Empezar por el principio. Me llamo
José Juan Nicolás Román Arrom. Nací hace noventa y cinco años, el 28 de febrero
de 1910 en la ciudad de Holguín, hoy capital de la provincia del mismo nombre
en la región oriental de Cuba. Antes de cumplir los cuarenta días de nacido,
fui bautizado en la iglesia, hoy catedral, de San Isidoro. Fueron mis padrinos
mis abuelos maternos. Y después del bautizo mis padres me llevaron a Mayarí,
donde tenían su residencia.
Me cuentan que cuando nací cruzaba
por los cielos de Cuba el cometa Halley. Su paso provocó toda clase de
presagios. Se comentaba que anunciaba tiempos felices o que vendrían días
aciagos. Unos amigos de mi padre le preguntaron que cómo pensaba que afectaría
la vida de su recién nacido. Como él no creía en tales pronósticos,
sencillamente dijo: “¿Quién sabe lo que la cola del cometa traerá a la vida de
este niño?” La cola del cometa no me trajo ningún suceso espectacular, a no ser
que, debido a mi larga vida, he podido contemplar, muchos años más tarde, un
segundo paso del cometa en un país muy lejos de donde nací.
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