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1 de mayo de 2014

Barajagua, ¿el primer lugar donde se veneró a la Virgen de la Caridad?

Entrevista con Moseñor Emilio Aranguren, Obispo de la Diócesis Holguín-Las Tunas, en Barajagua, el 8 de septiembre de 2012

Síntesis hecha por César Hidalgo Torres con datos tomados de La Virgen Cubana en Nipe y Barajagua
Autores: Angela C. Peña Obregón
             Roberto Valcárcel Rojas
             Miguel Angel Urbina Herrán



La tradición popular reconoce a la actual Barajagua, (antiguamente Barajagua La Vieja) como el lugar donde por primera vez se le construyó una casa templo a la Virgen y la historia reconoce que el antiguo caserío subsistió como nudo en el camino que conectaba a Holguín, Mayarí, Santiago de Cuba y la bahía de Nipe.

Aún hoy el vecindario de Barajagua está atravesado por antiguos caminos que conducen desde la Bahía al Cobre y santiago de Cuba. Entre ellos destaca el llamado Camino de los Indios, que entronca con sitios referidos con términos indígenas como Saíto, Sojo y La Canoa.

Vecinos del lugar, entre ellos algunos de edad muy avanzada, refieren que el asentamiento primitivo se encontraba junto al camino carretero de Saíto, a unos dos kilómetros al sur de la actual carretera Holguín-Mayarí, muy cerca del saltadero del río Barajagua. Es por ese camino por donde la tradición oral dice que trajeron a la Virgen.
 
Saltadero del río Barajagua, donde se cree que estuvo el primer lugar de veneración de la Virgen de la Caridad

Por estas dichas y otra decena de tradiciones, conforman un imaginario de enorme riqueza en torno al hecho. Basta con visitar aquellos lugares y conversar con sus pobladores para comprobar su especial relación con el legado patrimonial de la Virgen.

La población actual de Barajagua posee una cultura rural con fuertes creencias espiritistas, los ancianos de allí son poco instruidos y los jóvenes han hecho ciertos estudios, sin embargo todos conservan de sus ancestros la tradición que, al parecer, nació de viejas lecturas de las obras de los ermitaños que escribieron las primeras historias sobre la virgen o de la declaración de Juan Moreno.

Llama la atención que los vecinos de Barajagua no tuvieron iglesia católica hasta finales de la década de 1950 y que, por siglos, solamente recibían esporádicamente la visita de un sacerdote que iba hasta allí a bautizar a los recién nacidos. Ello y otros factores debieron afectar la memoria, sobre todo, el asentamiento de una Iglesia Bautista desde los primeros años del siglo XX y que a partir del triunfo de la revolución dejaron de hacerse las procesiones y las fiestas populares de cada 8 de septiembre. Incluso, la iglesia católica fundada en 1950 solo funcionó unos diez años porque en 1963 al paso del ciclón Flora una familia la ocupó y en ella vivió hasta hace muy poco cuando el mal estado constructivo de la misma la hacía inhabitable. Sin embargo nada ha dañado el recuerdo profundo de los vecinos que desde tiempos lejanos están oyendo de sus antecesores que fue adonde llevaron la imagen de la Virgen apenas la hallaron flotando sobre las aguas de Nipe.
 
Loma del Cementerio, Barajagua

Para Hirám Pérez Concepción, historiador, quien pasó su niñez en Barajagua, la pervivencia de la tradición hasta nuestros días ha sido posible por el importante papel del componente familiar que se encargó de transmitir de generación en generación que ese había sido el lugar a donde fue llevada la Virgen.

En mi generación considero además la influencia de algunos maestros de escuela como Eduardo Suárez que con sus alumnos desarrollaba excursiones a distintos espacios históricos y naturales vinculados al lugar, entre ellos el sitio arqueológico Loma del Cementerio, para entonces conocido como la Esperanza o Loma Saavedra. En ese lugar el maestro de escuela le daba a conocer a sus alumnos la importancia del mismo y su vínculo con la advocación de la Caridad. (Entrevista hecha en 7 de octubre de 2011).

 El viejo cementerio de Barajagua


Monseñor Héctor Luis Peña, sacerdote por más de 60 años en el terriritorio y primer Obispo de la Diócesis, en el momento de la entrevista con 83 años de edad, dijo que la tradición de la Virgen en Barajagua La Vieja es muy antigua. Por donde está la capilla se supo que fue donde estuvo la Virgen, siempre he oído decir que ahí en Barajagua fue donde se veneró por primera vez. (Holguín, 2010).

La percepción anterior es mantenida por María Julia Guerra, periodista e historiadora nacida en Barajagua quien publicó un artículo que tituló, con pleno sentido de pertenencia, La Virgen de Barajagua, (Guerra, 2009).

El joven Damián Gómez Guerra, habitante en Barajagua dijo que siempre oyó a sus mayores cuando aseguraban la imagen la trajeron los que la encontraron y que la pusieron en el Saltadero debajo de una mata de salvia, (Barajagua, 2 de octubre de 2008). A esta información agregó el también joven Enrique Serrano que la virgen la llevaron a Barajagua los indios y el negrito que la encontraron navegando por la corriente de los ríos.

Ernesto Ávila Rojas, nacido en 1915, asegura que sus padres decían que fue a Barajagua adonde llevaron la imagen recién encontrada en Nipe, (Barajagua, 8 de diciembre de 2010). Y otros vecinos, entre ellos Marlene Pavón Rodríguez, escucharon de sus padres que fueron indios que vivían en Barajagua los que habían encontrado a la Virgen en Nipe.

Caridad Portelles, de 87 años, está segura de que toda la vida se ha dicho por esos contornos que la Virgen la llevaron por los ríos que entonces eran navegables desde Morales hasta el santo de Barajagua, que era, este último lugar, donde estaba el antiguo pueblo. A la virgen le hicieron aquí una iglesia muy chiquitica.

La versión que dice que la Virgen fue llevada usando las aguas de los ríos, entonces navegables, queda descartada al leer las historias escritas por los primeros capellanes de la Virgen en el Cobre. Uno de ellos, Onofre de Fonseca, describió cómo se hizo el traslado de la imagen: (…) hicieron el tránsito con mucho acierto, sin que les sucediera cosa alguna que les perjudicara, aun siendo los caminos muy ásperos y algunos pasos de ríos malos en el intermedio.

Ruth Melania Zayas Ávila conoció de sus abuelos, de su padre y de su madre, que el actual pueblo de Barajagua era el Hato de Barajagua y que en Nipe, buscando sal, encontraron la imagen de la Virgen y que la trajeron aquí, la pusieron en una mesa y vino un padre cura y la pusieron en un lugar hasta que pudieron llevarla hasta El Cobre.

Adelmis Roche Rodríguez explica que cuando se la encontraron los indios la trajeron para aquí porque es donde hubo un cacicazgo que no se llamaba Barajagua por la abundancia de matas de Jagua sino por el nombre de la esposa del cacique que era Baraxagua.

En cuanto al nombre del lugar, los vecinos relatan distintas versiones para explicar su origen. Uno muy ingenuo dice que el nombre surgió en tiempos de los mambises, porque los soldados de la independencia de Cuba construían bayonetas con varas de Jagua y como en ese lugar hay tanto árbol de Jagua sus jefes les ordenaban “ve por varas de Jagua” y al final se le quedó ese nombre al poblado. (Roberto Hernández Ávila, alias Chichingó, entrevista hecha en el cercano lugar nombrado Caballerías, 9 de agosto de 2011).

 La iglesia católica de Barajagua estuvo en ruinas muchos años, hasta que en el 2012, envisperas del 400 aniversario del hallazgo de la imagen, fue restaurada.

Uno de los misterios que rodean la estancia de la Virgen en el primer lugar de veneración es el de sus apariciones y desapariciones. Juan Moreno lo narró así, que puesta en su altar esta Divina Señora dicho indio Rodrigo de Hoyos cuidaba de encender la lámpara y yendo de noche a reformar dicha lámpara, no hallaba a esta divina señora en su altar, y dando voces dicho Rodrigo de Hoyos al Mayoral y demás personas que venían hasta veintiuna las personas que estaba  en dicho hato de Barajagua, les decía que la Virgen Santísima no estaba en su altar. Y haciendo todas las diligencias no la hallaban en su casa, y al otro día por la mañana, volviendo a la casa, la hallaron en su altar, los vestidos mojados. Y esto se vio por dos veces…

Sobre este punto, Excelsa Álvarez, de 67 años de edad, conoció de su abuela que la imagen la habían llevado a lo alto de la loma, (se refiere al sitio arqueológico Loma del Cementerio) y que la Virgen había regresado a Nipe. (Barajagua, 2 de octubre de 2008).

Referido a lo mismo habló Germán Castillo Rodríguez, de 98 años: En Nipe la encontraron y la trajeron aquí, le hicieron un templo y ella se fue y la volvieron a encontrar donde mismo había aparecido la primera vez. En el vestido le encontraron guisazos porque había estado entre la maleza. (Barajagua, 8 de diciembre de 2010).

En la memoria de los vecinos de Barajagua está firme la creencia en milagros que la Virgen concedió mientras estuvo allí. Isaac Ávila relató que la trajeron aquí desde Nipe y que había grande sequía y que anduvieron con la en procesión con agualoja (bebida tradicional) y comenzó a llover.

Ruth Melania Zayas Ávila, de 65 años de su edad, dijo que ella vio muchas procesiones y que supo de otras que antes de ella nacer se hacían, pero que la que no se le olvida es la de 1944, que fue un año en la que se padeció una sequía grande, entonces sacaron una imagen de la Virgen por el camino viejo y que la procesión llegó hasta el cementerio. La gente iba con velas encendidas rezándole a la Virgen Madre de la Naturaleza y al regresar ya estaba lloviendo. Barajagua era muy creyente y por eso las procesiones se llenaban de gente. A veces la procesión llegaba hasta Mejías.

Otra procesión que la testimoniante recuerda es la que en 1958 hicieron los haitianos que vivían en las colonias de caña cercanas. Ellos vinieron bailando con velas y tumbadoras desde Alto Cedro por el camino de Saíto; querían que la Virgen les concediera la lluvia y lo consiguieron, tanto que regresaron a sus casas mojándose en el aguacero. Sobre esta procesión llama la atención que los cortadores de caña haitianos portaran la imagen de la Virgen, pero al parecer ellos hacían tales procesiones comúnmente. La periodista e historiadora María Julia Guerra dijo que las procesiones de los haitianos era un espectáculo para los pobladores que miraban a lo lejos porque la gente de Barajagua no se mezclaba en su culto sincrético.

Todas las procesiones, sin importar del barrio que salieran, llegaban hasta el cementerio de Barajagua, ubicado a los pies de donde estuvo la aldea aborigen. Amaury Pavón recuerda haber visto una que venía desde Mejías. Las mujeres llevaban velos o mantas sobre sus cabezas y flores y velas en las manos, mientras que los hombres cargaban en unas pequeñas andas la imagen de la Virgen de la Caridad. Todo el mundo muy serio, rezando y cantando plegarias. Las procesiones siempre se hacían en tiempo de gran sequía y todas, obviamente, rogaban por la lluvia.

Además de provocar la lluvia, otro de los milagros que la Virgen de la Caridad concedía a los vecinos de Barajagua era el de la maternidad. Caridad Castañeda, de 78 años y vecina del vecino pueblo de Birán, contó que la Virgen le hizo un milagro a su madre cuando estaba embarazada de ella. A los siete meses a mi madre se le salió la mitad de la criatura que yo era, entonces mi madre acudió a la Virgen y pudo lograr el embarazo, por eso desde antes que naciera yo vi la Virgen y sé que es milagrosa.

Otra vecina de Barajagua cumplió una promesa que consistió en vestirse de por vida con el hábito de la Virgen, esto es, de blanco con un cordón amarillo en la cintura, pagando así el milagro que la Virgen le había hecho, de salvarle un familiar. (María Julia Guerra, Holguín, 4 de octubre de 2011).

Victoria Ávila Peña, natural de Barajagua y fallecida en 2008 a la edad de 94 años recordaba unas cuartetas que recitaban en el poblado y que parece que se trata de una interpretación de los versos que aparecen en el folleto Virgen de la Caridad del Cobre del Pbro Guillermo González de Arocha, 1932.

En la bahía de Nipe
por esos mares salobres
se encontraron a la Virgen
y la llevaron al Cobre.

Virgen de la Caridad,
la que en Nipe apareció,
la que un indio veneró
todo el tiempo de su vida.

Blanca rosa desprendida
de la divina deidad,
líbranos de todo mal
Virgen de la Caridad.

Una gigante imagen de la Virgen de la Caridad se colocó delante de la nueva iglesia católcia de Barajagua.

La antigua y muy fuerte presencia de la Virgen de la Caridad en la memoria de los vecinos de Barajagua hizo que desde tiempos inmemoriales en el lugar se celebren fiestas cada 8 de septiembre. 

Ese día se cumplen las promesas y se celebran misa y bautizos y en las casas, donde hay cuadros, estampas y almanaques con la imagen, se le ponen flores y se le encienden velas. Así mismo en esa fecha el poblado era visitado primero y desde muy antiguo, por el sacerdote de Mayarí, y, luego, por el de Cueto para oficiar la misa y los bautizos. Y cuando no había iglesia, se hacía en la casa de un vecino, entre ellas la de Manuel Castañer y Bruna o en un salón de baile que entonces existía en La Cumbre que era propiedad de Walter Fernández. Después de la misa y los bautizos comenzaban las celebraciones. En cada casa de los bautizados se hacía un almuerzo con comidas típicas en la que el lechón asado en púa o el fricasé de guanajo eran los platos principales. Claramente que los compadres participaban en esas fiestas. (Roche, 12 de octubre de 2011). Y los padrinos que tenían finca y dinero les compraban ropas a los ahijados, (Ruth Melania Zayas). 

Para ver un album de fotos de la fiesta en Barajagua  por la Virgen de la Caridad del 8 de septiembre de 2012 día en que el lugar fue declarado Monumento Nacional, haga clic aquí.

Por la tarde se realizaba una verbena que ellos llamaban la matinée, y por las noches un gran baile con orquestas populares de Holguín, Mayarí o Antilla. Pero entre tantas ocupaciones, ese día 8 de septiembre los habitantes de Barajagua iban por unos minutos al saltadero del río, donde, siguen afirmándolo, se veneró la Virgen por primera vez. Belkis Cordero González, de 80 años de su edad, dice que su abuelo Martín Cordero Pavón amaba tanto a la Virgen que decía que el santuario de El Cobre tenía que haberse construido junto al saltadero del río porque era allí adonde los indios que la encontraron la llevaron. (Holguín, 9 de noviembre de 2011)

Otra costumbre de los vecinos de Barajagua para recordar a la Virgen era ir a la Bahía de Nipe cada 8 de septiembre. De Barajagua a Cayo de la Virgen se iba por el camino de Barajagua hasta el costado de Cueto (por el cementerio de allí), en un lugar que se llama Jagüeyes y de allí hasta Santa Isabel de Nipe y de ese poblado se sigue a Playa Morales. El trayecto se hacía a caballo o en carretas. (Isaac Ávila, 2011)

Conversando con el Obispo de la Diócesis Holguín-Las Tunas después que concluyera la misa en Barajagua el 8 de septiembre de 2012, aniversario 400 del hallazgo de la imagen en las aguas de Nipe


Conversando con los vecinos de Barajagua el día en que celebraban el aniversario 400 del hallazgo de la imagen de la Virgen. Barajagua fue declarada Monumento Nacional ese día, como parte de la Ruta de la Virgen. (Ese mismo día los vecinos recordaban al notabilísimo caricaturista Tomy, a quien le levantaron un busto cerca de la Virgen)

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