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29 de septiembre de 2017

Noticias de guarachas viejas de Holguín, Cuba

Por: Zenovio Hernández Pavón y Ana Luisa Tamayo

En Holguín, las guarachas habían calado profundo en la sensibilidad de los vecinos. Ese tipo de composición era muy bien recibida desde la década de 1860, durante las presentaciones de las compañías de Miguel Salas y de Bartolomé José Crespo, según refiere un interesante estudio sobre la guaracha en este territorio escrito por el historiador Juan Albanés[1].
Pueblo pequeño como era Holguín, donde las habladurías y chismes sentaban cátedra, es comprensible que más de un músico se inspirara y creara una pícara guaracha. Entre ellas alcanzaron mucha popularidad “La Nigua pare en diciembre” de José A. Esponceda (El chino)[2], “La Botijuela de Pepe”, de Manuel Avilés, y otras creadas por Luís Zúñiga, Antonio Caissés, Manuel Barrillo, José Gregorio Hechavarría y Juan Mendoza (Juan el ciego).



[1] Juan Albanés. “Guarachas y guaracheros del viejo Holguín”, periódico “Ahora”, 5 de agosto de 1977, pág 3.
[2] José Antonio Esponceda (El Chino), fue uno de los más importantes músicos de Holguín colonial. Alrededor de 1860 fundó una de las primeras orquestas de la ciudad con la que amenizó bailes, actos litúrgicos y otras celebraciones. En 1868 se fue a la manigua independentista y cayó en una acción bélica.

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