Prensa desde 1900

25 de octubre de 2017

José (Pepé) Delgado Pérez



Pianista y compositor. (Las Tunas, 19 de marzo de 1917- Miami, 18 de diciembre de 1990). A los 18 años integró la Banda Nacional de la Policía. En 1940 se radicó en Holguín donde por cinco años realizó una significativa labor en la Orquesta Tentación y otras agrupaciones locales. En esa misma ciudad compuso sus primeras composiciones, entre ellas el bolero “Dueña de mi corazón”, inspirado en la ruptura de su matrimonio con una hermosa holguinera. En 1945 se trasladó a la capital donde integró conjuntos como Jóvenes del Cayo, Casino y Colonial. En 1962 se radicó en México y posteriormente vivió en Puerto Pico y Estados Unidos. Sobresalió como arreglista, director de orquesta y compositor de antológicos boleros como “Cosas del alma”, “Dime la verdad”, “Quédate conmigo” y “Cuando tú me quieras”.

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Fertilisima es Holguín en el nacimiento de grandes intérpretes de la música (vocalistas e instrumentistas), pero pocos compositores. No hay en esta ciudad grandes amores eternizados con canciones famosas. De ahí que sea importante aquella de Pepé Delgado: “Dueña de mi corazón”.

Pepé Delgado
Próximo a 1940 (quizás poco antes), Pepé Delgado, el hijo del notable catedrático del Instituto de Segunda Enseñanza de Holguín don Rafael Delgado, concluye sus estudios en el Conservatorio Nacional de La Habana y aunque integró la banda de la policía, su padre lo llama a esta ciudad para que complete su formación general en el Instituto. Recuerdan los que le conocieron que alto, trigueño, muy sobrio en su carácter, un tanto introvertido, con aureola de buen músico y porte y actitud de  romántico tardío o trasnochado, Pepé no parecía hombre de este sino de otros siglos, de ahí que las muchachas de la ciudad se enamoraron de él apasionada y secretamente. Y para tenerle cerca lo contrataban para que el joven las visitara y les impartiera clases de música.


De casa en casa Pepé visita, sobre todo, a las muchachas de la burguesía holguinera, entre ellas Carmen Cortina, una belleza local hija de dulceros y terratenientes. Se enamoraron a primera vista y muy pronto fue la gran pasión de la que hablaban con retintín de chisme las comadres. Ella niña de bien y él músico pobre que tuvieron que fugarse y consumar el matrimonio para que la familia “los obligara a casarse”. Fue en la iglesia San José en 1942. Luego llegó Carmita, fruto de amor tan serio, tempestuoso y breve.


Fue la hija de los amantes quien narró al historiador de la música holguinera Zenovio Hernández la historia. Por un motivo que escapa a la testimoniante, un año después del casorio concluye la unión de aquellos dos, en 1943. Entonces Pepé escribe la letra que adquiere visos de misterio, es un bolero, “Dueña de mi corazón” y al año siguiente se marcha de Holguín definitivamente.
Siempre me decías yo te quiero mucho
vi que fue un engaño todo aquel amor
que al convertirse en realidad
mas tarde fue una decepción.

Y hoy pasan los días, y pasan las noches
y pasan los años,
pero en el dolor de mi amargura tu serás
la dueña de mi corazón.

Por que negar que nos amamos
de corazón a corazón
si amarnos siempre nos juramos
por que negar esta ilusión de amor....

Y hoy pasan las noches, y pasan los días
y pasan los años,
pero en el dolor de mi amargura tú serás,
la dueña de mi corazón.



En La Habana el compositor se convierte en una gran estrella de ese legendario formato musical que se conoce como Conjuntos. En Holguín quedaron madre e hija. Carmen y Pepé no se reencontraron jamás.

Después del triunfo de la revolución cubana, Carmencita gana una beca y viaja a La Habana. No tenía que preguntar por el padre al que no conocía porque todos hablaban de él, que triunfaba en los centros nocturnos La Gruta y Sherezada, en este último alternaba al piano con Frank Domínguez.


Para conocerlo Carmencita lo visitó a la Gruta sin anunciarse. Después de oirlo por un rato y cuando concluyó el show, ella se le acercó. ¿No me conoce usted?, le preguntó y él, sin sobresaltos, le dijo que sí, eres Carmencita, mi hija.

Padre e hija recuperaron la relación, pero otra vez fue breve el tiempo de estar juntos. Carmen Delgado Cortina se hizo actriz y protagonizó dos películas: Crónica cubana, de Hugo Ulive y En días como estos, de Jorge Fraga que está inspirada en la novela-reportaje “Maestra voluntaria”, de Daura Olema, que ganó el premio Casa de las Américas de 1961. Dicha novela y la posterior película describen las experiencias y contradicciones de un grupo de jóvenes de la ciudad que se incorporan a la Campaña de Alfabetización. Luego Carmencita viaja al festival de Cine de Moscú y finalmente regresa a Holguín eternamente, donde su madre vieja y triste la espera.



“Yo la llegué a conocer, dice a la Aldea el historiador Zenovio Hernández. Carmen Cortina sobrevivió a Pepé que murió en Miami en diciembre de 1990. No sé la fecha exacta de la muerte de Carmen pero sé que estuvo viva hasta bien avanzados los noventa, allí, en la calle Maceo y muy cerca del parque San José. Ubicándose en la esquina de ese parque donde está la pizzería Roma es fácil llegar a la casa que fue de  Carmen. Después de la pizzería está esa casa moderna que perteneció a la periodista Luisa Robles Medinilla, luego le seguía la que era entonces un palacete burgués que luego declinó y se dividió en varias casas: ahí vivieron las Carmen, madre e hija. Carmen Cortina nunca se volvió a casar y como si fuera viuda, llevó ropaje negro cerrado. Al final de su vida la madre se distanció y perdió la memoria. Carmen, la hija, escribió algunos poemas de amor y canciones para niños que jamás han trascendido”.

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