Los entusiastas del
Partido Ortodoxo presentaban la candidatura de Chibás y Agramonte como
presidente y vicepresidente de Cuba en 1948, como la incuestionablemente
ganadora, sobre todo porque, estaban firmemente convencidos, Oriente completo
votaría a su favor.
En el caso específico de
Holguín, allí se aplicó una encuesta sui géneris. La aplicaron dos vendedores
de la Plaza del
Mercado y emplearon para ello dos cartuchos de los que usaban para envolver sus
productos en venta. A quienes pasaban por allí preguntaban por quién votaría,
por Prío o por Chibás. En dependencia de la respuesta hacía una rayita en el
cartucho de Prío o en el de Chibás.
Todavía faltaba mucho para
completar todo el espacio del cartucho donde se hacían las anotaciones a favor
de Prío cuando el de Chibás estaba lleno de punta a rabo, teniendo el vendedor
que usar un nuevo cartucho.
Otra encuesta, igualmente
aplicada por vendedores de la
Plaza del Mercado de Holguín, consistió en la colocación de
cartuchos con los nombres de los candidatos. A cada comprador que llegaba se le
pedía que tomara un grano de maíz y lo echara en el cartucho que representaba
al candidato a la presidencia por el que votaría en las elecciones. El cartucho
que representaba a Chibás se llenó, derramándose, mientras que los otros
cartuchos estaban “medio vacíos”.
En un survey realizado en
la misma Plaza del Mercado de Holguín entre Mil personas, arrojó que de ellas
326 votarían por Chibás, 317 por Núñez, 226 por Prío y 54 por el candidato
comunista.
La anterior encuesta
sirvió para considerar que la victoria ortodoxa estaba asegurada, por lo menos
en Holguín, donde el candidato ortodoxo se convirtió en una enfermedad
contagiosa. Sus pasquines eran arrancados y vendidos a buen precio.
Para restarle posibles
votos a Chibás, la oposición comenzó a llamarle loco, por sus acciones en el
Senado, donde se dice y se contradice, decían, y por sus discusiones donde no
predomina la cordura, pero el pueblo respondía: “Eddy, te dicen loco, pero
fíjate como tienes locos a tu alrededor. El pueblo entero está loco, pero loco
de vergüenza”.
Otros defendían a
Chibás, al que sus contrarios llamaban locos, diciendo: “Si tantos cuerdos han
fracasado, vale la pena probar con un loco…”
Por la ciudad de Holguín
circuló el siguiente suelto:
El pueblo dice:NO queremos más cuerdospegados al jamón.¡Queremos un locoque salve la NACION!.
Chibás inició su campaña con poco tiempo, pero aún así hizo varias giras al interior de
Cuba, priorizando la región oriental.
En una de esas giras,
acompañado de Luís Orlando Rodríguez, Manuel Bisbé. Guillermo Zéndeque y
Roberto García Ibáñez, llegó a Las Tunas, luego a Buenaventura, Las Parras,
Yarey de Vázquez, San Manuel, Delicias y Chaparra. Posteriormente fue a
Manzanillo y a Gibara, para de allí partir a Camaguey y luego retornar a
Oriente, específicamente a Holguín y finalmente, para cerrar con broche de oro,
dice la prensa, Santiago de Cuba, desde donde transmitió su Charla Dominical a
través de la CMQ.
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