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15 de febrero de 2022

LA MUNICIPALIDAD HOLGUINERA 1800-1850 (15)

 15.- Los del Cabildo de Holguín en el periodo de este comentario tomaron medidas contra los Vagos y los Mal Entretenidos, que en Actas calificaban de “Polillas”. A esos pretendieron exterminar de la jurisdicción. Así el Gobernador Escudero en 1816 pidió al Cabildo una fuerte batida contra ellos, exigiendo que se les remitiese a la Ciudad de Santiago de Cuba sin necesidad de formación de causa, bastando solamente con la opinión por escrito de las autoridades. Y por el mismo motivo, que era común en todas las jurisdicciones, en Santiago de Cuba se creó un Juzgado Privativo de Vagos, siendo frecuente encontrar relación de los vagos enviados por las autoridades de Holguín, manifestando que todos eran poco amantes del trabajo.

En 1837 nos encontramos que don Rafael de Soria acusaba a Juan de Dios Zayas y a Narciso María Severo de vagos, el primero de ellos por tener una numerosa familia y no trabajar y el segundo por estar amancebado a una tal Emeteria Neira, no trabajando. 

Mayor que todas las antes narradas fue la batida contra los Vagos bajo el mando provincial del General Lorenzo. Así en 1843 fue requerido el Cabildo de Holguín para que exterminara los ociosos, los mal entretenidos y los delincuentes y así igual los picapleitos. En respuesta las autoridades de la Ciudad dictaron un bando por medio del que se dio un plazo de ocho días para que los que no trabajaban buscaran ocupación y oficio, so pena de ser considerados vagos y así poder encarcelarlos. 

Otra de las causas de los males que se padecieron en este periodo histórico que comentamos, fue el vicio del juego.

En 19 de enero de 1823 la Real Audiencia tomó el acuerdo de apremiar la persecución de los juegos al prohibido, los que no debían de tolerarse en las ciudades ni en los campos porque esos pervertían a las personas, “degeneraban en el amor al ocio a la vagancia”. De ahí que se ordenaba que a los vagos y mal entretenidos se les formase causa con arreglo a la Ley Número 7, Título 31, Libro 12, de la Novísima Recopilación.

Por Bando de Buen Gobierno, aprobado por el Cabildo holguinero en 18 de abril de 1824, se penaba a los jugadores como a los vagos de oficio, pero no obstante ello, nos encontramos con disposiciones del mismo Cabildo prohibiendo la apertura de Casas de Juego sin la autorización del Cabildo (lo que nos hace entender que las autorizaba). Igual, la la dicha disposición determinaba que las Casas de Juego solo podían mantenerse abiertas de seis de la mañana a la hora de la retreta, con prohibición de concurrir a los artesanos en las horas de trabajo; y otro Bando prohibió los juegos de embite (sic), suerte, azar y las rifas. 

En 7 de enero de 1825 el Regidor Alférez Real don José Onofre de la Cruz solicitó del Cabildo el aseo de las orillas de los ríos que circunvalan la ciudad por ser guarida de malhechores, señalando como tales malhechores y asaltadores de camino a Pedro de los Reyes, a Manuel Hilario Osorio, a José Osorio, a Agustín Velázquez y al mulato Pedro de Parra, cuyo feudo de acción lo era la zona de San Andrés, “los que andan ya en el camino de ser bandoleros famosos, pudiendo nombrárseles ya como Bandoleros”, y asimismo dijo que esa Partida de asaltadores, bajo la jefatura de Pedro de los Reyes y de Manuel Hilario Osorio, tenía entre ellos al mulato Pedro de Parra, esclavo de Manuel de Fuentes. A Pedro de los Reyes se le conocía por el apodo de “Guachinango”. El Cabildo creó una Partida mandada por Juan de Barreda, para capturarlos, creyendo el Cabildo, como creía, que era uno de sus deberes el mantenimiento del orden y de la tranquilidad pública en la Jurisdicción de su mando.

El Bando de Buen Gobierno de 21 de octubre de 1836 también pena a los jugadores y vagos de oficio, pero nos encontramos con disposiciones que no permiten que los hijos de familia ni los esclavos concurriesen a las Casas de Juego ni a Las Galerías (lo que nos hace entender que lo hacían y que los jugadores no eran solamente los vagos).

En 6 de noviembre de 1841 ordenan que los Villares, Cafés y Fondas cerraran sus puertas a las diez de la noche, bajo la pena de diez ducados, para así evitar en el público la tentación del juego. Y al tener noticias el cabildo de que en los Villares se reunía los artesanos, los jornaleros y hasta los hijos de familia, fomentando la holgazanería y la indiferencia al trabajo, recomendaron a los dueños que no se les permitiese la entrada y en caso de que alguno de ellos persistiera, que se lo comunicasen al Alcalde de Barrio el cual los multaría.

El Capitán General de la Isla en 16 de enero de 1844 envió a Holguín un Bando prohibiendo los juegos y fijando las penalidades a los que se encontrasen jugando. Inmediatamente el Gobernador de Holguín lo comunicó a los Capitanes de Partido, al objeto de que iniciasen en sus demarcaciones una fuerte batida contra los jugadores, señalando en ellas que si los vecinos trabajaban en los campos no tendrían tentación de jugar, y por ello obligaron a todos a la siembra de frutos menores.

Por Bando de 19 de diciembre de 1846 prohibieron las peleas de gallos en los campos en los días de trabajo. No obstante ello, mucho antes, en 1821, el Cabildo había designado a don Manuel Herrera como rematador de Gallos.

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