(Gloria Herce. Soprano. Fundadora del
Teatro Lírico)
Gloria (Yoyita) Herce |
Casi desde niños estábamos unidos en el arte. Puedo recordar que cantábamos juntos en la mayoría de las actividades de la ciudad, pero en los años cincuenta yo dejé de cantar y así estuve hasta 1962. un día Raúl y Silvio Grave de Peralta me fueron a ver nada más y anda menos que para que fundáramos un teatro lírico. Al principio le dije que no, pero él insistía, me invitaba a ver los ensayos que empezaban de “Los gavilanes2 y así logró despertar el bichito que yo llevaba dentro.
Gloria Herce “Yoyita” y Románico “Papi” Leyva. |
A Raúl lo veía como amigo, como artista y como
trabajador. Como amigo siempre estaba dispuesto a ayudarte en todo; como
artista siempre lo daba todo, pero a nosotros nos daba más, porque Raúl fue
nuestro compañero en el arte, fue nuestro guía, fue nuestro maestro, el que nos
formó en una exigente disciplina. Como trabajador, incansable; no era el
director del Teatro Lírico, ni el cantante, él era lo que más falta hiciera en
ese momento: si había que clavar una tabla allí estaba él, si había que bajar
un telón allí estaba él, si había que cambiar el mobiliario, él era el primero
en hacerlo. La primera noche, inclusive, yo pensé que no iba a poder cantar
porque él y Raúl Rabert habían cargado una pesada escenografía por toda la
calle Aricochea. Pero a los quince minutos ya estaba listo, preocupándose por
nosotros, preguntándonos si nos sentíamos bien. Ese era Raúl Camayd. Por eso
todo el mundo lo quería y un ejemplo vivo de ese sentimiento fue su entierro.
Era querido por todo el mundo, dentro y fuera del teatro.
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