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17 de noviembre de 2017

César Morales Fuentes



Pianista, compositor, profesor y director de orquesta. (Holguín, 2 de abril de 1918-Miami, 15 de mayo de 2006). Realizó estudios en la academia familiar. A inicios de los años 1940 sobresalía entre los mejores pianistas de Cuba. Organizó conciertos en Holguín y acompañó a los mejores instrumentistas y cantantes cubanos y varios extranjeros. En 1944 debutó en la capital, colaborando con el Grupo de Renovación Musical y otras instituciones. Pese al éxito, retornó a su ciudad donde se mantuvo hasta 1958, periodo en el que fue uno de los más destacados promotores de la música.

Posteriormente trabajó en el Cabaret Parisién como pianista y subdirector de la orquesta, así como en otros centros nocturnos e instituciones culturales. En la década del 60 se estableció en los Estados Unidos, país donde ejerció la docencia musical, grabó discos y dirigió orquestas. Compuso algunas obras para piano y canciones como “Ven a mí”, “Las horas pasan” y “Pienso en ti”,  entre otras, que estrenó en el Festival de la Canción y en espectáculos organizados por él en Holguín.
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Tomado de la Revista Show, junio de 1960

⟹Un pianista joven cuya sensibilidad artística lo coloca entre las nuevas generaciones estelares.
⟹La crítica más juiciosa lo proclama con perfiles geniales.
⟹Ha acompañado a todos los instrumentistas y cantantes de fama internacional.

Cuando el director Walfredo de los Reyes Sr., formó su fantástica orquesta del exclusivo Club Parisién del hotel nacional tuvo el acierto de contratar los servicios de uno de los grandes pianistas de la época, el joven César Morales, concertista genial que se incorpora con talento a la nueva generación de solistas del piano.
En las suntuosas revistas coreográficas de Carlos Sandor, la personalidad del notable artífice del teclado, perteneciente a una estirpe cuyo apellido es blasón de gloria para el continente, porque es hermano de Rafael Morales, pianista de la Orquesta Filarmónica de La Habana, pasa por inadvertida en un público que no es propiamente musical. Los que concurren a los clubs nocturnos para admirar las revistas que se escenifican, se extasían en la contemplación de los cuadros que sirven de apoyo al montaje creado por la imaginación del productor, escuchan las partituras musicales que acompañan y adornan la coreografía, pero nadie, absolutamente nadie se preocupa de la actividad personal de cada uno de los integrantes de las orquestas.
Es así que movidos por un espíritu de justicia que siempre ha sido norma invariable de esta publicación, que vamos a ir presentando en sucesivos números a aquellas figuras de relevancia, que como César Morales, resultan héroes anónimos en las producciones, no sólo por lo que influyen en la equilibrada armonía de los sonidos, sino por su contribución personal eficacísima en los ensayos preparatorios.
César Morales en el ensayo. El joven concertista del piano se transfigura como un iluminado de la gloria cuando pone sus ágiles dedos en el teclado, volcando como en un impacto todo el caudal inagotable de su extraordinaria sensibilidad artistica
César Morales puede vanagloriarse de haber acompañado a los más célebres instrumentistas y cantantes que nos hayan visitado en estos últimos tres lustros, alcanzando como fruto de su esclarecido virtuosismo como ejecutante, los elogios más ambicionados de la crítica, de esa crítica peritísima (Sic) que solo se rinde en aras de la técnica y de la sensibilidad artística.
Dando un salto retrospectivo, recordamos el concierto inaugural de la Sociedad de Música de Cámara de Cuba. El eminentísimo crítico Eduardo Martín señalaba en aquel entonces:
“En el conjunto se destacó, por su calidad, la labor pianística de César Morales, quien en todo momento fundió con maestría la sonoridad de su instrumento dentro del conjunto de las cuerdas, tal como es normal a la mejor tradición; al mismo tiempo que contribuía de modo eficaz al logro de la expresión general. César Morales ratificó su condición de revelación de la noche. En efecto este joven pianista holguinero muestra una musicalidad de la mejor clase, una comprensión amplísima para su participación dentro de cada obra. En el Quinteto como en el Concierto de Vivaldi, su labor estuvo siempre en el más justo lugar. A esto añádase su pulsación elástica y rica en matices, su claro sentido del fraseo, su pulcra mecánica, su fácil identificación con la expresión más veraz y sentida”.
El propio Martín, en otro concierto de la Sociedad de Música de Cámara, celebrado en el Aula Magna de la Universidad, volvía a realzar, emocionado, a este concertista con un juicio tan breve pero definitorio, que era francamente consagratorio, al significar:
“De la magnifica labor de César Morales como pianista acompañante, baste con decir que este joven artista demostró casi compás por compás, su fiel y continua inmersión en la más adecuada expresión colaboradora”.
La crítica enaltece su pulsación elástica, rica en matices, su claro sentido del fraseo, su pulcra mecánica, su facil identificación con la expresión más veraz y sentida.
Asombró también a los “diletantes”, en el acompañamiento magistral a instrumentistas de fama mundial, como el violinista Emil Friedman; al flautista Emilio Puyans; cuando actuara de pianista acompañante del concierto que se llevara a cabo en el Aula Magna de la universidad, en homenaje a Erich Kleiber, director de la Orquesta Filarmónica de La Habana; en el concierto de Violoncello ofrecido por Adolfo Odnoposoff, primer chelista de la Filarmónica; acompañando en el Club Atenas a Abel Eisenberg, concertista de viola, director de la Filarmónica de Berlín y al eximio violinista cubano Raúl Gómez Anckerman, entre otros muchos.
Ha sido César Morales, en el Club Pariesién y fuera de sus dominios, pianista favorito de estrellas de primerísima magnitud, entre las que podemos citar para no hacer muy extensa la relación, a Jimmy Durante, Katyna Ranieri, Zoila Gálvez, Connie Boswell, Ana María Alverghetti, Ester Borja, Lalita Salazar, Iris Bruguet, Carmelina Rosell, Ana Margarita Martínez Casado, Ima Sumac, James Melton, Margarita Piazza, Malú Gatica, Helen Tauber y Leny Eversong.
La mente y la mirada del pianista concertista están subordinadas al influjo de la ejecución... César Morales está en su mundo, abstraido en las notas del pentagrama, mientras en la pista se desarrollan las múltiples y variadas evoluciones de la coreografía... El público está ajeno, ciertamente, a que allá, en el ala izquierda del exclusivo salón, hay un personaje que pese a la serena sencillez de su carácter, está ya incorporado, por derecho propio, a la nueva generación de los grandes solistas del piano. 
Este genio del piano que modestamente aparece noche a noche en el grupo de Walfredo de los Reyes Sr., sólo ha desarrollado sus estupendas facultades en Cuba, Estados Unidos y Sur América, figurando por cuatro meses en Radio Caracas TV, en la Orquesta Sinfónica de Caracas.
IMA SUMAC FELICITA AL ASTRO CUBANO. Ima Sumac y su ex esposo Vivanco quedaron maravillados del talento de César Morales cuando hicieron su temporada del Club Parisién, del Hotel Nacional
EN RADIO CARACAS TV. Con el productor y director José Fariñas, también cubano y uno de los más notables del continente, cuando César Morales era pianista acompañante de la Orquesta Sinfónica de Caracas
Con orgullo de cubanos, presentamos a nuestros lectores internacionales a César Morales, astro entre los grandes concertistas contemporáneos, cuya ficha biográfica pone de manifiesto relieve la calidad indiscutible de nuestros músicos, que como héroes anónimos y olvidados, se desenvuelven dentro de las realizaciones coreográficas que le han dado a nuestro país crédito mundial.
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