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25 de febrero de 2017

Banes era el lugar de Cuba donde más aborigenes vivían a la llegada de los conquistadores españoles



  

El sitio arqueológico El Chorro de Maíta se ubica en el nororiente de Cuba, en el Cerro de Yaguajay que es una altura situada en el centro de una zona rural históricamente conocida con el mismo nombre, parte del actual municipio Banes, provincia de Holguín. 

Espacios relacionados con la conquista y colonización, próximos a Yaguajay y a El Chorro de Maíta.

Cristóbal Colón arribó por primera vez a Cuba por la bahía de Bariay, a unos 20 kilómetros al oeste de El Chorro de Maíta. Tras el arribo del conquistador de Cuba, Diego Velázquez, el lugar donde apareció el cementerio y todos las otras áreas circundantes pudieron ser los lugares donde actuó el grupo conquistador dirigido por Francisco de Morales, durante su violenta campaña en la provincia india de Maniabón. Precisamente la existencia allí de un extenso grupo de elevaciones denominado Lomas de Maniabón es el que se usa para inferir que fue allí donde estaba la dicha provincia india.
A unos 57 kilómetros al suroeste de El Chorro de Maíta, a partir de 1520, tuvo tierras y seguramente que también tuvo indios encomendados, un vecino de Bayamo nombrado García Holguín. Esas tierras, se cree (aunque se discute la fecha), para 1545 se convirtieron en un hato o hacienda ganadero. En 1720 se fomentó un pueblo donde estuvo el centro del hato de García Holguín y en 1752 ese dicho pueblo se convirtió oficialmente en ciudad: San Isidoro de Holguín. Desde entonces Banes y Yaguajay quedaron bajo su jurisdicción.
Según datos históricos, hacia 1740 Yaguajay era un corral dedicado a la cría de cerdos (Bacallao 2009:297), sin embargo en documentos que se conservan en el Archivo Nacional de Cuba, Fondo Gobierno Superior, legajo 630, No. 19886, del año 1814 se le consideraba tierras realengas, es decir un espacio propiedad de la corona española. Esto sugiere que, quizás, su uso agrícola-ganadero fue corto y poco importante y luego dejado de usar.
Aparentemente la zona permaneció deshabitada o con un uso muy limitado hasta 1846, cuando se menciona su carácter de paraje ganadero (Novoa Betancourt 2008:82). También las tierras cercanas demoraron en ser colonizadas; Samá, Retrete e incluso Banes no se adjudicaron a terratenientes hasta la segunda mitad del siglo XVIII (Novoa Betancourt 2008:39-40).
En el Censo General de 1943 Yaguajay es registrado como un barrio del municipio Banes (Censo 1943), limitando al este por la Bahía de Samá, al oeste por la Bahía de Naranjo y al sur por la elevación conocida como Pan de Samá.
Precisamente esa tardía colonización fue la que hizo creer que por siglos la zona estuvo distante de los españoles, quienes crearon en el sur dos principales villas, Santiago y Bayamo.
Una pregunta que siempre ha rondado esa geografía es la siguiente: ¿por qué no se asentaron los españoles en el lugar de Oriente que más aborígenes vivían? Y que era esa la zona donde más aborígenes vivían se pasa a demostrar seguidamente:


Lugares de la zona de Yaguajay y del área arqueológica de Banes donde se han encontrado sitios o lugares donde vivieron aborígenes agricultores ceramistas.

La llamada Área Arqueológica de Banes comprende la mayor parte del actual municipio Banes y el municipio Antilla, sobre un territorio que se proyecta hacia el océano Atlántico, limitado por una línea imaginaria que va de la Bahía de Naranjo en el norte, a la desembocadura del Río Tacajó en la Bahía de Nipe, al sur. Es esa área la que en Cuba concentra la mayor cantidad de sitios de habitación de agricultores-ceramistas (más de 70).
Los restos aborígenes más antiguos encontrados en la zona fueron los de Aguas Gordas, fechados en el año 1000 después de Cristo. Le siguen cronológicamente los del Potrero de El Mango, fechado en el año 1014 aproximadamente. Asimismo los fechados radiocarbónicos  hechos a los sitios de Banes determinaron que estos aún estaban vigentes en los siglos XV y XVI, en tiempos en que ya se había producido la colonización europea.
Los asentamientos aborígenes encontrados por la arqueología en el área de Banes, diferente a los que han aparecido en el sur oriental y semejante a los aparecidos en gran parte del resto de la Isla, están en la cima de elevaciones y a cierta distancia del mar, esto último a pesar de que muchos sus alimentos tienen componente marino significativo (Valcárcel Rojas 2002:43-51).
Asimismo hay indicios de que la población creció mucho en los sitios más antiguos y que desde esos se desplazaron grupos que se asentaron en lugares cercanos, dando nacimiento a otros con muchas semejanzas a los pueblos padres. Los sitios más antiguos (de los que se desprendieron los otros), siempre son los de mayor tamaño. Esos, se puede demostrar, se mantuvieron en uso durante siglos y en ellos se concentran materiales de carácter ceremonial y suntuario. Tal detalle se interpreta como expresión de una creciente complejidad social y liderazgo territorial, en clara consolidación durante el siglo XV después de Cristo. (Valcárcel Rojas 1999; 2002:93-96).
En la zona de Banes (que muy comúnmente se le llama la capital arqueológica de Cuba), se reconocen tres grandes agrupaciones de sitios, delimitadas aparentemente por accidentes geográficos: una en el lado Este (Banes), otra en la zona Samá-Río Seco, en la parte Centro Norte, y en el extremo Noroeste la de Yaguajay (obsérvese el mapa siguiente). 

Distribución de sitios arqueológicos en la zona de Yaguajay.

Las 25 locaciones arqueológicas de agricultores ceramistas y las 17 de agricultores arcaicos que se han encontrado en Yaguajay se ubican entre la costa y las laderas Este y Norte del Cerro de Yaguajay, en un área de unos 50 km². Tal cantidad de sitios de habitación aborigen hace a Yaguajay la de mayor densidad en toda el Área Arqueológica de Banes.
De todos esos sitios, los que se supone que fueron sitios habitacionales o “pueblos” de alta cantidad de población y de largo tiempo de uso están en la cima de las elevaciones y donde el terreno es fértil. De todos ellos, Chorro de Maíta es el que está en lugar más elevado.   
Entre los “pueblos” y el litoral, se han encontrado paraderos o campamentos. Por su parte en las orillas del mar nada más aparecen unos muy pocos asentamientos poblacionales de poca cantidad de individuos y paraderos en los que, al parecer, los aborigenes estaban por poco tiempo, posiblemente mientras pescaban.
Los principales sitios de habitación cercanos a la costa que se han encontrado son el del Cementerio de Guardalavaca y el de Punta de Pulpo; ambos especializados en la explotación marina. Los expertos consideran que, quizás, esos dos “pueblos” en la costa garantizaban el control de esa área tan rica en recursos marinos y asimismo la salida al mar de los grupos agricultores ceramistas que vivían en zonas interiores. Cerca se encontraron vestigios de grupos de pescadores-recolectores, y ello se ha considerado un indicio de lo temprano de la ocupación del lugar, seguramente que por el interés por aprovechar sus recursos naturales (Valcárcel Rojas 2002:37).
En once de las cuevas ubicadas en las alturas y también en las de las llanuras costeras han aparecido elementos arqueológicos, pero solamente en seis de ellas hay indicios de uso funerario. Esas se sitúan, mayormente, cerca de los sitios de habitación.
Al carecer las cuevas funerarias de características particulares, parece que su selección para esos usos se debe al factor distancia.
Por demás, al ser la cantidad de cuevas funerarias menor al número de sitios de habitación, es muy probable que algunas fueran empleadas por más de un asentamiento.

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