Prensa desde 1900

5 de marzo de 2015

Oriente en las elecciones de 1948.



El Partido del Pueblo Cubano (Ortodoxo) tuvo en Millo Ochoa “un factor decisivo en la política de Oriente. El hoy jefe nacional del Partido del Pueblo cuenta con un equipo político aguerrido y de arraigo, en el que está casi totalmente la vieja guardia auténtica de la indómita región”[1].

Cuando el cacique holguinero pasó a integrar el nuevo partido (Ortodoxo), logró captar a los mejores cuadros que poseía el Autenticismo en la provincia. Y cuando Millo asumió la posición pactista dentro del partido Ortodoxo algunos pensaron que lo hacía para mantener su acta de senador, pero con o sin pacto el holguinero mantuvo su cartera en el senado, y fue así porque contaba con amplio respaldo en la provincia, y aún más en su terruño.

No obstante, defensor como fue de los pactos electoreros, su postura produjo encontronazos con otros sectores de la ortodoxia oriental y holguinera que a pie juntillas seguían a Chibás. Entre estos el Dr. Antonio Díaz Fernández y Modesto Lersundy, perteneciente a la Asamblea Municipal de Holguín.

Asimismo los orientales seguidores de Chibás en su posición antipactista se sintieron perseguidos por los millistas y por tal sacaron al aire un programa de radio dirigido por Díaz Fernández, Miguel Nieves Rodríguez y Ramón Velásquez con la colaboración de Bisbé[2], con el objeto de contrarrestar la supuesta embestida pactista. Fue esa confrontación otro de los aspectos que conspiró contra la existencia de una unidad efectiva en las filas ortodoxas, tan necesaria para el triunfo electoral, que finalmente no consiguieron.

Por su parte los senadores orientales de la ortodoxia, Millo Ochoa, Fico Fernández Casas y Adriano Galano Sánchez del Campo, expresaron su oposición a la línea contraria a los pactos que tenía Chibás, con una proclama en la que acusaban a este de querer dirigir a los delegados de los barrios electos en 30 noviembre de ese año para que firmaran un documento comprometiéndose al antipactismo. Y acto seguido los firmantes señalaban que ante la gravedad que vivía la República era necesario formar un frente nacional capaz de oponerse al nefasto gobierno de Ramón Grau. Creían ellos que la postura de Chibás era una “actitud discriminatoria para las demás entidades políticas” y que por esa actitud, el líder ortodoxo “se asilará para conseguir algo así como una casta privilegiada de cubanos” con lo que, de conseguirlo, “no solo concitaríamos en nuestra contra la repulsa de la opinión pública sino que haríamos al país el flaco servicio de propiciar la victoria del actual Gobierno”.

Para los senadores orientales firmantes de la proclama, no formar un frente común con varias fuerzas políticas para enfrentarse al Autenticismo era hacer de quinta columna al servicio del gobierno. Por ello es que confiaban en que su líder Chibás rectificaría su posición.

La rectificación de Chibás contra el pactismo y sus defensores no se hizo esperar. En declaraciones al periódico El Mundo hizo un análisis de la situación de las provincias en cuanto a la línea independiente, llegando a la conclusión que solo Oriente era la que mostraba tendencias a los pactos[3].

La posición de Millo Ochoa con respecto a las elecciones presidenciales de 1948, y sobre todo la actitud que asumió en su provincia (Oriente), llevó a que muchos pensaran que abandonaría la ortodoxia. Y tanto así fue que en más de una ocasión Millo se vio obligado a demostrar su militancia en el partido que había fundado con Chibás como principal líder.

Los primeros rumores sobre el abandono de Millo a la ortodoxia fueron más visibles que nunca en los días posteriores al anuncio de la candidatura Chibás. Pero Millo, aún siendo el principal crítico de Chibás, se mantuvo por encima de las diferencias.

Por otro lado, a la vez que estaba a favor de crear coaliciones, Millo Ochoa se oponía a que la ortodoxia pactara con los comunistas de la provincia de la que él era líder, esto es, Oriente. Si lo hacían podían discutirle la minoría a los liberales, como dijeron públicamente algunos ortodoxos, entre ellos Alberto Saumell Soto, pero en esos momentos Millo estaba en contubernio con los liberales para la gobernatura de la provincia y no cambió su postura ante los comunistas. El resultado fue que el lluvioso día de las elecciones la coalición Auténtico-Republicana ganó el todos los municipios orientales. Así como se relacionan fueron los resultados:

Alianza Auténtica-Republicana: 179 260 votos.
Alianza Liberal-Demócrata: 108 988
Partido Ortodoxo: 81 271
Partido Socialista Popular (Comunista): 29 848

(Si los ortodoxos orientales hubieran pactado con los comunistas el triunfo habría sido con 29 848 votos por encima de los ganadores).

Cualquiera que solamente se guíe por las estadísticas podría pensar que estas elecciones representaron un rotundo fracaso para los ortodoxos, toda vez que sus pronósticos no se cumplieron, pero no fue así. Las elecciones de 1948 colocaron al partido en la cuarta fuerza política de la provincia aún cuando aquel se fundó apenas unos cuatro meses antes de que las personas acudieran a las urnas.

En lo relacionado al Senado, la alianza Auténtico-Republicana oriental ocupó seis de las nueve sillas. Las tres restantes fueron a los Liberales. (Los comunistas no tuvieron representación).

Y los escaños de Representantes por Oriente se distribuyeron de la siguiente manera: Auténticos: 8; Liberales: 5; Republicanos: 3; Ortodoxos: 2 y Comunistas y Demócratas: uno respectivamente.





[1] Archivo Museo Provincial La Periquera, Holguín. Fondo: Partidos Políticos.
[2] Archivo Nacional de Cuba. Fondo Eduardo Chibás. Partido del Pueblo Cubano (Ortodoxo). Expediente 420. legajo 6.
[3] Idem. Expediente 21. legajo 2

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