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25 de septiembre de 2017

Banda de Concierto de Holguín a partir de 1959



Desde el mismo triunfo de enero de 1959 las Bandas Municipales de Holguín, Banes, Sagua de Tánamo y otras de reciente formación se sumaron a importantes proyectos para llevar la cultura a todas las capas de la población que residía a lo largo de todo el territorio. Mucho se le debe a esa labor en la elevación del gusto musical y como respaldo a las actividades patrióticas y recreativas del pueblo.
Uno de los cambios más significativos  que comenzaron a palparse en las retretas y otras actividades fue la creación de un repertorio más amplio y acorde con la estrategia sociocultural trazada por la Revolución triunfante.
Se oía a las Bandas interpretando activamente himnos, marchas y canciones que exaltaban  las tradiciones de lucha y las nuevas conquistas, entre ellas:  los “Himno del 26 de Julio”, la “Marcha de América Latina” y la de la Tricontinental,  las de Agustín Díaz Cartaya, el “Himno de la Alfabetización”, “Cuba qué linda es Cuba”, de Eduardo Saborit y la “Marcha Triunfal Fidel Castro”, creación del holguinero Antonio Coré Zelleck.  
De 1959 a 1969 la Banda de Holguín vivió un período vital y enriquecedor del panorama cultural del territorio e incluso más allá del territorio local al presentarse de forma destacada en el Festival Nacional de Bandas que se realizaba en Bayamo.
Sin embargo el empeño por el desarrollo cultural del pueblo y los éxitos de la Banda, a finales de los años 60 y durante los 70, las bandas vivieron una de sus etapas más difíciles. El esfuerzo de la Revolución por garantizar un puesto de trabajo a cada cubano, llevó a medidas como la de prohibir a los músicos doble vinculación, una práctica muy antigua que consistía en que los músicos de Banda también se presentaban con otras agrupaciones. Ello provocó un éxodo de los mejores instrumentistas hacia las agrupaciones bailables, que eran mejor remuneradas.
En 1970 el maestro Márquez ante la inestabilidad de la plantilla, las dificultades económicas de un país bloqueado y víctima de una avalancha de música moderna internacional, y por sus problemas de salud y otras dificultades, se acogió al retiro. Francisco Blanco y Antonio Vargas, dos jóvenes e inexpertos músicos, asumieron la dirección y se esforzaron en adiestrar un personal muy inestable y de escasa convicción de su hermosa pero muy poco estimulada y tenida en cuenta tarea. A partir de entonces, las retretas empezaron a perder su sistematicidad. En 18 de diciembre de 1970 el diario local se lamentó en que se habían perdido las retretas en el parque Calixto García y que el nuevo director hacía esfuerzos por mantener la Banda con vida.
Igual en Banes y Mayarí desaparecieron las Bandas y posteriormente desaparecieron las Bandas.
Luego, con la desaparición del Consejo Nacional de Cultura y la fundación del Ministerio de Cultura, comenzaron a respirarse nuevos aires en el sector cultural: Las relaciones de trabajo con los países socialistas, las graduaciones en las escuelas de música y la puesta en práctica de proyectos como el de las instituciones básicas de la comunidad favorecieron la recuperación de la Banda de Holguín y las retretas.
En 1983 la Dirección Municipal de Cultura nombra a Juan José Herrera como director titular de la Banda y en 1984 a Humberto Pino Hernández como subdirector, comenzando una nueva etapa en la vida de la añeja institución.
Entonces recibe un local de ensayo en la calle Aricochea, entre Mártires y Máximo Gómez (actual casa de la UPEC), mejor vestuario, asignación de nuevos instrumentos llegados de la República Democrática Alemana y Checoslovaquia, así como la incorporación de talento joven. Ello, unido a una mayor exigencia técnica, hizo posible alcanzar el segundo nivel en la evaluación artística de 1984.
Otro logro relevante fue el trabajo creciente de interrelación con las demás instituciones del municipio, con las comunidades del territorio y los organismos encargados de las actividades patrióticas y de la defensa, de ahí que la Municipal se convirtió, además, en núcleo fundamental de la “Banda del Batallón de Ceremonias de la Milicias de Tropas Territoriales”.
En 1982 las autoridades culturales del territorio comienzan a realizar anualmente la Semana de la Cultura Holguinera, cuyo desfile inaugural es encabezado por la Banda y asimismo durante los siete días siguientes, de acuerdo a los recursos disponibles, se programan diversas retretas y conciertos en comunidades, barrios, centros laborales y estudiantiles. Similar ocurre durante las Jornadas de Concierto que se ha mantenido en estas tres últimas décadas y a las que en los albores de los 90 se sumaron dos eventos de proyección internacional: la Fiesta de la Cultura Iberoamericana y las Romerías de Mayo; en ambas la Banda tiene una participación activa.
En 1988 asume la dirección de la Banda, Manuel de Jesús Leyva Barrera, "Koko",  un músico muy versátil y de un elevado nivel técnico-artístico que logró una labor autoral reconocida nacionalmente. El nombramiento del nuevo director, la asignación de una nueva sede en la calle Arias, frente al parque San José y una mejor atención en sentido general trajeron nuevos pasos de avance en la agrupación holguinera.
Asimismo se debe resaltar la magnífica participación de los holguineros en el Primer Festival Internacional de Bandas, realizado en  mayo de 1991 en la Ciudad de La Habana, con presentaciones en el teatro García Lorca, el Parque Central, la heladería Coppelia y otros escenarios en los que sus interpretaciones fueron recibidas calurosamente por el público y los especialistas; obras del maestro Koko, como Fantasía Africana y Fusión Ancestral, fueron solicitadas para el repertorio de otras bandas del país y el extranjero.
Un  hecho de singular trascendencia es el protagonismo de la Banda de Holguín (con categoría de provincial a partir de que el territorio se convierte en capital del norte oriental), es la formación entre el 2005 y el 2007 de otras doce bandas municipales, y ello sin afectar las retretas de los jueves y domingos en el parque Calixto García.
El 13 de febrero de 2007, frente al histórico edificio “La Periquera”, se realizó el acto de graduación de los 300 estudiante que, tras ese curso emergente en que recibieron numerosas asignaturas teóricas y fueron adiestrados en sus respectivos instrumentos, lograron la preparación mínima para asumir la hermosa misión de rescatar las retretas en comunidades donde se había perdido la tradición hacía muchos años y en otros casos llevarlas a lugares donde nunca habían presenciado ese acto mágico de la música en vivo a través de ese formato instrumental.
De esa forma, Holguín se convirtió luego de Granma, Las Tunas y Guantánamo, en la  cuarta provincia en contar con bandas en todos sus municipios, llevando desde entonces a todos sus enclaves urbanos y rurales   una tradición centenaria que  seguirá contribuyendo al enriquecimiento espiritual de todos los holguineros.


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