Al concluir el 18 de mayo de 1947, que era el plazo dado por el grupo de
auténticos ortodoxos para que se convocara a la Asamblea Nacional
del PRC(A), y sin que aquella se celebrara, estos constituyeron el nuevo partido.
Nueve días después lo
bautizaron definitivamente con el nombre de Partido del Pueblo Cubano
(Ortodoxos). Entonces se producen señalamientos en cuanto al nombre, algunos de
ellos los hace por carta a Chibás del 23 de mayo de 1947 el eminente estudioso
de la sociedad cubana don Fernando Ortiz: “…el proyecto (de constituir un
partido) me parece muy plausible y que la hora es oportuna, pues indudablemente
el pueblo cubano desea gente nueva en el Gobierno para poder sortear con tino
los peligrosísimos escollos de los tiempos próximos”[1],
pero, en relación con el nombre, le aconseja Ortiz, primero, eliminar la
palabra ortodoxo por ser “bizantinismo intrascendente (que da al partido)
ranciedad de vejestorio, sin resonancia emotiva en el corazón de nuestro pueblo
ni en su historia”[2], y
dos, que elimine del nombre del partido la palabra revolución, no porque no sea
respetada sino por estar “desprestigiada en nuestro ambiente que ya suena para
muchos como sinónimo de criminalidad e imprudencia”[3].
Por otra parte desde Holguín, Nicolás de la Peña Rubio también
escribió una carta a Chibás en la que le propone que el nuevo partido se llamara
Partido Libertador Revolucionario, “ya que el mismo habrá de tener como base
fundamental, lograr la independencia económica de Cuba, laborar por la justicia
social y porque se cumpla la voluntad de los mártires cubanos caídos en aras
del ideal revolucionario”[4],
y acto seguido menciona una lista larga
de caídos durante la revolución del 30.
En la carta anterior, y en otra propuesta de la que seguidamente daremos
noticias, quedaba manifiesto evidentemente la relación de la Capital y el interior del
país. Por tal es que una corriente de
pensamiento propone que el nombre del partido sea Partido Federal Cubano
(Ortodoxo), con el objetivo de que, además de representar los intereses
generales de los cubanos, luche por un gobierno federativo, “lo cual, sin
dudas, nos traería muchos adeptos”.[5]
Al definir el objetivo por el cual se constituía el PPC (O) se dijo: “No
queremos fundar un partido contra Grau ni contra nadie, sino en pro del pueblo
cubano, una organización política que sea capaz de cumplir los objetivos
históricos de nuestra generación: independencia económica. Libertad política y
justicia social (…) Un partido que interprete fielmente las esperanzas de
superación de nuestro pueblo y que traduzca en hechos concretos la voluntad de
las grandes mayorías nacionales, y no uno que adultere en provecho de los
amarillos dirigentes”[6].
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