Al iniciarse el año 1917 todo es agitación y
recelo en la región nororiental cubana, pues, como mismo en toda la Isla, hay una gran oposición
a la reelección del presidente Menocal. Aquí hasta el alcalde de turno, un día
baja las escaleras de La
Periquera y se incorpora a los alzados en la guerrita
conocida por La Chambelona,
que fue la respuesta de los Liberales ante esa pretensión[1].
Las
luchas de los partidos políticos por el poder cada día toman tintes más oscuros
y dramáticos. La revista “El Fígaro”, en una edición dedicada a Holguín, dice
que la agitada vida política había convertido a Holguín en una ciudad triste[2].
Incluso, hasta en el parque y sus alrededores solían producirse actos violentos.
Uno de los más recordados fue el protagonizado por miembros del Partido Liberal
el 14 de abril de 1920. Los liberales balearon al Representante a la Cámara por el Partido
Conservador Pedro Rojas Cano, quien con sus acciones vandálicas quería
convertir a la ciudad en un pueblo del oeste norteamericano. En ese empeño Cano Rojas destruyó la imprenta
del periódico La Razón
a los del partido Liberal y en el momento de su muerte pretendía hacer lo mismo
con la Farmacia Sirvén,
sembrando así el pánico entre los que circulaban por los corredores y el parque[3].
A
la vez, en esos años en la comarca holguinera se consolida la industria
azucarera, la ganadería, las actividades comerciales y de servicios, entre
otros sectores que comienzan a organizar gremios y sindicatos. Estos y otras
instituciones emprendieron luchas cívicas y manifestaciones de condena a la
corrupción gubernamental. Una de las más numerosas, que recorrió las calles y finalmente se disolvió
en el parque, fue organizada el 26 de agosto
de 1923 por el Comité de Veteranos y Patriotas, “en contra de las leyes lesivas
a los intereses y el buen nombre de la República”[4],
enfrentaba la corrupción del gobierno de Alfredo Zayas que acababa de comprar el
vetusto Convento de Santa Clara por una cifra astronómica.
Cada gobierno de entonces
finalizaba con la repulsa popular, pero al iniciar una nueva campaña política
el parque, nuevamente, era mudo testigo de multitudinarios en el que los
futuros gobernantes se deshacían en las mismas promesas de siempre. Así el 24 de septiembre de 1924 llega a la ciudad el
candidato Mayor General libertador Gerardo Machado y el pueblo, ilusionado, se
dio cita en el parque, superando con creces la multitud que años antes había
recibido allí mismo a Estrada Palma, José Miguel Gómez, Menocal y Alfredo
Zayas. Lejos estaban de imaginar los holguineros de entonces que una vez en el
poder, Machado se convertiría en el más sanguinario de todos los dictadores que
registra la historia de Cuba[5].
(…)
Holguín es eminentemente liberal y no cabe en lo
posible convertirlo sin una razón poderosa en otro organismo que no esté en
concordancia con la manera de ser y de pensar de los que constituyen su cuerpo
electoral. Elementos perturbadores del orden creyeron que, empleando medios
irritantes y medidas coercitivas, poder dar al traste con el pensamiento
dominante en este distrito, haciendo de lo blanco negro; y eso es tan imposible
como alcanzar los cuernos a la luna. Pruébalo la correcta conducta del
Presidente de la República,
disponiendo en distintos Ayuntamientos de la Provincia se le de
posesión a los presidentes y concejales que fueron electos en los comicios en
las últimas elecciones verificadas, así como a los Alcaldes que se hallan en
análogas condiciones.
Así pues, con la presencia de las autoridades
militares, comisionados al efecto, tomó posesión de la Presidencia del
Ayuntamiento el Sr. Elpidio Pérez y los concejales José Géigel y Miguel Carbona
en sus respectivos puestos.
La causa incoada contra el Sr. Miguel I. Aguilera
por el delito de alzamiento, ha sido sobreseída, circunstancia que promete
desde luego que el Sr. Aguilera será repuesto en la Alcaldía como lo han sido
los de Guantánamo, Manzanillo, Santiago de Cuba y otros.
Hemos entrado de lleno en la era de la tranquilidad,
que ofrece seguras garantías para el país, tan necesitado de ellas después de
la última revuelta.
Vaya nuestro aplauso a las autoridades y nuestra
condolencia a los rabiosos recalcitrantes adversarios.
Periódico “El Mercurio”, 24.10.1917
[4] La manifestación del domingo. Periódico “El
Eco de Holguín”, p.1, Holguín, 29 de agosto de 1923.
[5] Veinte
mil almas dieron la bienvenida en Holguín a los candidatos liberales.
Periódico “El Pueblo”, p.1. Banes, 25 de septiembre de 1924.
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