6.- Aseguradas las comunicaciones y controlada la demarcación, les era necesario el tener un Puerto habilitado, cercano a la Ciudad de Holguín, para dar salida al exterior de los productos de la jurisdicción y hacer llegar a ella los del exterior. Ese Puerto tenía que ser el de Gibara, que siempre fue el puerto natural de Holguín de acuerdo a los informes rendidos; pero antes se hacía necesario el asegurar el tráfico marítimo de los ataques de los Corsarios y Piratas. Para ello había que construir una Batería a la entrada de dicho Puerto de Gibara, y la citada Batería fue ideada, costeada y construida por los holguineros, y dio origen a la prosperidad económica de Holguín y al nacimiento a su sombra y protección, de un pueblo (Gibara), al que en un principio se nombró Pueblo de Punta de Yarey. Fueron sus primeros vecinos holguineros y bayameses radicados en Holguín. Para construirla (la Batería) era necesario obtener la autorización correspondiente del Capitán General de la Isla, que accedió al ser informado por el Cabildo holguinero que la obra sería costeada por el pueblo holguinero y nunca a cargo del Erario Real. Para la necesidad de esta Batería en el Puerto de Gibara informaron al Capitán General de la Isla del daño que los barcos piratas realizaban por las costas de Holguín, apresando las embarcaciones y amenazando a los hacendados, los que se veían obligados a suministrarles alimentos, y desarrollándose el contacto entre los lobos del mar y los vecinos, que en esa época era sumamente peligroso y por ende había que evitar a toda costa. Eso se conseguiría en parte con la construcción de la Batería en el Puerto de Gibara y con las medidas que se tomarían, mencionando en el informe al Capitán General de la isla de lo ocurrido en 1810, año este en que un Corsario permaneció y desembarcó gentes en el Puerto de Naranjo. El acto se repitió en 1816. Antes en el Puerto de Gibara los corsarios capturaron la goleta “Águila” de la propiedad de don Antonio Suárez, y en el de Naranjo apresaron el pailebot de don Juan Hernández. Igual en el Puerto de Naranjo se produjo la permanencia de barcos piratas con su nave capitana “La Belona”, acompañada de “La Republicana”, “El Gran Sultán” y “La Criolla”, al objeto de destruir el tráfico marítimo. Y que el hacendado de “Cayaguaní”, don Antonio Zaldívar había sido hecho prisionero y llevado a “La Belona”, al objeto de que este informara a los restantes hacendados de la zona de que nada tenían que temer a menos que atacaran a los piratas o que no se les suministrase los alimentos. Decía el informe que había que evitar ese trato perjudicial entre los buenos y fieles españoles y los malvados piratas, enemigos de España y violadores de todos los derechos. Y que se habían tomado medidas de vigilancia por las costas de la jurisdicción de Holguín, desde Puerto Padre hasta Banes, especialmente en el lugar dicho de primero por ser la zona más poblada, colocando vigías, unos en “las Salinas” con el encargo de avisar al hacendado de “El yarey” de la presencia de barcos piratas en la Bahía de Puerto Padre, el cual avisaría al Capitán de San Cristóbal, el cual, con su personal, con el de Santa Gertrudis, Los Alfonsos, Chaparra y hasta los de San Andrés, en caso de ser necesario, los atacaría al tratar de desembarcar. Otro vigía había sido colocado en “Cayaguaní”, loma de la izquierda, en la Hacienda de Catarina Calderón, el cual avisaría de la presencia de barcos piratas en la Bahía de Naranjo, al hacendado don Miguel González, el cual, con el personal de Samá y del Retrete los atacaría de aquellos bajar a tierra. Otro vigía fue colocado en Bariay, con encargo de dar cuenta de la presencia de barcos piratas en las bahías de Bariay, Vita y Jururú. Todo lo anterior unido a componentes militares fijos en Chaparra, Fray Benito, Gibara, Bariay y Naranjo, con el encargo de enseñar a los vecinos el manejo de las armas.
Las medidas antes dichas hizo que los piratas abandonaran estas costas, comenzando en ellas el tráfico mercantil, no obstante, consta que el 8 de enero de 1824 los piratas lograron desembarcar asaltando y robando la hacienda de “Chaparra” de la propiedad de don Tomás Ramón Ochoa; como también consta que los holguineros deseaban normalizar su tráfico mercantil por el Puerto de Gibara a toda costa y por ello, en enero de 1818, teniendo noticias de que un barco pirata se encontraba frente a Gibara, amenazando, robando y destruyendo las embarcaciones, un vecino de Holguín, don José Luciano Borrego y león, dedicado al comercio y nacido en Maracaibo, adquirió de don José María Delgado, “El Curro”, una embarcación en dos pesos, la que armó convenientemente y con tripulación de holguineros salió en persecución del citado barco pirata, atacándolo y venciéndolo, trayendo a Gibara a su Capitán.
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