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20 de febrero de 2020

Francisco Morales, asesino de indios en Maniabón



Por César Hidalgo Torres
Diecinueve años después de la llegada de Cristóbal Colón y todavía la isla de Cuba no atraía demasiado la atención de los españoles. Administrativa y económicamente todo estaba centrado en la isla “La Española” (Actual Repúblicas Dominicana y Haití) y las últimas expediciones de conquista fueron hacia Tierra Firme.

Sin embargo, y a pesar de lo dicho anteriormente, en 1511 el nuevo Segundo Almirante y Segundo virrey de las Indias, don Diego Colón, conociendo que el Rey había mandado a Sebastián Ocampo a que bojeara la isla para saber si en ella había oro y si podrían asentarse algunos cristianos aquí, decidió iniciar la conquista.

Originalmente pensó el virrey en nominar para la jefatura del tema cubano a su tío Bartolomé Colón, pero la partida de este a España lo inclinó a nombrar al antiguo lugarteniente de Ovando, Diego Velázquez de Cuellar, poderoso encomendero local y hombre de probada experiencia militar, a mas de que contaba con el respaldo de Ginés de Pasamonte, tesorero real y hombre de confianza del monarca Fernando de Aragón.

Inició Velázquez la conquista de Cuba en la primavera de 1510, al frente de unos trescientos hombres y cuatro embarcaciones.

Fue su primera acción aplastar la heroica resistencia de Hatuey y cuando lo hubo conseguido fundó la Villa de Baracoa a finales de 1510 o principios de 1511.

Acto seguido inició la confección de nuevos planes expansivos, sin embargo, mientras definía estos propósitos, Velázquez decidió que en un momento no definido por los historiadores de 1512 salieran dos grupos de la hueste conquistadora hacia puntos considerados claves en el oriente de la isla con el objetivo de ocuparlos y pacificarlos: Panfilo de Narváez fue hacia Bayamo y Francisco de Morales se dirigió hacía Maniabón.

Según el mapa de las provincias indias[1], elaborado en 1841 por José María de la Torre, el supuesto cacicazgo de Maniabón lindaba por la costa aproximadamente entre las bahías de Puerto Padre y Naranjo, mientras el nombrado Bani, vecino del anterior, iniciaba en la bahía de Naranjo hasta la península de El Ramón.

Un mapa confeccionado por el historiador Fernando Portuondo demuestra que Morales fue a las zonas occidentales de la actual provincia de Holguín, es decir las comunidades comprendidas en general desde el actual El Yayal, en las inmediaciones de la actual ciudad de Holguín, y conteniendo las tierras entorno a la bahía de Gibara, e incluyendo la zona oriental de la actual provincia de Las Tunas, exactamente los municipios de Chaparra y Puerto Padre.

La incógnita es por qué Morales fue a esa zona y no a la muy poblada zona de Banes. La respuesta tal vez está en la leyenda confeccionada años antes por el Almirante Cristóbal Colón quien dedujo de lo que le decía los aborígenes, que a cuatro jornadas de un cabo y un río (la bahía de Puerto Padre), existía una gran población. O, para mayor especulación, porque los conquistadores querían cortarles la retaguardia a las comunidades de Baní.

Es sabido que Morales era hombre de confianza de Diego Colón, y Velázquez, interesado en quitarse a un competidor peligroso, aprovechó que aquel extralimitó sus funciones represivas y lo hizo saber al Rey.

En diciembre 1512 el Rey envió la comunicación siguiente a su hombre en Cuba:

Dic 10 El Rey.- Diego Velázquez, capitán de la Isla de Cuba: Yo he sido informado que Francisco de Morales, a quien vos enviasteis a la provincia de Maniabón por vuestro lugarteniente, ha hecho muchos excesos en el viaje que hizo, faciendo fuerzas e robos a personas de las que consigo llevaba, e alborotado los indios, e llevándolos atados por fuerza, e maltratándolos a dondequiera, e hizo otros muchos males o daños dignos de mucha punición e castigo, e de todo ello diz que fue acusado ante vos por los alcaldes e procuradores de la dicha provincia, e por otras personas a quien había fecho los dichos robos, para que vos lo mandases castigar conforme a justicia, (…) e porque semejantes casos no queden sin mucha punición e castigo, como el caso lo requiere, de manera que a él sea castigo y a otros exemplo, y los indios de la dicha isla sepan o vean el castigo que se le da (…) yo a vos mando que luego que esta mi carta vieres, con el cuidado y buena diligencia que yo de vos confío, hagáis información por todas las maneras que mejor saberla pudieres, qué excesos y cosas y delitos son los que el dicho Francisco de Morales ha fecho y cometido, e así fecho, proceded contra su persona e bienes con todo rigor de justicia, e conforme a ella le dad la pena condigna al delito que cometió, e los excesos que hizo, la cual dicha pena e castigo sea pública, para que sea castigo a él y para los que lo vieren exejemplo, e los indios e otras personas que del han sido agraviados e maltratados, vean la pena que en él se executa por los excesos que cometió y por el mal tratamiento que a ellos hizo, y para la ejecución de lo susodicho proceded por vía ordinaria conforme a justicia e no dando lugar a dilaciones, salvo solamente la verdad sabida, que para lo ansí facer cumplir e ejecutar, si hubieres menester favor e ayuda, por esta mandamos a los concejos, alcaldes, regidores, oficiales e homes buenos, e otras qualesquier persona que están o estuvieren en la dicha isla, que vos lo den e fagan dar según vos lo pidieres e demandares (…) a vos doy poder e facultad para las executar en las personas e bienes de los que así no las cumplieren.

En la misma fecha que la anterior se expidieron reales cedulas al almirante don Diego Colón y a los oficiales reales de la isla Española, para que, en caso necesario, dieran ayuda a Diego Velazquez, encargado de hacer informaciones contra Francisco de Morales.

Treinta y tres años después, según insiste en decir la tradición, el capitán García Holguín fundó un hato ganadero en su antigua hacienda o Encomienda, ayudado por el cacique de Maniabón. Hipótesis actuales creen que este tal cacique sea un mestizo nacido de la fornicación a la que Morales sometió a las aborígenes de la zona. 






[1] Los conquistadores consideraron que eran provincias los territorios bajo dominio de grandes cacicazgos, pero los aborígenes no conocían de ese tipo de división político administrativa.

1 comentario:

  1. Manipulación de datos y especulaciones sin base documental. Falta de investigación cientifica.

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