Esta foto de Loma de la Cruz es cortesía de TripAdvisor
Es la loma de la Cruz de Holguín un sitio natural que posee un
bello paisaje en sus al rededores. Las rocas que la forman son del cretácico
superior, lo que significa que la lomita local es una dama antigua con una edad
de unos 90 millones de años.
El suelo es del tipo nipe ferrítico púrpura, poco
profundo, ondulado, erosionado y pobre desde el punto de vista agrícola. Por
tanto allí nada más puede crecer la vegetación que le conocemos: arbustos entre
los que predominan plantas espinosas con hojas pequeñas y duras, resistente a
la época de sequía.
Por cierto, algunas de las plantas que crecen en
las faldas de la loma son endémicas de
los al rededores de Holguín como por ejemplo el
Cactus enano de Holguín, el Melocactus de Holguín, el Roble de sabana,
la Yuraguana de Holguín y la Rosa o Jazmín de sabana, que es considera un
símbolo de la provincia.
En cuanto a fauna, dicen los biólogos que en la
loma de la cruz habitaron diversos grupos zoológicos, entre ellos los anélidos
o lombrices, los chilopodas (entre los que están los Ciempiés), los crustáceos
o cangrejos, los anfibios (ranas y sapos entre ellos), los insectos, las
arañas, los moluscos o animales de consistencia blanda que, generalmente, viven
en caracoles, los reptiles, sobre todo lagartijas o caguayos y aves y
mamíferos. Pero, y es muy lamentable, la mayoría de los animales que
tradicionalmente vivieron en la loma murieron o se marcharon por las
modificaciones que sufrió su hábitat original.
Esta foto de Loma de la Cruz es cortesía de TripAdvisor
Actualmente, dicen los expertos, hay menos anfibios
cada vez que se les hace un conteo y los reptiles son muy escasos. Pero, menos
mal, todavía se pueden ver algunas especies de la fauna cubana habitando en el
lugar, sobre todo insectos, con alta proliferación de mariposas diurnas y
nocturnas y diversos tipos de moluscos o caracoles, y aves. Abundan en la loma los
sinsontes, el totí y la tojosa. Por su parte dentro de los mamíferos se ven
murciélagos y roedores. Entre los arácnidos: arañas y los escorpiones, entre
estos segundos, son mayoría los alacranes. Por cierto, la más pequeña de las
alacranes de Cuba, que solo alcanza unos pocos centímetros. Ojalá y todas esas
rarezas y asimismo la vida autentica que habita la Loma estuviera a la vista de
todos, porque es ese lugar uno de los mayores atractivos turísticos que tiene
Holguín.
Incluso, aunque constantemente se repite que la
construcción de la escalinata hasta la cima fue por una necesidad de la fe
religiosa mayoritaria en la ciudad, no parece que es esa la única causa, y lo
dice la Aldea por lo que va a explicar seguidamente.
Existen documentos que prueban que desde 1928 las
autoridades locales y el mismísimo Oscar Albanés Carballo, principal animador
de la escalinata y las otras construcciones, vieron la posibilidad de convertir
la Loma de la Cruz en un atractivo turístico de obligada visita para los
forasteros que llegaran a la ciudad. Y lo consiguieron. Es una verdad firme
como una roca esa que se ha asentado en el entendimiento de los holguineros y sus
visitantes que dice: “Todo aquel que
venga por primera vez a Holguín y no suba la Loma de la Cruz, no ha venido a
Holguín”.
En la actualidad allá arriba, en el pimpollo de la
loma, hay restaurantes que prestan servicios gastronómicos a los que suben. Lastima,
eso sí, que jamás se haya concretado el viejo sueño de construir un hotel en la
cima de la loma. Un día se hará y seguro que también una larga lista de
propuestas hecha por expertos en turismo que quieren convertir a la Loma en el
más apto lugar para satisfacer a los visitantes.
Seguidamente anotaremos las dichas propuestas.
Lo primero es que el visitante sepa a qué lugar
está llegando, qué valores excepcionales tiene. Sería muy bueno, dicen ellos,
que se señalizara el lugar, que se pusieran vallas o paneles informativos
distribuidos por todo el espacio para orientar al visitante: Por ejemplo, sería
bueno algún suelto que informe sobre el fortín español y otro sobre la historia
de cómo y por qué se construyó la escalinata. También sería útil a los turistas
tener a mano plegables o libros sobre los suelos y rocas que conforman la loma,
sobre la vegetación y la fauna y sobre los hechos históricos, religiosos y
sociales que han ocurrido y que siguen ocurriendo en ese emblemático lugar de
la ciudad de Holguín.
Incluso sería bueno, por necesario, que en la loma
se creara un centro de información que presente y explique a los visitantes el
significado patrimonial del lugar, y que los visitantes tuvieran guías que los
acompañaran en sus recorridos y que mientras tanto les narraran la historia de
la loma, incluyendo, claro, las leyendas que se ubican en aquel lindísimo lugar
holguinero.
Igual los expertos en gestión turística propusieron
que para que de verdad la loma sea uno de los principales lugares turísticos de
Holguín, allá arriba, en la cima, debería escenificarse la ceremonia del heliógrafo con el objetivo de rescatar la historia local
asociada con las guerras independentistas. Y debería haber en la loma un
sencillo aparatito de esos para mirar a lo lejos, y de lo que hablo es de un
binocular.
Y en la Loma de la Cruz holguinera debería hacer el
Museo de las Romerías, que sería, por tanto, el Museo del carnaval.
Asimismo debería crearse un sendero ecológico que
muestre los valores naturales del lugar tan injustamente desconocidos por la
mayoría de los visitantes; eso contribuiría al cuidado y conservación del medio ambiente del lugar, que ha sido muy
alterado por la acción del hombre y por
los fenómenos meteorológicos. Incluso, sería bueno hacer participe a los visitantes
en la tarea de la reforestación, o sea, que ellos también podrían sembrar
árboles en la cima de la loma.
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