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3 de abril de 2019

Los principales topónimos o nombres de lugares de los aborígenes arauacos de las Antillas o cómo bautizaron las islas a las que llegaron.



Conferencia pronunciada por el sabio holguinero José Juan Arromel día 7 de junio de 1973 en el Salón de Actos de la Asociación de Industrias de la República Dominicana, con motivo de la inauguración de la Sala de Arte Prehispánico de la Fundación García Arévalo, Inc.


En su migración desde la costa norte de Sur América, los taínos les fueron dando alas nuevas tierras nombres sumamente sencillos. A Trinidad le llamaronsimplemente “Caíri” que es palabra con el significado de “Isla”[1].
Y al continuar navegando por el arco de las Antillas a las siguientes “Caíris” que encontraron le añadieron algún escuetorasgo colorista y con ese la nombraron. A la Martinica la llamaron,según una antigua grafía francesa, “Iounacaera”, o sea,“Iguana-caíri”: “Isla de Iguanas”[2]. Y a las isletas que rodean a Guadalupe las nombraron “Caaracaera”, o sea “Ka-era-cairi”: “Isla con Corteza o Piel”, e interpretando la metáfora el nombre significa: “Isla con protección externa”.
Luego llegan luego a Puerto Rico y la encuentran vasta, fértil, abundante en corrientes de agua dulce y en protegidos valles, buenos para el cultivo de la yuca y la llamaron “Borinquen” o “Burenquen”. 
De esta voz se ha propuesto una interpretación imaginativa y poética: “Tierra de los Valientes Señores, Tierra de los Fuertes Hombres”[3]. Pero al no parecerme bien traducida la palabra aborigen, propongo otra, más modesta, salida de tomar al pie de la letra los dos elementos con los que creo que está formada Borinquen o Burenquen: “burén”, es el utensiliode barro sobre el cual tostaban el cazabe, y “kén”, sufijo registrado con el significado de “muchísimo”. De ahí que Burénkensería, literalmente “Burén –ísima”, o más latamente traducida: “Tierrade Abundantes Burenes” o “Buenísima para Burenes”.
Pasan después a otra isla que resulta ser aún más vasta. La llaman, según la grafía de Mártir de Anglería:“Quizquella”. El mismo cronista traduce la palabra como “alguna cosa grandeque no la haya mayor”[4]. En 1871 Brinton notaba que esa grafía no concuerda con ninguna de las voces que le eran conocidas, y esa opinión, que comparto plenamente, me hace pensar que tal vez fuera “Quiz-cairi”, omás españolizada, “Quiz-caya”, lo que significa: “Isla grande”.
A la región por donde desembarcan en “Quiz-cairi” la nombran “Cay-cimú”, porque, según atestigua Mártir de Anglería, “en su lengua cimú significa frente o principio”[5]
Siguiendo desde “Cay-cimú” hacia el poniente entran en la parte occidental de la isla. Por el carácter fragoso del terreno la llaman “Haití” que es palabra suya que significa: “monte, montaña”[6]. Y a la extensa franja detierra que forma la extremidad suroeste le dan el nombre de “Gua-cayarima”, o sea “wa”:“nuestra”, “cay”:“isla” y “arima”: “culata o parte trasera”[7]; lo cual, de paso, confirmaría lingüísticamente la trayectoria que siguieronen sus exploraciones: “Cay-cimú”: “frente de la isla” es el nombre que dan al lugar por donde llegaron, y “Guacayarima” a la parte posterior de la isla, que fue la región que últimamente exploraron.
Marchándose de “Guacayarima”; cruzan el estrecho y arriban a otra isla, todavíamás extensa, tan extensa que la nombran “Cuba”, que es palabra con el significado de “tierra, territorio”, o como si dijésemos, “la tierra por antonomasia”[8]. Y a la región central de Cuba la designan “Cuba-anakán”, que es: “en medio de Cuba”, o mejor: “en medio de la tierra”.
A las islas al norte de Cuba las nombran, apropiadamente, “cay-cairi”: “isla”, y a sus habitantes “lukku”: “hombre”, es decir, “luk-cairi”: “gente de las islas”. Esa palabra aborigen sirvió para los españoles las conocieran luego por “Lucayas o de los lucayos”.
Con igual economía y precisión fueron designando a los lugares end onde moraban o por los que transitaban. Si encontraban un montecillode jobos, valiéndose del sufijo abundancial “abo”[9], le llamaban “jo-abo”, que significa “El Jobabal”, si de güiras era el montecillo: “Güir-abo”, esto es, “El Güiral”, si de mayas, “May-abo”: “El Mayal”, y si de yayas, “Yay-abo”: “El Yayal”.
Con igual lógica, si el terreno era pedregoso, con el locativo “coa” formaban “Ciba-coa” que significa “Ahí-piedras”, y si lleno de oquedades en la superficie, “Caciba-coa”: “Ahí-cacimbas”; y si el terreno estaba junto a la costa:“Bara-coa”: “Ahí-el-mar”. Y así sucesivamente.
Sin analizar más topónimos —lo que alargaría innecesariamente este recuento— con los casos citados basta para llegar a esta conclusión: el taíno veía la tierra con suprema naturalidad. Para él constituía, como el aire y el agua, un elemento gratuitamente legado al hombre por los dioses creadores. Por eso, al nombrar las islas y sus parajes, capta lúcidamente el rasgo descriptivo esencial y lo emplea como recurso mnemotécnico para orientarse fácilmente entre ellos.


[1]K. M. Laurence: “Notes onIëre, theAmerindianNamefor Trinidad”, CaribbeanQuarterly,
XIII, no. 3, September 1967, pp. 45-51.
[2]Samuel E.  Morrison declara que la isla mencionada por Colón con el nombre de Matininó es la Martinica. Esta aseveración es infundada, pues según el testimonio del padre Breton, el nombre indígena de esta isla no era Matininó sino Ioüanacáera.  Véase su Dictionairecaraïbefrançois, Auxerre, 1665, p. 412.
[3]Formuló esta etimología Luis A. Lloréns Torres, basándose a su vez en trabajos de Cayetano Coll y Toste. He demostrado la inexactitud de esa etimología en mi estudio “Baneque y Borinquen: apostillas a un enigma colombino”, Revista del Instituto de Cultura Puertorriqueña, año XIII, no. 48, julio-septiembre de 1970, pp. 46-47.
[4]Mártir de Anglería, déc. 3ra., lib. VIl, cap. I, p. 261.
[5]Explica Mártir de Anglería: “El principio de la isla, por el Oriente, lo coge la provincia de Caicimú, así dichaporque en su lengua cimú significa ‘frente o principio’” (Déc. 3ra., lib. VIl, cap. 3, p. 264).
[6]lbid. , cap. 1, p. 26l.
[7]Ibid., cap. 3, p. 265.
[8]Véase mi trabajo El nombre de Cuba: sus vicisitudes y su primitivo significado, La Habana, 1964.
[9]En realidad abo es una cuasi-preposición que equivale a ‘con’, ‘colección de’. Jobabo puede traducirse también por ‘Los Jobos’.

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