En
la imprenta del periódico Adelante, donde primero trabajó Faustino y luego en
la de José Santos Betancourt, adonde
llega desde 1930 y donde continúa por varios años, le persigue la música en sus
múltiples variantes.
Betancourt,
además de eficiente negociante, tocaba el violín, y su hija Rosa era destacada
pianista y una de las más reconocidas pedagogas de ese instrumento en toda la
región nororiental; padre e hija eran miembros distinguidos, junto a los Avilés
y los Urbino, de la Sociedad de Recreo El Alba, (en la que se
agrupaban los “mulatos claros de Holguín”, preferentemente si eran
profesionales o dueños de negocios).
La cuadra de calle Maceo, entre Frexes y Martí, Holguín, en la que estaba la Imprenta y tienda El Buen Gusto, en tiempos en que allí trabajaba Faustino Orama. |
La
imprenta de Betancourt estaba situada en los bajos de su residencia, en la
calle Mártires entre Martí y Frexes, justo al fondo de la céntrica tienda y
quincalla “El buen gusto” (hoy Casa
de la Trova El
Guayabero). Allí, desde inicios del siglo
XX se vendían discos, libros y, posteriormente, los primeros aparatos de
radio llegados a Holguín, por lo que es de creer que en ese ambiente Faustino disfrutó
de las grabaciones de Caruso y Carlos Gardel, de las del Trío Matamoros, el
Sexteto Habanero, el Septeto Nacional y otras figuras y agrupaciones de la
época, de los que fue fervoroso admirador.
El Guayabero en fechas
1933
Faustino
se casa con Juanita Palacios, su primera compañera sentimental, y madre de
Gladys Oramas Palacios, su única hija, de la que hablaremos más adelante. (Si
no lo hacemos ahora es para no convertir este post en el que sería un
perfecto argumento para un melodrama)
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