Leonor
García Vélez, la hija mayor
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Contó
Carlos que el General sentía un amor especial por su hija Leonor, la mayor de
todos. Y ahora, llegada a la edad, Leonor inicia relaciones con un dentista
angloamericano que la visita en la casa de sus padres.
Isabel,
la madre, no era del criterio que aconsejaba la costumbre, de cuidar a los
novios, pero el padre sí. Y, estratega brillante como era, Calixto crea una
táctica para obligar al novio a retirarse más temprano, todos los días,
minutos antes de la llegada del futuro yerno, el General adelantaba el reloj.
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1887,
Agosto
El
inicio de una tragedia
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La
bellísima nuera de Calixto e Isabel, esposa de Calixto hijo, se marcha de
Madrid rumbo a Cuba y con ella se lleva a los dos nietos. La mujer prometió
usar las influencias de sus padres para conseguirle un puesto a Calixto
García Vélez, que entonces nada más tenía 23 años.
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1887
Contradicciones
con los diputados autonomistas
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Llegaron
a Madrid los diputados cubanos militantes del partido autonomista. Calixto
los visita en el hotel en el que se hospedan y allí sostiene una discusión
con el célebre orador Montoro. Le dice el general que era tonto y estéril
solicitar libertades de España por medios pacíficos. Montoro echa mano a su
dialéctica hegeliana, queriendo convencer a Calixto. En un momento le dice
Montoro: “Mire, General, España lo hará
a usted jefe del ejército de Cuba”. “Muy bien, responde Calixto, entonces bajaré del Morro su bandera y
pondré la cubana”
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1887,
Junio 8
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Carta
de Calixto a Félix Figueredo: “Aquí tiene
a nuestros diputados muy satisfechos. Es verdad que no les han dejado hablar,
con lo cual les han hecho un gran favor, pues no han gastado su tiempo. En
cambio, les han ofrecido, si continúan calladitos, como se les dice a los
muchachos cuando los grandes están echando la siesta, sabe Dios todo lo que
les darán. Lo malo que tienen estos procedimientos infantiles es que el que
premia tiene derecho a castigar. Así que si no se portan bien les suprimirán
los postres, les harán acostar temprano y hasta les darán algunas nalgaditas.
“He aquí adonde han llegado los
cubanos que han sucedido a la generación que estuvo por Baire, Jiguaní,
Cobre, Minas, Palo Seco, etc.”[1]
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1887,
Diciembre
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Tal
como le prometió su esposa, Calixto García Vélez viaja a La Habana para
desempeñarse en la Aduana
de La Coloma.
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1887,
Diciembre 14
Calixto
García Vélez
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No
hace más de nueve días de la llegada de Calixto García Vélez a La Habana. A las tres de la
tarde, acabado de regresar de su trabajo, el hijo de Calixto dispara cinco
tiros de su revólver que matan a la esposa. La sexta bala la utiliza para
suicidarse. La prensa dijo que el macabro suceso fue “por cuestiones íntimas”. Y dice la prensa que los testigos le
dijeron al reportero que “allí, sobre
el cadáver ensangrentado de la madre encontraron a los niños pequeños”.
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1887,
Diciembre 24
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En
Madrid el General se preparaba para celebrar la Navidad cuando le llega
la terrible noticia del suicidio de su hijo. El padre escribe a sus amigos
Félix Figueredo, que fue quien se encargó de los funerales, y a José Dolores
Poyo, el amigo que también estaba en La Habana.
A ellos pide datos sobre el terrible suceso: “No me oculte nada, no omita detalle
alguno”, les dice, desesperado.
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El
General era muy conocido en Madrid.
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Acostumbraba
el general a sentarse en un café en el que todo el mundo le conocía, tanto
que los que llegaban le saludan: “Como
está don Calixto”, y le saludan también los que se marchaban, “pase buena noche, don Calixto”[2].
Sin
embargo el respeto por sus vecinos no es causa para que el general deje de
mostrarse como lo que es, un independentista. Dice Carlos que recuerda de
forma especial un incidente en la representación del libro: Los sobrinos del
Capitán Grand. “Un espectador que se
mofó de unos soldados suramericanos harapientos y descalzos desfilando como
quiera, y eso le produjo al General García Iñiguez tal indignación que le
dijo ‘sepa usted que con soldados como
esos fueron los españoles derrotados y expulsados de América”.
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Los
nietos de Calixto van a vivir con sus abuelos
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Llegan
a Madrid los hijos de Calixto García Vélez, Isabel y Calixto los cuidan a la
vez que cuidan de forma muy especial a Merceditas, la niña enferma.
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1889
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Tiene
el general a sus hijos Carlos y Justo estudiando. El primero en París[3], el
segundo en Berlín. Pero Justo no está feliz de estar en Alemania y quiere
venir a París con su hermano. Para conseguir que su padre esté de acuerdo en
hacerle un traslado se finge enfermo y por conducto de Carlos pide permiso al
general. Calixto, que es inflexible, recuerda la tragedia con su hijo mayor y
da por cierta la causa. Feliz Justo va a encontrarse con Carlos. Calixto
también viaja a reencontrarse con los dos hijos[4]. Y
aprovecha, además, para entrevistarse con el Dr. Betances quien lo pone en
contacto con Henri Rochefort, director de “L´Intransigeant”.
Es
corta la visita, pero el general la aprovecha para visitar la Exposición
Internacional de París. Está presente en la inauguración de
la Torre
Eiffel[5].
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[1] Tal es la indignación de Calixto
García contra los autonomistas que dijo el mismísimo Juan Gualberto Gómez que
fue el general quien lo convenció a que viniera a La Habana a emprender campaña
separatista a fin de contrarrestar las actividades de los autonomistas.
[2] Dice Pelayo Cepeda que al general le
conocía todo Madrid, por su historia, por su arrogante figura, por su
indumentaria. Solía frecuentar un café sito en la Puerta del Sol, esquina a
la calle del Carmen y se sentaba ante una de las mesas, ponía en la vecina
silla la chistera y mientras tomaba su café, correspondía cortés a cuantos
pasaban y se descubrían para saludarle con un respetuoso: “Buenas tardes, don Calixto”
[3] Dijo Carlos que su padre quería que fuese
abogado, pero, dijo Carlos: “no desea continuar siendo una carga para la no muy
sólida economía familiar y por eso escogí
una carrera más corta, estomatología” la que estudió en la facultad de
medicina de San Carlos de la capital ibérica, donde tiene por profesores a los
estomatólogos estadounidenses Tomás y David Whitmarch”.
“En aquella época no estaba establecida la enseñanza
oficial de la carrera dental y los exámenes se celebraban a título de
suficiencia ante un tribunal constituido por médicos, catedráticos de la
facultad y dentistas”.
[4] En 1889 la medida que impedía que
Calixto saliera de España ya había perdido vigencia. El General visito París
durante varias semanas y... regreso a Madrid. ¿Por qué no aprovechó esta
posibilidad de huir y trasladarse a otro país?
[5] Desde entonces al general se le hace
obsesivo el deseo de regresar para la Exposición de 1900.
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