Por César Hidalgo Torres y Ritaly Aguero
El General de
División de la guerras de independencia cubana, Luís de Feria Garayalde y su
esposa Clementina Rodríguez Pichardo tuvieron once hijos. Todos ya estaban
nacidos cuando en 1868 comenzó la primera guerra y cuando terminó, diez años
después, (1878), habían muerto diez de los hijos del general. Únicamente
sobrevivió María Luisa Celedonia, que había nacido en 1858.
General Luis de Feria y Garayalde |
Y
como era usual que en los tiempos de la Colonia, en Cuba, que los hombres
tuviera, además de los legítimos, hijos naturales con blancas, negras y mulatas
sin que eso importara mucho, el General Feria los tuvo. Entre ellos podemos
citar a los hijos de María de Jesús Sánchez, más conocida como “Mamá Chucha”.
Se llamaron estos Ladislao, Luis, José y Vidalina. Obviamente, como era
costumbre también, ninguno llevó el apellido del padre, aunque las relaciones
fueran cercanas. Los dos primeros hijos del Mamá Chucha y el General, lo
acompañaron en la que fue la más notable proeza militar cubana dirigida por
Máximo Gómez y Antonio Maceo, la Invasión hacia Occidente.
Antes
de comenzar la guerra de 1895 el general Feria inició una nueva relación
extramarital con una mujer que era treinta y dos años menor que él, Caridad
Álvarez. Con ella tuvo los hijos siguientes a Raúl en 1890 y Olimpio en 1892.
No tenemos constancia que durante la guerra el General se encontrara con su
amante, pero es cierto que cuando aquella terminó a finales de 1898
reverdecieron los amores del que ya era un anciano y de Caridad, entonces ella
parió a Aida en 1899, a Voltaire en 1900 y a Ofelia en 1905.
Y
como si no bastara la esposa oficial y una amante para satisfacer los fuegos
del General Feria, este tuvo una segunda amante paralela a las relaciones
anteriores. Se llamaba Martina Osorio y era prácticamente una niña, hija de una
familia acomodada que vivía en San Juan de las Puercas. De esta unión nacieron:
Rosalba, el 8 de abril de 1899; Rigoberto el 27 de mayo de 1901; Coimbre el 20
de noviembre de 1902; Palmiro el 8 de septiembre de 1905; Amable el 10 de enero
de 1907; Rosalina el 29 de octubre de 1908; y Bella Luisa el 20 de septiembre
de 1909, quien murió hace unos pocos años en Auras y Guillermina, la menor, nació
el 6 de noviembre de 1912 y falleció el 6 de octubre de 2001 en San Germán,
Holguín. Todos aparecen inscriptos en el Registro Civil de Gibara, ninguno
lleva el glorioso apellido del padre.
Casualmente
conocí a Amable. La historiadora Rittali Agüero me invitó a visitarlo y fuimos.
El hijo del general vivía en las inmediaciones de una comunidad conformada por
edificios que está entre Velasco y san Andrés llamada Cañada de Moles. Pero él
no tenía un apartamento sino un bohío deplorable donde vivía acompañado por un hijo
suyo con notable retraso mental. Un mes
y medio después de nuestra visita falleció.
Tenía
los ojos opacos por la edad y el olor a orine insufrible. Ni un gesto de
hospitalidad, tan propio en los campesinos de la zona, ni un solo gesto hizo
Amable a nuestra llegada, más cuando, decepcionado, supo que no éramos
Trabajadores Sociales, pero cuando le dijimos que habíamos ido para que nos
hablara del General Feria, su padre, sus ojos reverdecieron y en la comisura de
los labios le comenzó a bailar una sonrisita muy parecida al temblor que
provoca la nostalgia.
“Vinieron
al lugar preciso, nos dijo, yo soy el único hijo de Luis de Feria que queda con
vida. A los otros los mató el tiempo”.
A la
verdad que cuando lo vimos tan deshecho se nos murieron las esperanzas, pero
Amable tenía muy claros sus recuerdos:
"Nací
en Los Pasos, Sao Arriba. Allí vivíamos en vida de Papá. Éramos ocho hermanos:
Rosalba, la mayor, Rigoberto, el mayor de todos los varones, Inés, Palmiro, el
más chiquito; Rosalina, Bella Luisa, y Guillermina que es la más nueva de todos
y yo.
“Hace
mucho tiempo no sé de mis hermanos, no sé cuántos quedan vivos."
El
padre es uno de los recuerdos más vivos de los que quedan en la memoria de
Amable. "Papá nos decía: Ay mis hijos, rueguen que nunca en la vida,
cuando sean hombres, haiga guerra.
Eso es lo más triste y grimoso, que hay.
"Él
era millonario y mi madre era rica también. Papá fue General en las tres
guerras; era bajito, gordito y ya estaba blanco en canas; estaba viejito.
"Mamá
era más joven que papá. Asegún contaban papá estaba muy enamorado de ella. Él
era un hombre rico y todo el mundo decían era un hombre mucha de edad para mi
madre que era una muchachona nueva.
"Yo
tenía 7 años cuando papá murió[1].
Estaba enfermo y se lo llevaron para el hospital de Holguín. Mamá murió como a
los tres meses de haber muerto papá.
"Papá
era muy bueno con todos nosotros, dijo Amable, el nos dio todo el cariño de la
vida a todos nosotros, pero como yo era el más chiquito conmigo fue más
cariñoso todavía. Como tenía otras familias él estaba ocho días con nosotros y
se iba por ocho días más, al cabo de los cuales regresaba. Siempre, cuando ya
iba a montar el su caballo para irse le decía a mi abuela Juanica: 'Lo único
que le pido es que me cuide a Amable.' Mi abuela le contestaba: 'No se preocupe,
yo se lo cuido más que a la niña de mis ojos.'
"Papá
tenía un caballo moro; grande y viejo. Él lo soltaba en el potrerito de atrás
de la casa y cuando se iba cogía un palito y lo sonaba en la cerca y lo
llamaba: Moro, Moro… y ahí venía el caballo al trote.
"Es
verdad que papá era guapo (bravo). Tenía un compañero del que decían que cuando
se encontraba con el enemigo le mandaba un machetazo que lo trozaba al medio y
el machete se clavaba en la montura. Se llamaba Palanca. A ese lo llegué a
conocer y me acuerdo de él.
"Palanca
le decía a Papá: 'Feria, acuéstese a dormir, que aquí está el negro Palanca al
pie de usted'. Aquel negro[2]
siempre andaba con papá; eran compañeros desde la revolución. Palanca se
quedaba y dormía en la casa. Con papá siempre estaba también Vicente
"Corneta"[3].
Le decían así porque en la guerra era quien tocaba la corneta.
"Papá
me contaba que cuando Palanca era un muchachón se incorporó a sus fuerzas y se
fajaba como un león contra los españoles. Una vez le dieron un balazo que le
pasó la barriga, cuando cayó los compañeros corrieron a quitarle las armas y
Palanca dijo: 'No se atrevan, –y formó un lío- me han pasado la caja del casabe, pero así sigo
yo peleando.' Y siguió peleando, y cuando se acabó la pelea entonces lo
curaron, y se salvó".
Ahora
Amable habla de la otra parte de su familia, los otros hermanos suyos por parte
de padre.
"La
otra mujer con la que Papá vivía los ocho días que no vivía con nosotros se
llamaba Caridad Álvarez y era jovencita pero no más que mi madre. Con ella
tenía otros hijos, mis hermanos: Raúl, Olimpio, Ofelia, Aida, Voltaire, que era
el más nuevo y que me decía Papá que se cambiaba conmigo, (quiere decir: que se
parecían mucho), y también Bella. En total no sé cuántos hijos él tenía, pero me
acuerdo que él me nombraba a una que se llamaba Bella Luisa.
"Bella
Luisa que era más nueva de Papá y su otra esposa, ella vive por Velasco y está casada con Juan Cruz. Un
día ella empezó a conversar con Tino Pupo (Constantino Pupo Aguilera) sobre la
familia, y al decirle que era hija de Luis de Feria, Tino le dijo: ¡Caramba, somos
familia.
"Tino
le preguntó que cuantos hermanos tenía, y al contestarle ella que cuatro, él le
dijo que fueran a su casa que tenía una cosa muy importante de Luís de Feria.
Yo sabía donde estaba la casa de Tino, desde que empezaron a hacerla yo pasaba
por allí porque yo era vendedor de viandas en el pueblo y caminaba todo
aquello. Siempre le decía a mis hermanos que fuéramos a ver qué cosa importante
tenía Tino de papá. Sí, vamos a ir y vamos a ir, decíamos... y nunca fuimos.
Rosalba se murió, Luis se murió, Rosalina se murió, y nunca supimos qué era esa
cosa importante.
“Nosotros
teníamos una finca que era una cosa linda: La Guayacán. Se la entregaron a un hermano
de mi madre llamado Miguel Osorio y acabó con ella. Yo llegué a ver un pedazo
de ella."
De él
nos dijo Amable que era bailador y que fiestaba mucho, que paseaba en su
caballo por Auras, Yabazón, La Jandinga, San Marcos, Perronal y otros lugares.
Se casó a los 35 años.
"Fui
feliz en el matrimonio, pero la mujer se me enfermó y una hermana de ella la
llevó para su casa para llevarla al médico y lo que hizo fue meterla en el asilo.
Esa cuñada mía me desgració. Mi mujer se murió solita en el asilo.
"Tengo
un solo hijo, Mario. Con otra mujer, tuve una hembra que se murió cuando tenía
cinco años. Mi hijo me ha salido bueno porque no toma ron, nada más tiene el vicio
de fumar cigarros y trabaja como un animal, no cree ni en Sol, ni en lluvia, ni
en ná.
"Cuando
yo estaba en Guayacanes puse a este muchacho en el colegio, pero cuando venía
del colegio por la mañana, en vez de venir a almorzar, se paraba en el patio a
mirar pa'l cielo. Entonces le dije a la maestra: Bórreme a mi hijo, yo para
verlo loco, mejor lo veo burro. Y es verdad, prefiero que no sepa leer y no que
aprenda a leer, nunca aprendió”.
Para consultar el Acta de defunción del General Luis de Feria y Garayalde, haga clic aquí
[1] El General Luís de Feria
Garayalde falleció a los 78 años de su edad en el año 1913 en la ciudad de
Holguín.
[2] Palanca se alzó en la zona de Holguín cuando la sublevación de los
Independientes de Color, en 1912.
[3] Vicente "Corneta"
fue el sub-teniente Vicente García Roch, corneta de la Brigada Oriental
y participante en la Invasión
a Occidente.
Lidia Betancourt Infante.Que linda historia que lastima que fueron tan tarde a visitarlo.Cesar me encantan tus crónica,saludos
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