Pianista, saxofonista, arreglista,
compositor y director de orquestas. (Banes, 31 de enero de 1913-La Habana, 24
de diciembre de 1977). Inició estudios de piano en la Academia Orbón
propiedad de su abuela Juana Pérez; asimismo estudió composición e
instrumentación bajo la guía de su abuelo Emilio Rodríguez. Fue director
de la Banda Infantil
de Antilla en la que permaneció varios años. En 1929 cuando el talentoso
trompetista y tío suyo, Pedro Rodríguez,
pasó a dirigir la estudiantina La Rechiva del son, ocupó la plaza de
pianista y, ocasionalmente, tocó el saxofón. Con esa agrupación, en la que
estuvo unos cinco años, recorrió la región oriental durant. En 1933 se fue a
Santiago de Cuba a integrar la orquesta Trovadores de Toño y Chepín
Chovén. Hasta que Guillermo Portela, director de la orquesta Casino
de la Playa,
lo lleva a La Habana
para sustituir a Anselmo Sacasas.
Esa
popular agrupación muy pronto asumió el estilo de Peruchín, con sus característicos
tumbaos, su creatividad armónica y sus improvisaciones donde mezclaba elementos
del jazz con los de la música cubana. Esas cualidades lo convirtieron en uno de
los más relevantes y versátiles pianistas de la música cubana de su tiempo.
En
la década del 40 trabajó con varias agrupaciones: El Conjunto Matamoros,
los Swing Boy´s y la orquesta Tropicana. Durante un tiempo se
radicó en Panamá donde trabajó con la orquesta de Carlos Boza. En
1950 pasó a formar parte de la
Riverside, orquesta a la que también aportó sus
orquestaciones y muchas composiciones.
A
la vez que todo lo anterior, durante los años 50 realizó magníficas grabaciones
con piezas clásicas, de jazz y música
cubana. Asimismo grabó con la orquesta
de Chico O´Farril, con tríos y con otras agrupaciones que fundó.
Como
arreglista colaboró con las mejores agrupaciones cubanas y del mundo latino: Larraínz
en Venezuela, César Concepción en Puerto Pico y algunas de Nueva York.
Como compositor legó al patrimonio nacional numerosas obras, entre ellas
boleros como “¡Qué equivocación!”, “Tu
verdad” y “Una canción para ti”;
piezas rítmicas como “Mamey colorao”
(mambo) y los Cha cha chá, “Semilla de
marañón”, “España en llamas” y “Cha
cha chá con mambo”.
Chucho Valdés e Irakere: Homenaje a Peruchín
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