Por: Juan Albanés
Rodolfo de Zayas y Ochoa, “PITIN” en el lenguaje del cariño, nació en esta ciudad de Holguín el día 4 de abril de 1861, en los instantes en que su pueblo celebraba a raudales de alegría el día del Santo Patrono.
Su advenimiento al mundo ocurrió en la antigua casona de Don Vicente Moyúa y Lengarán, en calle Libertad, hoy ocupada por el establecimiento de ropas “La Victoria”. (Actualmente la sede de los Escritores y Artistas, UNEAC)
Pertenecía a una distinguida y linajuda familia de esta localidad. Entre sus antepasados se contaba a Don Francisco de Zayas Bazán y Armijo, que durante diez y seis años fue Teniente Gobernador de Holguín y a cuyas gestiones se fundó la villa de Gibara, con la ayuda valiosa de Don Romero Francia.
“Pitín” de Zayas Ochoa, desde que era estudiante en la escuela de Don Tomás Jardines, sintió en su pecho el latido de amor a Cuba y juró por todo aquello que le era más sagrado y amoroso, luchar sin descanso por desencadenar a su tierra del cautiverio ibero.
ESPIONAJE
En los comienzos de la guerra del 95 este bravo mambí holguinero se apostaba en un cerrito situado al sur de Holguín, al fondo de la barriada de Pueblo Nuevo, y desde aquella atalaya observaba las entradas y salidas de las tropas, correos, paso de las acémilas y de los contingentes sanitarios, etc., datos que enviaba más tarde a las fuerzas cubanas.
Fue, pues, figura de cimería (Sic.) en el espionaje mambí de la guerra del 95, ayudándole en esta labor otro holguinero grande, Don Joaquín Romeu Alcalá.
En una ocasión, habiéndose estrechado la vigilancia de las tropas del regimiento “Habana”, de plaza en esta ciudad, “Pitín” empleó el siguiente ardid para burlar la acuciosidad del enemigo: apelaron a un voluntario, al cual rasuraron por entero la cabeza. Ya al “rape”, escribieron en el cuero cabelludo las señales de las operaciones militares en clave.
A los pocos días el pelo cubría de nuevo el cráneo mondo. El voluntario cruzaba la línea de las alambradas y fortines y llegaba al Cuartel insurrecto, donde era de nuevo rasurado y traducido el mensaje en clave.
CORONEL JEFE DE CABALLERIA
Ansioso de servir a su Patria en el fragor de la pelea, se incorporó a las huestes mambisas, llegando a alcanzar el grado de Coronel Jefe de la Caballería de la Zona Occidental, operando en un encuentro contra tropas españolas en “La Entrada”, barrio de San Andrés, de este Municipio. En ese combate fue herido gravemente, lo que le impidió participar de la Invasión a Vuelta Abajo.
En la paz siguió sirviendo a la República. Entre los cargos que desempeñó están: Jefe de la Policía y Administrador de Correos de Holguín.
Su fallecimiento fue en 10 de Abril de 1931. A su paso por esta vida dejó una blanca estela de patriotismo y amor por a Cuba de saludable ejemplo.
Nos inclinamos reverentes ante la memoria de aquel mambí que muchos timbres de honor dio a su lar nativo: Coronel Don Rodolfo de Zayas y Ochoa, “Pitín”