Aunque a
inicios de los años 1950 el parque se va transformando paulatinamente, este no
deja de ser espacio para el descanso, para actividades culturales y de otra
índole. Durante “La Feria
de los Siglos” de abril de 1951 en el parque se realizaron varias de las
actividades principales, entre ellas retretas con agrupaciones de gran calidad como
la Banda del
Estado Mayor de la Marina
de Guerra, bajo la dirección del maestro Armando Romeu Marrero.
No
menos relevante fue la primera feria del
libro realizada en la ciudad, organizada
por el Centro Cultural de Holguín. En esa ocasión se presentó la primera
bibliografía holguinera y asimismo publicaciones de escritores como José Oberto
Caissés, Estelita Pérez Fuentes y José Isidoro Zúñiga.
Otra de
las actividades más significativas de esta etapa fue la develación en la parte
sur, mirando hacia la intersección de las calles Martí y Libertad, de una
tarja en reconocimiento a la Masonería Cubana,
que fue una iniciativa del Ayuntamiento local para dar cumplimiento, aunque un
poco tardíamente, a uno de los acuerdos del Primer Congreso de Historia de Cuba
realizado en 1941[1].
Por su
parte en la feria de 1952 se realizó en la rotonda del Parque una exposición
industrial, que confirmó la pujanza que en ese terreno iba logrando la región, y
también verbenas, retretas con las bandas locales y otras de diferentes
municipios, y la actuación de la
Compañía del gran dragón chino y la banda del Kuo Ming Tang,
procedentes de la capital. Mientras que la Sociedad Filarmónica
presentó para sus socios a artistas y agrupaciones como Victoria de los
Ángeles, Los Niños Cantores de Viena, la pianista francesa Mademoiselle Nicole Henriot y el Coro Madrigalista.
Para la
gala inaugural de 1954 se invita a la Banda Municipal de
La Habana con
el maestro Gonzalo Roig y las cantantes líricas Maruja González y Marta Pineda,
quienes ofrecieron un programa de gran vuelo artístico.
Siempre, después de concluidas las actividades en el
Parque, comenzaban las del Teatro del Pueblo en los bajos de La Periquera, en el Terraza
Club o en otros centros nocturnos como podían ser el Casana, el Capri Club, el 80 Club y Club América,
escenarios estos en los que se presentan Fernando Alvarez, Pacho Alonso,
Fajardo y sus Estrellas, la
Orquesta de Mariano Mercerón, y otros artistas y agrupaciones
que amenizaban espectáculos y descargas bailables.
En el Teatro Infante y las emisoras de radio también se
presentan reconocidos artistas, sobre todo
durante las encuestas o surveys que medían la preferencia popular. Radio
Holguín, que tenía sus estudios a unos pasos del Parque, para ganar los surveys solía contratar artistas como
Ernesto Bonino y Roland Gerbau, Los Chavales de España, los Hermanos
Castro, el cuarteto LLópiz-Dulzaides, Olga Guillot, Manolo Fernández y Benny
Moré. Precisamente este último fue el que realizó las más largas temporadas en
la ciudad, durante ellas solía recorrer el Parque y la Plaza del Mercado. Y
obviamente el Benny conoce temas de autores holguineros -como el son Candelina Alé y la guaracha Salomón, de Kico Cruz y María Calderón, respectivamente- con los que logra algunos
de sus primeros éxitos tras su regreso
definitivo de México.
En
esa década también se enriquece el paisaje arquitectónico alrededor del Parque
con nuevas construcciones o transformaciones de las existentes, como ocurrió
con los edificios de la ferretería La Sucursal, las tiendas Sears (hoy Hanoi) y La Creación, cuyo piso alto
ocupó desde 1956 la emisora Radio Holguín. Igual fue una transformación notable
la nueva sede del aristocrático “Liceo” (Ahora Biblioteca Alex Urquiola), que
se comenzó a construir hacia 1957 en el estilo racionalista que se iba imponiendo.
El
aumento de la actividad comercial y la vida cultural, recreativa y de otros
fines en los alrededores del parque y en la ciudad toda es notoria, y con ella
aumenta la circulación vial, por lo que en 1955 se hizo necesario colocar
semáforos en las intersecciones de las cuatro calles que dan acceso al él para
controlar el tránsito de vehículos y peatones.
Y cuando se inicia la segunda mitad de la década se hace
visible que otros cambios mucho más trascendentales estaban ocurriendo en la
ciudad.
En la primera semana de Abril de 1956 una festividad
muere y sobre su cadáver otra se consolida: la que fenece es “La Fiesta de Abril”, que en
esa fecha tuvo su última convocatoria y la que nace es el carnaval que por
primera vez sale plenamente a la calle, teniendo desde entonces y durante
varios años, al Parque y sus alrededores como centro.
Para la celebración del carnaval se construyeron atractivos
kioscos en el parque y en las calles que lo rodean, mientras que para los
bailables se contrataron las mejores agrupaciones de la capital, incluyendo a
Benny Moré y su banda, el Conjunto Casino y Fajardo y sus Estrellas, además de
shows artísticos, desfiles de carrozas y comparsas, entre otras opciones. Al
año siguiente la revista Bohemia catalogó al carnaval de Holguín como una de
“las fiestas más alegres de Cuba”, sin embargo aquel de 1957 fue el último del
período republicano burgués, pues tras el inicio de las luchas revolucionarias
en las sierras de la Isla,
la dictadura batistiana recrudeció la represión, con particular sadismo sobre
esta región en la que está Holguín.
Desde 1955 un grupo de jóvenes que solían sentarse en un
banco especifico, siempre el mismo, del parque Calixto García, justamente el
que quedaba frente a la intersección de las calles Libertad y Martí,
organizaron el Movimiento 26 de Julio para, desde la clandestinidad, combatir
la tiranía. A ellos se sumaron sindicatos y organizaciones estudiantiles, que también
realizaron sabotajes y propaganda revolucionaria hasta en la zona más céntrica,
como ocurrió, por ejemplo, durante el desfile martiano de 1956. En esa ocasión
los estudiantes del Instituto de Segunda enseñanza en un balcón de La Periquera quemaron la
bandera del 4 de septiembre, mientras que otros gritaron “¡Abajo Batista!, ¡Abajo
el gobierno!”[2].
Tras el desembarco de Fidel Castro por las costas de
Oriente, Fulgencio Batista ordena al Jefe del Regimiento Militar de Holguín que
impida a cualquier precio la incorporación o apoyo de los revolucionarios de la
región nororiental al naciente Ejército Rebelde. Esa fue la motivación para que
el sanguinario coronel Fermín Cowley Gallegos emprendiera actos tan repudiables
como las que pasaron a la historia como una de las páginas más tristes de
nuestra historia y con el nombre de “Las
Pascuas Sangrientas”, por consistir en el asesinato de más de una
veintena de jóvenes revolucionarios en el día de Pascuas de 1956 y posteriormente
el mismo asesino extermina a los expedicionarios del yate Corynthia, por sólo
mencionar dos hechos. Posteriormente el Movimiento 26 de Julio ajustició a
Cowley y a la vez la organización revolucionaria emprendió otro grupo de
acciones, entre ellas las que sirvieron para festejar el cuarto aniversario del
asalto al cuartel Moncada. La situación en la ciudad se enrareció totalmente.
Pero el régimen, interesado a restarle importancia a la lucha en la Sierra Maestra, y para tratar
de ofrecer la imagen de que todo era como antes, ordenó que ese 26 de Julio de
1957 se celebrara la retreta y que pasearan un órgano sobre un camión por los alrededores
del Parque y las calles principales[3].
En medio de ambiente tan hostil, con una férrea censura a
la prensa llega la mitad del año 1958. Durante la fecha en Holguín
prácticamente se respiraba el toque de queda, las instituciones culturales y
recreativas estaban cerradas y hasta el más céntrico y accesible espacio para
el ocio y la conversación, el parque, se veía desolado; en sus bancos apenas se
veía a alguno de los muchos mendigos que
merodeaban por el centro de una ciudad.
Eddy Suñol antes de subir a la Sierra Maestra |
Capitán Rebelde Eddy Suñol (Ascendido a Comandante postumamente) |
Y el 30 de octubre las tropas guerrilleras que mandaba el capitán Eddy
Suñol cortan la corriente eléctrica; la ciudad se oscurece por más de tres
meses. No obstante de boca en boca circulan las noticias del indetenible avance del Ejército Rebelde.