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13 de diciembre de 2017

El "cuento" de la Universidad que quiso Holguín narrado por su Rector



LA UNIVERSIDAD DEL NORTE DE ORIENTE: SU HISTORIA, SU JUSTIFICACIÓN.
Por el Dr. Pedro Peñaranda Díaz. Ex- rector, Presidente de la Asociación de Estudios Superiores del Norte de Oriente.

EL NORTE DE ORIENTE
    La Zona Norte de la Provincia de Oriente, es el conjunto de los términos de Antilla, Banes, Gibara, Mayarí, Puerto Padre, Sagua de Tánamo, Victoria de Las Tunas y Holguín. Tiene una extensión superficial de 14 200 km cuadrados y 705 060 habitantes; esto es el 51, 97 % de la población total de la provincia. Ocupa un lugar destacado en la producción nacional de granos y frutos menores, en minería, en la crianza y ceba de ganado, y en el cultivo y transformación de la caña de azúcar. En lo cultural, cuenta con un Instituto de Segunda Enseñanza (al cual se encuentran incorporados veinte colegios privados), un Instituto Tecnológico, dos Escuelas del Hogar, una Escuela Normal para Maestros, y dos Escuelas Profesionales de Comercio de la ciudad de Holguín, centro geográfico y de comunicaciones del Norte de Oriente, tiene uno de los mejores acueductos de Cuba, cuenta con inmejorable comercio, sólidas industrias, grandes y modernos repartos residenciales, prensa y radio de gran envergadura, centros de distracción y de recreo, numerosas instituciones de gran prestigio, ambiente familiar acogedor, etc, y como lugar de facilísimo acceso también, desde otras poblaciones, tales como Bayamo MN, Manzanillo, Niquero y Campechuela, es el lugar ideal para un centro tecnológico superior y de alta cultura, como lo prueban más de 700 alumnos de todos términos mencionados, que cursaban estudios en la Universidad de Holguín.

                                                                      I
LA UNIVERSIDAD:
    Al principio, con carácter privado, se le llamó CENTRO UNIVERSITARIO DE HOLGUÍN; luego, con más propiedad, UNIVERSIDAD DEL NORTE DE ORIENTE. Y tuvo sus pioneros.
                                                                    II
ANTECEDENTES:
    Hace muchos años personas de clara visión hablaban ya de la situación y condiciones excepcionales de Holguín para establecer en esta ciudad un centro tecnológico, y de alta cultura, que respondiera a las específicas necesidades de la zona. De esas personas de sueño profético si se quiere, me vienen a la memoria dos nombres: el del Sr. Rafael Masferrer y Landa, de una inquietud manifiesta por la valoración de las potencias holguineras, y el del inolvidable profesor que fue del Instituto de Segunda Enseñanza de Holguín hasta su deceso, Dr. Rafael Delgado de la Cruz, a quien rindo en esta oportunidad, en razón de su muerte, el homenaje de gratitud a que estoy obligado como miembro de esta comunidad.    
    Andando el tiempo, un día inesperado de 1955, un joven congresista a quien muchos no conocíamos en persona, lanzó por la radio, la iniciativa de una Universidad para Holguín, y solicitó de las instituciones  y del público en general, su opinión al respecto. Y todos, en la Zona Norte de Oriente, ofrecieron su asentimiento y su calor a la iniciativa. Y el rector de una Universidad privada de l;a capital de la República, el Dr. José T. Oñate, ofreció su concurso (como lo había hecho en Cienfuegos), para viabilizar momentáneamente la estructuración y desenvolvimiento de la futura Universidad. (Léanse los documentos (# 1 y # 2)*, que establecen la forma en que el autor de este trabajo entró en el proyecto universitario). Más tarde, en el salón de actos del Colegio Médico de Holguín, los representativos de las instituciones y un numeroso público ratificaron el propósito de que hubiera Universidad, porque eso era lo que convenía a los intereses del Norte de Oriente: la creación de algo fundamental que necesitaban y no tenían. A cambio de ello un solo compromiso: cuidar, proteger, dirigir la naciente  institución. Nada más se pidió. Nada más se podía prometer.
    Para mejor cuidarla, para mejor protegerla, para dirigirla mejor, se integró un Consejo con los presidentes de los colegios profesionales con los directores de los centros secundarios, con los presidentes de otras instituciones relevantes, y con técnicos, profesionales y hombres de negocios. Y ya no se descansaría más.
    Se realizó un censo de aspirantes a matricular estudios. Se consiguieron locales (el del Instituto de Segunda Enseñanza y el del Colegio de Los Amigos). Se ajustaron los cuadros de profesores con los profesionales de todas partes que ofrecieron libremente sus servicios. Y finalmente con mayor entusiasmo, con los mejores propósitos, a plena responsabilidad, se iniciaron las tareas universitarias. Sobre la marcha se irían resolviendo problemas: se adquirirían obras de estudio y consulta, equipos complementarios para los laboratorios, etc. ¡El Centro Universitario de Holguín iba adelante!

                                                                      III

PROPÓSITOS:
    Fue propósito de los hombres que dirigían el Centro Universitario de Holguín, de su Consejo Universitario, que ese centro rindiera una labor acorde con los factores típicos de la región que primordialmente debía servir: que se orientara en mayor grado a la preparación de técnicos que en días no lejanos cumplirían a cabalidad la tarea de estudiar en detalle las riquezas inagotables del Norte de Oriente, la de proyectar  su mejor explotación y movilización, y en definitiva, dirigir la explotación misma de esas riquezas, elevando de esa manera el nivel de vida de miles y miles de familias que viven miserables sobre suelos ubérrimos (los esclavos de las áreas no desarrolladas o mal desarrolladas). De ahí que se establecieran como carreras y estudios adecuados a esos fines los correspondientes  a las ingenierías de minas, agronómica, mecánica, etc., y se proyectara establecer otros estudios y especialidades.
    Para un Centro que comienza sin más recursos que la matrícula de sus alumnos y el desinterés de sus profesores, esa tarea es ambiciosa e ingente, pero es única razón de ser. La experiencia enseña y la estadística confirma, que los centros tecnológicos superiores son excesivamente costosos tanto por la cantidad de equipos que requieren  (su precio y mantenimiento), y la mayor retribución a la postre a una élite de profesores, como por el hecho cierto de que estarán al servicio de un reducido grupo de estudiantes. (La razón es obvia, ingresan a esos centros personas especialmente inclinadas a esos estudios en una edad en que a virtud de esa misma vocación, encuentran trabajo en talleres e industrias, con lo que satisfacen las condiciones de un nivel de vida mínimo a que están acostumbrados, y truncan un superior destino económico social). Por supuesto que la reflexión lleva a no declinar el empeño que es deber, sino a buscar soluciones. A favorecer el interés de lo mejor dotado para los estudios tecnológicos, y a contribuir a que lleguen a formarse.
    Por otro lado, como nada aconseja (salvo que prevalezca en un país democrático el derecho de las clases timoratas o egoístas), que se limite a la función integral de la Universidad en un medio de las características del nuestro, a las cuestiones puramente tecnológicas, otras, también de trascendencia superior ha de llenar como complemento de aquellas; porque no es suficiente intentar el logro  de una mayor capacidad adquisitiva de la población, si no se prevé que pueda satisfacer todas las necesidades posibles, incluso las del espíritu. Por eso el Consejo del Centro Universitario de Holguín estimó necesario y conveniente la implantación de otras carreras y estudios, tales como Filosofía y Letras, Pedagogía, Idiomas Modernos, Educación Física y Deportes, etc., para los que había, de acuerdo con el censo que se había confeccionado, numerosos alumnos. Actividades culturales de otros órdenes (conferencias, teatro, conciertos, cine de arte, exposiciones), completarían el vasto empeño inicial.
    De esa forma se llenaría en parte la misión mínima de una Universidad de amplio y necesario contenido, y cuya labor, para que sea fecunda, y permanente debe ser capaz de orientar en el medio un estado de conciencia; conciencia que no crea, sino que la recoge del propio medio, la elabora, la práctica y la transmite.

                                                                     IV

EMANCIPACIÓN:
    Apenas esbozado el programa de tantas ambiciones, el Consejo de la Universidad tuvo que enfrentarse a la alternativa de mantenerse bajo una tutela onerosa que constreñía, sin ventajas, sus actos e iniciativas, o gestionar como otros habían hecho con mucha fortuna (en Santiago de Cuba y en Santa Clara) los medios legales para actuar con absoluta independencia. (Ya se ha dicho que el Centro Universitario de Holguín había aceptado en forma transitoria la tutela ofrecida en forma generosa Universidad Nacional “José Martí” posteriormente, sin embargo, se pretendió establecer una participación de un 30 % sobre las entregas brutas, en favor de la “José Martí”, por una sola determinación, lo que además de resultar onerosa convertía en perpetua la tutela). Y como no era dudoso el camino que se debía escoger, el Consejo Universitario de Holguín decidió ambientar en toda la Zona Norte de Oriente una ley que plasmara su Universidad. Y no mentimos cuando afirmamos que no hubo una sola persona, una sola institución, un solo interés, que no haya realizado en alguna forma, una gestión favorable a ese empeño; porque todos entendieron entonces, como hay que entender ahora, que las grandes necesidades han de resolverse, como vulgarmente se dice, en caliente. Y se logró así, con la movilización de todas las instituciones y de todo el pueblo del Norte de Oriente, la Ley # 5 de 1956, creadora, con carácter oficial y autónoma, de la UNIVERSIDAD DEL NORTE DE ORIENTE.

                                                                     V

DEFINICIÓN:
    La Ley de la UNIVERSIDAD DEL NORTE DE ORIENTE fijaba en una de sus transitorias, que dicho Centro debía normalizar sus funciones en el término de un curso académico. Vencido este curso 1956- 57, cesó en sus actividades docentes no sólo por motivos de imposibilidad material de cumplir responsablemente el nivel universitario (sobre todo en las carreras tecnológicas), sino porque el Consejo estimó que no existían los factores indispensables para desenvolver con decoro esas actividades. (Ya en enero de 1957, pocos días después de las Pascuas de Sangre en Holguín, el Consejo Universitario había fijado su postura  ante  la   opinión pública).

                                                                     VI

EL CONSEJO:
    Integran el Consejo de la UNIVERSIDAD DEL NORTE DE ORIENTE, las personas que se relacionan a continuación:
1.    El Ing. Juan J. Treto Sobrado, pionero de la Universidad Martha Abreu de Las Villas; profesor del Tecnológico; técnico  de un central azucarero de la zona. VICE- RECTOR DE LA UNIVERSIDAD.
2.    El Dr. José Ceñal Cueto, Abogado, Presidente de la Cámara de Comercio, Industria y Agricultura de Holguín. SECRETARIO GENERAL.
3.    El Dr. Oscar Tamayo Ruiz, Abogado notable, Decano del Colegio de Abogados de Holguín. DECANO DE LA FACULTAD DE DERECHO.
4.    El Sr. Néstor Gálvez Varela, presidente de varias instituciones; Apoderado General del Banco Núñez. TESORERO DE LA UNIVERSIDAD.
5.    El Sr. Andrés García Fernández, funcionario durante muchos años de las principales instituciones bancarias cubanas y extranjeras, ya jubilado. VICE- TESORERO DE LA UNIVERSIDAD.
6.    El Dr. Carlos Dominicis Santiesteban, Director del Instituto de Holguín. VOCAL.
7.    La Dra. Matilde Anceau Beaufrend, Vice- Directora de la Escuela Normal para Maestros de Holguín. DECANA DE LA FACULTAD DE PEDAGOGÍA.
8.    La Dra. Rosa Blanca Ortiz Amengual, Doctora en Filosofía y Letras, profesor de muchos méritos que  desenvuelve sus actividades en el prestigioso Colegio de Los Amigos de Holguín. DECANA DE LA FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS.
9.    La Dra. Carmen Villar Ruíz, destacada pedagoga, Directora de una Escuela Superior de Gibara.
10. La Dra. Matilde Camayd Camayd, competentísima profesora del Instituto de Segunda Enseñanza de Holguín, con brillante universitario.
11. El Ing. José Grave de Peralta y Gómez, profesional igualmente responsable y distinguido.
12. El Dr. José Manuel Fernández Llanes, ex- presidente del Colegio Médico de Holguín y tesorero casi vitalicio de ese organismo.
13. El Dr. Dagoberto Toll y de Hoyos, Abogado, Pedagogo; Presidente del Colegio Provincial de esa clase tan distinguida.
14. La Dra. Elsa Fernández Pérez, profesora del Instituto Tecnológico, y profesional de brillantísimo expediente universitario.
15. La Dra. Irene Piedad Sánchez Alonso, profesora competentísima del Instituto de Segunda Enseñanza de Manzanillo, de excelente expediente académico.
16. El Dr. Carlos Catases Bertot, profesor de la Escuela Normal para Maestros de Bayazo, MN, graduado de la prestigiosa Universidad de Oriente, intelectual de grandes inquietudes.
17. La Dra. Rosario Vivar Montero, profesora brillante del Instituto de Segunda Enseñanza de Holguín, presidenta del Colegio de Doctores en Filosofía y Ciencias.
18. El Dr. Augusto Castaigne Carballo, Presidente colegio Médico de Holguín.
19. El Arq. Luis Felipe Rodríguez Columbié, notable valor de su clase.
20. El Sr. Rafael Masferrer Landa, persona cultísima, pionero de la Universidad; presidente de la Asociación de Hijos de Veteranos de la Independencia.
21. El Sr. Benjamín León Cardona, brillante profesor de la Escuela Profesional de Comercio de Holguín.
22. El Sr. Fernando Vecino Pérez, administrador del Banco Continental Cubano.
23. El Sr. Eduardo Ochoa Nápoles, Director de la Escuela Profesional de Comercio de Holguín.
24. El Sr. Arturo de Góngora Masón, periodista, Presidente de la Asociación Mil Amigos de Holguín.
25. El Sr. Manuel Vega Guerra, industrial Presidente del Club Rotario y de la colonia Española de Holguín.
26. Y el que esto escribe, Pedro Peñaranda Díaz, Abogado, profesor del Instituto de Segunda Enseñanza de Holguín. RECTOR DE LA UNIVERSIDAD.

                                                          VII

REALIZACIONES:
    No obstante las limitaciones económicas, la Universidad, que sólo contó cómo se ha dicho, con los aportes de los alumnos por concepto de matrícula (muchos disfrutaron de los beneficios de la dispensa del pago en razón de su pobreza), desarrolló sus programas en lo teórico y en lo práctico, con toda responsabilidad, y los exámenes y las demás actividades respondieron en todo momento a los estatutos del centro, del mismo nivel y alcance que los de las restantes universidades oficiales de la República. (El centro conserva la totalidad de los trabajos de pruebas y exámenes que realizaron sus alumnos desde su fundación).
    También tuvo tiempo la Universidad del Norte de Oriente, en los dos cursos que laboró (1955- 56 y 1956- 57), desenvolver actividades extracurriculares de amplio contenido cultural tales como:
    Las conferencias del famoso jesuita P. Alberto de Castro, mentor de extraordinario influjo en la formación del líder de la Revolución, Dr. Fidel Castro Ruz. 
    Las conferencias, en un cursillo de verano, del profesor de la Universidad de Kansas Dr. Domingo Ricardo.
    Las conferencias tan comentadas y aplaudidas de los profesores  de nuestra Universidad Dra. Rosa Blanca Ortiz Amengual, Dr. César Ortiz Amengual, Dr. Luis Alberto Fonseca Sánchez, el Dr. Carlos Catasús Bertot, el Dr. Luis M. Pavón Tamayo y el Dr. José Pomares Boris en el teatro universitario.
    La casi totalidad de esas actividades se desenvolvieron en los salones del Colegio Médico de Holguín y de la Sociedad El  Liceo, para cuyas directivas tenemos hoy, como tuvimos ayer, motivos de gratitud.

                                                          VIII

LOS HECHOS INSÓLITOS:
    Uno de los hechos más insólitos que tuvimos que enfrentarnos los funcionarios de la UNIVERSIDAD DEL NORTE DE ORIENTE durante el período de la dictadura fue la audacia de una horda sin escrúpulos, encabezados y dirigidos por el tristemente célebre ex jefe del SIM, Irenaldo Remigio García Báez, tercamente empecinado en que se les admitiera a él y a un grupo de sus compinches “certificaciones” expedidas por funcionarios de la Universidad Nacional José Martí, en la que se les acreditaba haber cursado y aprobado un total de CUARENTA Y SEIS ASIGNATURAS UNIVERSITARIAS EN UN SOLO AÑO DE ESTUDIO. Su propósito consistía en que aceptadas esas “Certificaciones”, se les extendieron títulos de Dr. En Derecho.
    Ante pretensión tan absurda de gentes sin moral y sin cultura, los funcionarios de la UNIVERSIDAD DEL NORTE DE ORIENTE agotaron todos los medios normales para convencerlos de la imposibilidad legal, material y moral de admitir certificaciones tan disparatadas. Se llegó en fin a rechazárseles formalmente esos créditos, pero tozudos, jactanciosos e inmunes en todas sus fechorías,  (los obstáculos eran sus mejores estímulos), bajo amenazas y coacciones sin cuento, persistían en la admisión de sus estudios, llegando incluso, a fijar un término para que se les extendiesen los títulos a que aspiraban.
    Como Rector de la Universidad me tocó tomar la decisión más conveniente: salir al exilio con mi familia, denunciando a la opinión pública la amenaza cierta que pesaba sobre ese Centro y sus funcionarios.
    La decisión resultaba en extremo peligrosa dada la baja condición moral de los desorbitados aspirantes a ver sus nombres en un pergamino universitario; cualquier fallo en el plan a seguir pondría en juego la vida misma de muchas personas. Fue necesario un análisis completo de la situación y de los factores que se pondrían en juego. El texto de mi carta- denuncia dirigida al Consejo Universitario, y que refleja pobremente la realidad de los momentos que la inspiraron, fue discutida en un círculo muy reducido de funcionarios de la Universidad, en la casa particular del Dr. Oscar Tamayo Ruíz, Decano de la Facultad de Derecho. (Debo destacar en esta oportunidad el gesto entero y noble del Dr. Tamayo Ruíz, nada nuevo en el por cierto, y en a sabiendas del estado de opinión adversa que se produciría transitoriamente contra su persona, admitió el 1ero, el texto de mi carta y su publicación, como medio de que se conociera el drama de la Universidad de Holguín).
    Meta inmediata en el plan concebido, era una entrevista con el Dr. José Miró Cardona a sazón Secretario de la  Asociación de Amigos de la República, que desde muchos meses antes venía orientando a las instituciones cívicas de Cuba en un movimiento dirigido a lograr soluciones inmediatas en el panorama político nacional.
    La intervención espontánea y eficaz del Dr. Alejandro Armengol y Vera, viejo compañero de luchas revolucionarias, y el descubrimiento de amigos comunes de vidas paralelas, facilitó la entrevista. La presentación cordial que de mi persona hizo el Dr. Armengol, la lectura de mi carta – denuncia y el examen de las copias fotostáticas de las “certificaciones” que ponían en juego los temibles postulantes extendida por la Universidad Nacional José Martí, dio la medida al Dr. Cardona, de la situación que se confrontaba desde hacía meses en la Universidad de Holguín; a tal extremo que hondamente conmovido, me abrazó, plenamente identificado. A su ruego le dejé para la publicidad la carta dirigida al Consejo, también le dejé para su archivo las copias fotostáticas de las descocadas “certificaciones de estudios”. Y salí para el duro exilio.
    No firmé los títulos. Y esperaba que el mayúsculo escándalo que produjo mi carta- denuncia, daba a conocer a la Opinión Pública a través de PRENSA LIBRE, en Cuba y el DIARIO LAS AMÉRICAS, de Miami y de la que se hicieran eco otros periódicos terrestres y aéreos, en Cuba y fuera de Cuba, frenaría la desorbitación sin sentido práctico mi lógica de analfabetos empecinados en el ridículo, y que mis compañeros de la Universidad se libraran de tan tremenda pesadilla. Además de la sección de Kuchilán en Prensa Libre, en varios días sucesivos. Y así pareció por un momento. Y pudieron mis compañeros del Consejo que quedaron en Cuba tomar acuerdos valientes que fue reproducido también por numerosos periódicos  de circulación nacional: condenar los hechos denunciados por mí al no aceptarme la renuncia del cargo, ratificar el acuerdo tomado desde el 13 de enero de 1958 de suspender las actividades académicas y comunicar al venerable Episcopado Cubano su adhesión y reconocimiento por tu acertada intervención en el doloroso conflicto de la Patria, entre otros desgraciadamente, con el fracaso de la llamada Huelga de Abril, se desatan todos los escrúpulos, si algunos tenían los genízaros del régimen, y se dispusieron  a satisfacer la vanidad de titularse bajo el imperio de los más altos instintos. ¿Quién los detenía? (El señor Ramón Camayd, ex comisionado Municipal de Holguín y el Dr. Dioscórides Llorens Alba, de Cacocum, conocieron de un último intento de burlar una vez más  a esos pillos, pero estimaron inevitable la nueva remetida. Ellos serían testigos de mayor excepción). Lo que ocurrió entonces fue previsto por nosotros y denunciado a través de las páginas amigas del DIARIO LAS AMÉRICAS, de Miami, y ya en Cuba caída la tiranía a través del Periódico El Avance, del 16 de enero, por televisión, desde La Habana, con ocasión de un almuerzo, dedicado por el Club de Leones a los problemas universitarios suscitados por la Ley # 11del Gobierno Revolucionario; y en Holguín con varios alumnos de la Universidad, en escrito dirigido al Tribunal de Justicia Revolucionaria.
    Por cierto, que a raíz de publicar mi carta- denuncia, cuando salí para el extranjero en febrero del 58, entonces el Ministro de Educación Dr. Jorge García Montes, con quien había mantenido por carta y en persona una situación de tirantes, en defensa de los fueros propios al amparo de la autonomía universitaria, se creyó obligado a intentar desvanecer un poco el impacto de los hechos denunciados por mí, y en efecto, produjo declaraciones  a ese fin. Eso motivó por supuesto, la réplica adecuada.

IX

LA LIBERACIÓN:
    El desplome del régimen de Batista la madrugada del 1ro de enero de este año llamado con toda justeza de La Liberación, trajo aparejado como secuela natural y lógica el replanteamiento de los problemas fundamentales de la nación, para ser analizados estructurados y resueltos en razón de los grandes intereses del pueblo. Y no podían ser una excepción de los problemas educacionales.
    Lamentablemente una de las primeras leyes del Gobierno Revolucionario la # 11 dictada con toda precipitación se da al traste con los estudios realizados con las Universidades privadas, y con la existencia de las Universidades oficializadas (llamadas así para diferenciarlas de la de La Habana, Santa Clara y Santiago de Cuba, que han recibido y reciben dinero de todos los gobiernos, como asistencia normal del Estado), anulando de paso todas sus actuaciones. Entre las Universidades afectadas se encuentra la UNIVERSIDAD DEL NORTE DE ORIENTE.

X

ERROR TRANSITORIO:
    La manifiesta injusticia de la Ley # 11, en la que con toda seguridad se sorprendió la buena fe del Gobierno Revolucionario. (Recuérdese que el Dr. Fidel Castro declaró al connotado periodista de Prensa Libre, Kuchilán, que la medida le parecía excesiva), haciendo desaparecer universidades (se arrasan cuarteles, no centros de cultura) y anulando sus actos sin una investigación serena (ejecución sin juicio), (donde estaba el Dr. Miró Cardona, Premier del Gobierno, cuando se adoptó tal medida), y el hecho de ser acuerdo de un gobierno de tanto prestigio y autoridad (lo que hizo pensar a muchas personas sencillamente sinceras, o de ocasión  en la infalibilidad de la medida) promovieron la polémica nacional en relación con el tema. Y ha resultado, en la práctica, que los intereses privados de universidades radicados en La Habana, esgrimiendo sus justas razones pero con más recursos publicitarios y mejor organización, pudieron conjurar en parte las dificultades derivadas de la Ley # 11, incluso sin que eso tenga explicación racional de esa tormenta de pasiones salió bastante bien librada la Universidad Nacional José Martí fuente de verdaderas inmoralidades y conflictos en los últimos cursos de actividades académicas, pues le han concedido el derecho a sus alumnos a solicitar la revisión de sus expedientes. (No pretendemos con ese juicio que comparten todas las zonas de opinión en Cuba, medir con el mismo rasero a todos los alumnos que cursaron estudios en ese centro, ni a todos sus funcionarios y profesores porque en todo hay excepciones (tenemos entendido que el Dr. Hart Ministro de Educación fue profesor de esa Universidad) pero resulta incomprensible el hecho que las demás Universidades afectadas por la pragmática contenida en la Ley # 11 sigan siendo desconocidas a pesar de las reiteradas solicitudes que son del dominio público, de que se practique una investigación minuciosa por parte de funcionarios responsables y honestos del Ministerio de Educación. O es que se ha tirado una cortina de humo para distraer la atención de los problemas internos de las restantes universidades del país.
    El Norte de Oriente, su población, sus instituciones, sus estudiantes, esperan del Gobierno Revolucionario, las medidas justas que resuelvan con alturas los problemas de su Universidad. Esperan que el error que con ese interés fundamental se ha cometido, sea un error transitorio.

XI

LA SAÑA
    La UNIVERSIDAD DEL NORTE DE ORIENTE  ha sido barrida por una Ley del Gobierno Revolucionario y se tiene como cosa cierta que ha sido sorprendida la buena fe del gobierno.
    Pero, ¿quién o quienes han sido capaces de tamaña conjetura?
    ¿A quién o a quiénes hace daño, que no bien, una Universidad?
    ¿Qué argumentos poderosos esgrimen los enemigos de Holguín?
    Confieso que recién llegado del exilio me sorprendió la Ley # 11 y me di a la tarea de investigar el trasfondo de la pragmática. Dondequiera  que estuve percibí en alabarderos de la UNIVERSIDAD DE ORIENTE, la saña cruel, la satisfacción vindicativa (¿venganza de qué?), la justificación de las bajas pasiones. Y entonces vinieron a mi memoria muchos comentarios a los que nunca antes había querido prestar mayor interés, singularmente vino a mi memoria un episodio que motivó en los primeros pininos de la Universidad, en 1955, una carta que hubimos de circular a todas las directivas de asociaciones de alumnos de los centros docentes de la República, a los Directores de esos centros, a las instituciones y a la prensa. La carta estaba dirigida a los estudiantes y su texto era el siguiente:

La Habana, diciembre 19 de 1955.
Sr. Dr. Pedro Peñaranda Díaz.
Rector del Centro Universitario de Holguín.
Instituto de Segunda Enseñanza.
HOLGUÍN

Muy distinguido señor:
                                    A su debido tiempo tuve el honor y la satisfacción de informarse de la adhesión del “Centro Universitario de Holguín” al homenaje que fue preparado por la magnanimidad de unos amigos.
                                     Considero para mí muy valiosa su adhesión dada la alta significación social de esa entidad. Ruégale por tanto se sirva a recibir a nombre de la misma estas palabras mías de agradecimiento cordial y profundo.
                                     Sírvase también recibir la expresión de mi alta y personal estima.
                                     De Ud. Atentamente,
                                                (Fdo.) Fernando Ortiz.
                             
Holguín, septiembre 14 de 1956.
SR. RECTOR DE LA UNIVERSIDAD DEL NORTE DE ORIENTE,
Ciudad.
Muy respetable doctor:
    En vísperas de ausentarme de Holguín donde he vivido más de cuarenta años, es decir toda mi juventud, esforzándome durante ese tiempo por servir a mi patria en todos los órdenes sociales y especialmente en el cultural, es por lo que deseo dejar un recuerdo a este pueblo tan querido por mí, donando a la Biblioteca de su Universidad algunos de mis libros, amigos queridos que me acompañaron en mis años de entusiasmo y de juventud.
    Yo creo que ellos serán útiles a la juventud estudiosa, de la que puede sentirse orgullosa esta Universidad bajo su competente rectoría, y a la que deseo toda clase de triunfos, hasta que convertirse en la primera de nuestra República.
Esos libros Sr. Rector son los siguientes:
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 de Blasco Ibáñez. (9 tomos)
EL MUNDO CIENTÍFICO, CON MODELOS DESARMABLES. (11 tomos)
TRATADO DE FÍSICA de O. D. Chwolson. (12 tomos)
BIBLIOTECA INTERNACIONAL DE OBRAS FAMOSAS. (27 tomos)

    Sin otro particular que mis más fervientes votos por el triunfo de esta Universidad, queda de Ud, atto y S. A.

(Fdo.) DR. EMILIO DEL BARRIO Y JULIÁN.

PALABRAS FINALES:
    En conclusión, no tenemos reservas mentales contra nadie, ni enjuiciamos las cosas, ni los hombres con el propósito de tener un pretexto para defender los intereses de Holguín y de toda su zona de influencia: el resto del Norte de oriente así como Bayamo, MN, Manzanillo, Niquero y Campechuela, de donde proceden más de 700 alumnos de nuestra Universidad. Cuando nos referimos a ciertos “voceros” o “alabarderos” de Santiago de Cuba, no estamos afirmando que tenemos un concepto uniforme de todos los santiagueros, pues sería injusto de nuestra parte: nos referimos a los que a contrapelo de los nuevos horizontes del estado de civilización que todos percibimos, quieren mantener a Santiago de Cuba como un estado- ciudad, celosa de prerrogativas exclusivas, como si en un plano de mayor amplitud de convivencia nacional, no pudieron esos “voceros” o “alabarderos” tener vigencia propia. NUESTROS RESPETOS PARA SANTIAGO DE CUBA Y PARA LOS SANTIAGUEROS, PERO RESPÉTESENNOS EL DERECHO A SUPERARNOS.

Señores:
    Hemos sido informales que en la reciente Convención de Estudiantes celebrada en Santiago de Cuba, un profesor cuyo nombre queremos silenciar por el momento, asistió a dicho acto con el propósito de enjuiciar al Centro Universitario de Holguín y haciéndolo en forma apasionada, con absoluta parcialidad o mala fe.
………………………………………………………………………………………..
    Se quiso destacar en esa reunión de estudiantes, por un profesor de Segunda Enseñanza (lo era también de la Universidad de Oriente), el origen de la Universidad Nacional José Martí, su desvinculación después, así como el origen del Centro Universitario de Holguín, extensión de la nacional José Martí, como una iniciativa del legislador Señor Rafael Diaz Balart, y como instrumento del gobierno contra las universidades oficiales, principalmente contra la Universidad de Oriente.
    No es la primera vez que los intereses legítimos de Holguín son interferidos por personeros de Santiago de Cuba son los intereses de Oriente lugar donde, desde luego, se encuentra la perfección moral, social y cultural de la especie humana. (Recuérdese que al discutirse la ley creando la Audiencia de Holguín, los intereses de Santiago de Cuba la combatieron con todas las armas y al ser aprobada por el Gobierno del Dr. Prío Socarrás, las casas de Santiago de Cuba amanecieron con crespones de luto en las puertas.
    En primer lugar, ya la idea de una Universidad para Holguín se estaba gestando desde hacía mucho tiempo. Nadie que no sea un apasionado o un intrigante podrá desconocer la importancia de Holguín como centro de una extensa, rica e inquieta zona para un Centro Universitario.
    La idea lanzada luego por el legislador Dr. Díaz Balart de una Universidad para Holguín fue lógicamente calorizada y respaldada por las  instituciones holguineras y las de toda la Zona Norte de Oriente, como una oportunidad de superar esa etapa, y porque en ello no iba implícito, no podía ir, compromiso político de ninguna clase. La misma postura hubiera adoptado las instituciones holguineras frente a cualquier otro congresista, cualquiera que sea su momento o su ideología. (Los holguineros admiramos por otra parte, la tenacidad   con que los santiagueros se reúnen en un aporte de todas sus instituciones, indiscriminadamente, y plantean en forma sistemática ventajas provenientes de todos los Gobiernos para satisfacer sus necesidades inagotables. Esa postura no podía desmerecer ante los ojos de Holguín).
    Por otra parte, el Dr. José Oñate, Rector de la Universidad Nacional “José Martí”, ofreció su concurso al legislador Sr. Díaz Balart, a fin de lograr que la Universidad de Holguín pudiera dar sus primeros pasos sin las trabas de orden legal, hasta tanto los holguineros pudieran cumplir los requisitos de la Ley 15 de 1952, y organizarse en Universidad privada.
    Holguín, sus instituciones, agradecen sinceramente esos aportes, sin condiciones, de los Sres. Díaz Balart y Oñate, y así lo han hecho constar; pero no admite, so pretexto de militancias de orden político, religioso o de cualquier otro género, que en ese caso no juegan, se ataque artera, sistemáticamente y sin fundamento, con maliciosa intención o con supina ignorancia, su derecho al progreso y a la superación cultural y espiritual.
    Se ha pretendido además, confundir a las personas no informadas, diciéndoles que en el Centro Universitario de Holguín se ha dado ingreso a la Facultades con el certificado de octavo grado o menos.
    El Centro Universitario de Holguín no ha ingresado a sus facultades a ningún aspirante que no posea el título de Bachiller, Maestro Normalista, el de Contador de las Escuelas Profesionales de Comercio o el ingreso obtenido en otras universidades oficiales. Tiene en sí, alumnos de Pre- facultades, que han ingresado en las mismas mediante determinados títulos o previo examen. Esos alumnos, en su oportunidad, tendrán que someterse a pruebas y justificar que tienen la preparación adecuada para ingresar en las Facultades de Educación, Ingeniería o Ciencias Comerciales. (La Universidad de Oriente tiene esos mismos cursos, y los impartió en Holguín, Bayamo, Manzanillo y Guantánamo; la Universidad Central “Martha Abreu” los imparte; y al Universidad de La Habana convoca a ingresos libres para esas Facultades. Desde luego, a ningún holguinero se le ocurriría decir que esos Cursos de Pre- Facultades constituyen Cursos Universitarios, ni podría decirse, por ejemplo, que los primeros grados de la Escuela Anexa de la Universidad de Oriente, que es modelo en su género, sean universitarios)
    Debemos añadir, para despejar la incógnita, que el profesor que dio motivo a la carta que en lo fundamental se deja reproducida, no es otro que el Dr. Euclides Vázquez, quien ahora, como entonces, descarga todas sus bilis contra un interés básico de Holguín: la UNIVERSIDAD DEL NORTE DE ORIENTE.
    Han sido tan persistentes en la difamación, que ha llegado a impresionar a muchos que debieran ser impresionables. No es que comportan sus juicios, pero han sido timoratos en la réplica oportuna.
    Yo he oído indagar tímidamente a un holguinero, si era verdad, como decían por ahí, que a Díaz Balart se le había regalado el título de Abogado en la Universidad de Holguín en compensación de haber conseguido esa Universidad. Pues no, señores; Díaz Balart no consiguió la Universidad de Holguín, aunque fue factor en su gestión, y el de la iniciativa como centro privado; ni Holguín, ni la Universidad ni sus funcionarios tenían que regalar nada a nadie. El Sr. Rafael Díaz Balart se acogió al derecho de matricularse como alumno libre, faltándole una sola asignatura para terminar la carrera. Las restantes asignaturas las había examinado y aprobado en cuatro cursos, dos en la Universidad de La Habana, y los otros dos Cursos en La Universidad “José Martí”, en forma normal. (Véanse los documentos # 16 y # 17). La moral de los funcionarios de la UNIVERSIDAD DEL NORTE DE ORIENTE es una, ya se trate de Díaz Balart o de Irenaldo, salvando desde luego la distancia.
    Es un dato increíble: mientras a nombre de las instituciones gestionábamos el derecho de Holguín a tener Universidad oficial y autónoma, funcionarios de la Universidad de Oriente hacían las mismas gestiones cerca de las mismas personas, pero para que Holguín no tuviera su Universidad: (Así se escribe la Historia).

XII

RESPONSABILIDAD:
    Es necesario que los holguineros se sacudan un poco y despierten a la realidad, para que se sientan dispuestos a proponer con respeto, pero con dignidad, bien ganada por cierto en la Gesta de la Liberación, la solución a su problema universitario. No se trata de proteger personas, que no necesiten por demás, protección, aunque debe respetárseles; sino de afianzar una institución, la UNIVERSIDAD DEL NORTE DE ORIENTE, a la que viene asignada por destino, una misión insoslayable.

XIII

AVAL PROPIO:
    Nunca hemos sido partidarios de exhibir, y mucho menos de explotar, la labor cívica que nos ha correspondido llenar en cada momento, pero en un estudio más acabado sobre los mismos tópicos que en este trabajo se tocan, y que ha de ver la luz pública muy pronto, en forma de libro, expondremos, por esa única vez, nuestra modesta labor. Aprovecharemos también, para que se conozca hasta qué punto la UNIVERSIDAD DEL NORTE DE ORIENTE, y muchos de sus funcionarios, no fueron tan ciegos, tan sordos ni tan mudos.

 XIV
LOS QUE AYUDAN A CONSTRUIR:
    Frente a los detractores gratuitos, implacables e injustos de las obras que tienden a ser fecundas, unos pocos (excepcionales, aleccionadores, ejemplares), ayudan a construir como gigantes. De hombres de esa talla son las dos cartas que reproducimos.

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