En Holguín la mayor concentración de comercios se
localiza en el espacio urbano comprendido, de Sur a Norte entre las calles
Cables (antes Santa Ana) y la de Garayalde (antes San Joaquín) y de Este a Oeste
desde la calle Morales Lemus (antes Santiago) hasta la de Máximo Gómez (antes San
Pablo). Especialmente alrededor de las tres Plazas o Parques centrales: de
Armas, de la Parroquial y San José, actuales Calixto García, Julio Grave de
Peralta y Carlos Manuel de Céspedes; y además en la Plaza del Mercado.
Para recolectar información se consultó una valiosa
información documental existente en los fondos del Archivo Provincial de
Holguín: padrones de comercios y comerciantes, Libros de Sociedades
Comerciales y Establecimientos, Actas del Ayuntamiento, Relaciones de Fincas
Urbanas, así también los libros del Registro de la Propiedad, en los
cuales además de conocer el propietario, dirección y ocupación del terreno, se
puede apreciar el valor monetario que adquieren las parcelas del Centro
Comercial Tradicional a través del tiempo, los cambios de propietarios y
superposición de comercios, las transformaciones arquitectónicas y a la
reposición de los inmuebles a partir de la década de 1940.
Se revisaron fuentes cartográficas, entre ellas el
primer plano de la ciudad, fechado en 1737, en el que aparece señalado el
primer comercio, ubicado en la esquina de las actuales calles Frexes y Manduley
(Libertad) y que en la siguiente imagen se señala con un círculo verde.
Existe en los Centros de Información y Bibliotecas de
Holguín una importante cantidad de publicaciones netamente comerciales y
otras con cierto perfil histórico, político o literario, que utilizaron la
propaganda comercial para autofinanciarse, que aportaron importantes datos. Entre
esas la de Mario Torres titulada “Conozca a Holguín actual” (1947), la “Guía
Comercial” editada por Publicitaria Holguín (1957-1958), revistas, notas de
prensa y anuncios de gran utilidad a nuestros fines que aportaron las
direcciones antiguas de los comercios, sus propietarios. Mención aparte merece
la “Revista Ilustrada habanera El Fígaro” (de 1918), en un número especial
dedicado a Holguín. Esa publicación permitió aportó datos para valorar la
situación económica y social durante las primeras décadas de la república
burguesa y fotografías que complementan la información escrita.
Asimismo se ha tenido acceso a otras varias fotografías
que han permitido observar la imagen cultural de la ciudad en distintos
momentos históricos. Del mismo modo ha sido muy jugosa la información del Magazine
“La Lucha” (1923) en un número dedicado a Holguín, por haber ganado Holguín el
concurso, auspiciado por esa revista, de Pueblo más simpático de Cuba.
Las fuentes orales igualmente
han sido importantes. Destacan entre ellas el testimonio de Elpidio Almaguer
Llópiz, quien fuera administrador del periódico “Norte” y lúcido conocedor
de la sociedad holguinera de mediados de la República burguesa que narró a la
investigadora distintos pormenores de la vida citadina de entonces y su
interrelación con el área comercial y aún más valioso, describió detalladamente
inmueble por inmueble e incluso, referencias a momentos anteriores a la misma.
Se entrevistaron antiguos empleados
del sector comercial holguinero y a otras personas que por sus funciones y edad
conocieron a la ciudad en tiempos
pasados. Entre ellos Carlos Jiménez, antiguo anotador del Registro de la Propiedad de Holguín,
experto en el tema tratado.
Y se hizo “trabajo de
campo” para comparar los actuales comercios con la información histórica,
lo que posibilitó entender el proceso evolutivo del área de estudio y las
intervenciones irreversibles a que está sometido.
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