Paco?)

Por lo que haya sido, pero los vecinos fueron tejiendo historias en torno a aquella jovencita, Rafaela, que había heredado algo más importante que las tierras y el dinero de su familia: el carácter insumiso y fuerte de su madre.

Rafaela al igual que sus otros hermanos había sido criada por una familia holguinera. Apenas tenía quince años cuando conoció a un forastero que llegó a Holguín procedente de Santiago de Cuba, José Andrés Grave de Peralta. Los Grave de Peralta eran una familia entre los que se encontraban varios propietarios de tierra, aunque en general no tenían importancia económica descollante. Lo único verdaderamente valioso de los Grave de Peralta era su apellido viejo e importante.

Seguramente que a José Andrés Grave de Peralta le llegaron a su casa en Santiago de Cuba las noticias de las transformaciones económicas que ocurrían en Holguín bajo el gobierno de Francisco de Zayas. Pero más que el presente, era el futuro lo que parecía sonreírle a la región con el puerto de Gibara y el incremento de la producción. Un día, emprendedor, emprendió el camino de Holguín. Y si no se hizo rico como esperaba, no demoró en conseguir la riqueza espiritual que le brindaba Rafaela, a la que desposó en la iglesia mayor de la ciudad. José Ignacio acompañó a la esposa en sus doce partos y también durante todas sus protestas y quejas contra injusticias y abusos que se trataron de cometer contra ella o su familia.

José Andrés Grave de Peralta y Pérez de Orellana. Nacido en Santiago de Cuba hacia 1790. Casó en la Catedral de Santiago de Cuba el 14 de diciembre de 1813 (libro 6, fo. 6v., nº 17), con Juana Bautista García y Carvajal, hija de Rafael y de Martina. Al enviudar pasa a la ciudad de Holguín; donde contrae matrimonio en la parroquia de San Isidoro el 27 de septiembre de 1819 (libro 4, fo. 43, pda. s/n), con María Rafaela Mercedes Zayas y Cardet (nacida en Holguín en 1803 y fallecida en Guanabacoa en 1894), hija del Teniente Juan José Francisco de Zayas y Armijo y de María Josefa de Jesús Cardet y de la Cruz, naturales de Santiago de Cuba y de Holguín, respectivamente.


De su unión nacieron
Josefa Grave de Peralta y Zayas.
Francisco Grave de Peralta y Zayas.
Rafaela Grave de Peralta y Zayas.
Manuel Grave de Peralta y Zayas.
Liberato del Rosario Grave de Peralta y Zayas.
Julio Crescencio del Rosario Grave de Peralta y Zayas.
Mercedes Grave de Peralta y Zayas.
José María Grave de Peralta y Zayas.
Prudencia María del Rosario Grave de Peralta y Zayas.
Pedro Urbano Grave de Peralta y Zayas.
María del Carmen Grave de Peralta y Zayas.
Belisario Isidoro Grave de Peralta y Zayas.
María Josefa Grave de Peralta y Zayas.

Descarnado fue el camino de enfrentamientos entre Rafaela y su madre, que reaccionó enérgicamente desheredando a la hija insumisa. Desde ese día nunca más se encontraron los caminos de hija y madre.

Mayor General Julio Grave de Peralta y Zayas, hijo de don José Andrés y doña Rafaela


General de Brigada Belisario Grave de Peralta y Zayas, también hijo de don José Andrés y doña Rafaela

Por una ruta marchó Rafaela. La suya fue de paritorios, 13 hijos tuvo. La Pepa, viuda y rica, pagó todos los caprichos de su amante, Luciano Martínez. Él, en recompensa se estableció en la cama de su fogosa y ya madura mujer. Acostumbrada a vencer, la Pepa venció.

José Andrés Grave de Peralta y Rafaela Zayas llegaron a tener varias propiedades en la jurisdicción de Holguín. Las de mayor relieve eran dos fincas y tres sitios de labranza. Estas propiedades se encontraban en la capitanía pedánea de Cacocum.