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7 de enero de 2017

Centro Comercial de Holguín - RESUMEN SOCIO-ECONOMICO BREVÍSIMO QUE DETERMINÓ EL CENTRO COMERCIAL TRADICIONAL DE HOLGUÍN.



La Colonia (1720-1898)
El pueblo de San Isidoro de Holguín se fundó en las primeras décadas del siglo XVIII, y se conoce que en todo ese siglo la economía fue de subsistencia.
El territorio estuvo dedicado a la ganadería, a los cultivos alimenticios y a pequeñas industrias y al fomento de trapiches que mantuvieron a la joven “ciudad” en un letargo económico. En el plano comercial solamente existía una tienda para la venta de una poca cantidad de carne, tal como lo dejó escrito el Obispo Morell de Santa Cruz después de su Visita Pastoral en junio de 1756. (Morell de Santa Cruz 1985: 88)
Era el único negocio que realizaban los holguineros la venta de tabaco a Real Compañía llevándolo los propietarios en carretas o a lomo de caballos y mulos hasta la Bahía de Gibara, y asimismo vendían algunas pocas arrobas de carne a [Santiago de] Cuba y a Bayamo o contrabandeaban cueros con los corsarios y piratas que se aproximaban a las costas.
Lo anteriormente descrito son causas determinantes para que territorio tan rico y vasto como lo fue Holguín no diera el salto económico, (que sí consiguieron otros pueblos), y saliera de las condiciones feudales de aquel momento fundacional.
Tampoco tuvo Holguín vías comerciales durante los siglos coloniales. Se sabe que para llegar a las relativamente grandes ciudades de entonces, Santiago de Cuba, Bayamo y Puerto Príncipe, había que transitar por caminos prácticamente intransitables en tiempos de lluvias, y en toda estación las oquedades y la maleza interrumpía el tránsito de las carretas. Y asimismo era el que llevaba por treinta kilómetros hasta Gibara, la salida marítima natural de la comarca. (Esa ruta comenzó a convertirse en carretera en 1862, pero no llegó hasta más allá de Aguas Claras, a una decena de kilómetros).
Finalmente y esto es lo más significativo en cuanto a vías de comunicación, la ciudad estaba alejada del Camino Real de la Isla que unía a Bayamo con Las Tunas, por tanto este vasto territorio quedaba incomunicado del resto del país.
La escasa mano de obra fue también otro de los aspectos negativos para la evolución económica durante todo el período colonial.
Desde la fundación del pueblo la corona española se comprometió a mandar unos 200 esclavos para las labores relacionadas con el cultivo del tabaco, pero el envió nunca llegó. Mientras el territorio se fue cubriendo de sitieros y, ni aún en los momentos de auge de la industria azucarera, la esclavitud alcanzó cifras considerables. En fin, que la jurisdicción es un ejemplo elocuente del poco desarrollo económico del Departamento Oriental en relación con el occidente del país.
En 1822 se abrió oficialmente el puerto de Gibara, independientemente de que desde años antes funcionaba como tal,  y a partir de la década del 30, con el desarrollo alcanzado en la zona de cultivos de los alrededores del puerto, al fomento de ingenios azucareros, y a la autorización del libre comercio, en Holguín comenzó a experimentar cierto desarrollo económico y social.
Sin embargo dos décadas más tarde, en 1868, durante el prolongado sitio y ataque a la ciudad por las fuerzas libertadoras cubanas, las nueve manzanas centrales quedaron prácticamente destruidas por los incendios provocados. En ellas, precisamente, se encontraban los principales establecimientos comerciales de entonces. Y cuatro años más tarde un nuevo ataque de las fuerzas mambisas destruyeron y saquearon los comercios.
Luego, en plena guerra, exactamente en 1874, Gibara logra separase de Holguín, con la categoría de Villa, con cabildo y jurisdicción propias, por lo que la jurisdicción holguinera pierde el puerto y la gran riqueza de la zona de cultivos. 

 

Durante los diecisiete años que transcurrieron desde el fin de la guerra grande y el inicio de la de 1895 permitieron a los dueños de comercios holguineros cierta recuperación, a pesar de que las más importantes y solventes familias locales se habían ido a Gibara, villa esa amurallada y por tanto más segura para resguardar su patrimonio.  
En 1893 llega a la ciudad el ferrocarril Gibara-Holguín pero pronto se vuelve a interrumpir la actividad comercial y mercantil por el inicio de la Guerra del 95.
La República Burguesa (1902-1958)
Las brisas de los albores del siglo XX cambiaron el destino de la joven ciudad, que aún no cumplía los dos siglos de fundada, y que a pesar de los avatares de los holguineros durante todo el período anterior, sus grupos dominantes ya tenían aspiraciones políticas de convertir a Holguín en una provincia (norte oriental) independiente. 

 

La intervención norteamericana creó un Distrito Federal y saneó la ciudad, pero posteriormente comenzó un proceso histórico durante el que se produciría nuevos desmembramientos territoriales. Primero surgió el municipio Puerto Padre que recibió tierras de Holguín, después fue Banes en 1910 y Antilla en 1925; Holguín se convirtió en un municipio interno sin salida al mar. (Rodríguez 2001: 25) Para entonces la población que “vivía en un aislamiento mortal, necesitaba un poco de cosmopolitismo. Porque sólo ese intercambio de costumbres, intereses y conocimientos con el extranjero que llega, inyecta la savia nueva que da vigor, desarrolla y anima a los pueblos estacionarios”. (Poveda, 1918: 138) Como se sabe Holguín durante la colonia solo tuvo enlaces con las principales urbes del país y el extranjero por el puerto de Gibara, pero ahora, desde 1902 la república burguesa permitió un ligero incremento en los presupuestos estatales y la ciudad se unió al ferrocarril central por medio de dos ramales, localizados uno en Cacocum y otro en Alto Cedro-Antilla, y en 1905-1906 por su propio ramal desde Cacocum.
“Afortunadamente esas combinaciones ferrocarrileras [convirtieron] este lugar en el centro del tráfico de toda la zona del norte oriental. Holguín hospedaba forzosamente al pasajero que iba  o que procedía de Gibara, Puerto Padre, Chaparra, San Manuel, Delicias, Santa Lucía; y era por tanto el verdadero barómetro comercial, industrial y social de la rica zona en que está enclavado. Consecuencia de esta actividad es el nuevo aspecto físico que va presentando…” (Poveda 1918: 138) 
En 1910 llegó la luz eléctrica y en 1914 la red telefónica, aunque desde 1906 existían líneas telefónicas privadas. Estos adelantos tecnológicos, además del telégrafo existente desde el siglo XIX,  redundó en la ampliación del sector comercial y la aparición de nuevas industrias locales con equipamientos más modernos, como la del hielo y gaseosas; y el mejoramiento de las existentes, entre ellas, talabarterías y fábricas de zapatos, tenerías, aserríos, tostaderos de café, licorera,  tabaquerías, imprentas, etc.
En 1929 la Carretera Central  abrió nuevos campos al desarrollo comercial, industrial y agrícola y al tránsito de pasajeros. Años más tarde se inician otras nuevas carreteras que unirían las zonas agrícolas y ganaderas de los municipios circundantes. 

 

Gibara que desde las primeras décadas del siglo se había convertido en un centro de veraneo, ve materializar en la década del 40 la carretera que la enlaza con Holguín, (iniciada en 1862), y a pesar de ello el viejo ferrocarril se mantuvo hasta 1957. En 1945 se comenzó la que unió a la ciudad con Banes, Antilla, Cueto, Mayarí, Sagüa de Tánamo e importantes bateyes y centrales azucareros por medio de entronques en lugares conocidos por el “El Manguito” y “Cortadera”, y en “Caballería” con otra que conduce a Santiago de Cuba. Con estas carreteras surgen a su vera nuevas zonas de interés urbano.
La aviación también llegó a Holguín desde muy temprano, (en la década del 20), con dos líneas aéreas: la compañía Cubana de Aviación (con servicio de correo aéreo) y las aerovías Q. 
Y mientras todo eso ocurría, en el territorio norte oriental se invirtieron grandes sumas de capital norteamericano en la industria azucarera que fomentó importantes centrales (cuatro en el territorio municipal). La comarca atrajo grande población que construyó los nuevos asentamientos, las industrias y para corte de la caña de azúcar. Holguín se convirtió rápidamente en fuerte plaza agrícola y ganadera llegando a ocupar destacados lugares en el renglón agropecuario y por tanto, también, en lo demográfico y comercial, pero no así en lo industrial pues las industrias eran pequeñas.
Tal esa bonanza económica de los primeros años republicanos y la  ubicación geográfica de Holguín en el centro de esa vasta región oriental donde florecieron los viejos pueblos y surgieron otros nuevos, muchos de ellos prósperos asentamientos azucareros y mineros, convirtió a la ciudad en foco financiero, jurídico y educacional (Instituto de 2da Enseñanza, Escuelas del Hogar, Normal, de Oficios, Instituto Técnico, y otros varios colegios y academias particulares). Así comenzaron a llegar emigrantes peninsulares, chinos, canarios y árabes, entre otros, que convivieron con los ya residentes, y que, muchos de ellos, se dedicaron al comercio. Entonces se abren tiendas, bodegas, bares y una red hotelera para hospedar, principalmente, a los viajantes que era como se llamaba entonces a los gerentes de firmas comerciales que llegaban hasta la ciudad y a otros municipios a comercializar sus productos. 

 

En 1940 el Término Municipal alcanzó la categoría de Primera Clase, al cumplir con los requerimientos de la Ley Orgánica Nacional; (esa categoría solamente la tenían los municipios Marianao, La Habana, Santiago de Cuba y Camaguey).
Según el Censo de 1953, el Término Municipal holguinero tiene 226 762 habitantes y la ciudad de Holguín 56 573 personas que habitaban 41 844 viviendas. (García Castañeda 1955: 99)
Por intereses políticos principalmente, por medio de la Junta Nacional de Fomento, se logran construir importantes obras sociales demandadas por los holguineros desde tiempos de la colonia, entre ellas un Acueducto que suministraba desde la entonces recién construida presa en el río Cacoyuguín, un Alcantarillado y la parcial pavimentación de las calles de la ciudad. También una nueva planta eléctrica, y ahora Holguín que, desde mucho tiempo antes se preparaba para convertirse en capital de la costa norte, con estas obras cumplía los requerimientos para que la aprobaran como capital de la provincia septentrional de Oriente; ello sería sinónimo de grandes ventajas y beneficios políticos y sociales para la urbe y su territorio.
La Revolución (1959 -    )

 

El 1ro de enero de 1959 triunfa la Revolución Cubana y los intereses políticos nacionales cambian hacia intereses sociales comunes para todo el pueblo; comienza una nueva etapa histórica para el país.
En un primer momento el territorio municipal de Holguín fue unido al de Gibara con categoría administrativa y política de Región. Y en 1976 surge la añorada provincia de Holguín, en la que habitaba más de un millón de personas. Para entonces había en la ciudad 151 659 habitantes, y en el municipio de 585,9 kilómetros cuadrados, 203,273 personas. (Provincia Holguín: 1977, 42).
Actualmente el área urbanizada de la ciudad rebasa los 51,0 kilómetros cuadrados con 38 repartos residenciales. Según el último censo de población y viviendas (2011) en la ciudad habitan 273 032 personas en unas 70 000 viviendas.
El antiguo Centro Histórico Urbano, cuyo sistema de once plazas la ha convertido en  Ciudad de los Parques, continua siendo el corazón de la urbe; allí, por casi tres siglos, se ha desenvuelto la vida económica y social del holguinero residente y también de una población flotante (visitante), que diariamente llega hasta la ciudad, calculada en unas 15 000 personas.

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