Carta
de Nicasio Vidal Pita
Holguín,
agosto 18 de 1916.
Sr.
Arturo Alsina,
Madrid
Sr.
En
el pasado mes de abril se ha inaugurado en esta ciudad un monumento a la
memoria del patriota cubano don Julio Grave de Peralta.
En
el pedestal de la estatua figuran dos placas de bronce, donde, en relieve se
representa, en uno la detención de dicho patriota, y en la otra su fusilamiento
por un piquete de soldados.
Dichas
placas han sido objeto de comentarios y de discusiones, pues mientras unas
personas niegan el fusilamiento, otras lo afirman, y no faltan quienes
sostengan que se suicidó.
En
mi carácter de periodista interesado en aclarar este hecho de nuestra historia
le quedaría altamente reconocido si usted puede y quiere ayudarme al
esclarecimiento de la verdad.
Soy
de usted con el mayor respeto,
Atto.s.s.n
VIDAL
PITA
RESPUESTA
MADRID,
30 de septiembre de 1916
Sr.
Don N. Vidal Pita
Director
de “Heraldo de Holguín”:
Muy
señor mio y de mi mayor consideración.
Leído
su atento e interesante escrito de fecha 18 del mes anterior, solicitando a
título de periodista que le informe acerca del caudillo cubano General Don
Julio Grave de Peralta, desembarcado en las costas de sagua de Tánamo con la
expedición del vapor Fanny, en la campaña de 1868, cúmpleme hacerle el
siguiente relato del suceso, para mi tan memorable.
Siendo
Teniente del 2do Batallón del regimiento de Infantería de León, en 1872,
advertido por la superioridad que se esperaba la arribada en aquellas costas
del vapor Fanny, conduciendo armas y pertrechos para als fuerzas cubanas,
sitúeme al atardecer del día 23 de junio en el lugar denominado “La Herradura”, divisando
entre los mangles de la costa humos delatores de la presencia de un buque,
observando que en la piedra de la pequeña rada “la Cebolla” se encontraba
varado un vapor que inútilmente trataba de ponerse a flote.
Puseme
en acecho, deteniendo mi marcha y presenciando la actividad con que los
tripulantes y expedicionarios se forzaban por alijar el cargamento.
Antes
del amanecer, el día 24, la embarcación fue pasto de las llamas, poniéndose los
expedicionarios en marcha hacia el interior con manifiesta vacilación de su
ruta, llegando a un río de ancho cauce y acantilados márgenes, situando yo
entonces mis escasos hombres en el lugar que dominaba el vado, rompiendo el
fuego que produjo bajas y la consiguiente dispersión de unas y otras fueras,
por la persecución de los que intentaban internarse en el próximo y espeso
bosque.
Seguido
del sargento, penetré en la manigua, encontrándome bien pronto aislado y viendo
a uno de los contrarios cerca de mi, me dirigí hacia él, siguiéndole durante
largo rato, hasta que encontrándonos ambos jadeantes, dado lo intrincado y
feraz del monte, se detuvo mi adversario y echándome el “¿Quién va?”, se
aprestó a la defensa montando su arma.
Dada
por mi la voz de “España”, me disparó dos veces, sonando al poco rato otro tiro
del sargento, cayendo sin vida el perseguido.
Por
los documentos que encima tenía el cadáver descubrí al Jefe de la expedición,
al general cubano Julio Grave de Peralta, y tras breve oración consagrada a
aquel héroe cuya juventud y distinción captaron mis simpatías, híceme cargo de
la tercerola que empuñaba su crispada diestra, regresando, ya de noche y penosamente,
a la costa, encontrándola ocupada por las tropas del General don José Varela, a
quien di debida cuenta de lo ocurrido, otorgandome esta autoridad la posesión
de la tercerola sistema “Winchester” del malogrado peralta, hermosa arma de
rica madera y sobredorados metales, siendo de fina piel la cartuchera que lleva
encima una C (Cuba), efectos para mi muy estimados, y que ostento en la
panoplia de mi despacho hace cerca de medio siglo, habiendo sido incrustada en
la caja (“culata”), una chapa de plata con la siguiente inscripción:
RECUERDO
DE LA CAMPAÑA DE
CUBA, 1872, RIFLE DEL GENERAL DON JULIO GRAVE DE PERALTA, MUERTO EN LA
ACCIÓN DE “LA CEBOLLA, EL DÍA 24 DE
JUNIO.
Queda
usted complacido Sr. Director, pudiendo afirmar esto por mi expuesto ante la
prensa periódicoa de esa inolvidable Isla, y de la Junta Directiva del Monumento
erigido con tanta justicia a la memoria de tan heroico caudillo cubano, procede
la sustitución del actual bajo relieve que representa el fusilamiento, por otro
en que se le vea solo, rodeado del espeso y virgen bosque junto a una
gigantesca Seiba (Sic) y en actitud erguida, cual la adoptada al dar un
extentóreo (Sic) “quién va?”, mientras
montaba su rifle.
Terminaré
mi distinguido Director, expresándole que todo cuanto ha de pasar a la Historia debe revestir la
más acrisolada verdad, expuesta en sencilla narración, desprovista de todo
asomo de apasionamiento que, velando lo nitidez de los hechos, desvirtuan en
ocasiones la propia magnitud del heroísmo que se trata de proclamar.
El
malogrado caudillo Grave de Peralta, impulsado por el santo amor a la
independencia de su país, dirigiose resuelto desde el extranjero a las costas
cubanas, lleno de fe y confianza en su empresa; y una vez puesto el pie en la
amada tierra que pretendía emancipar, halló bien pronto la ocasión de
conquistar la gloria soñada, toda vez que como dijo el poeta “Dulce et decarum
est pro Patria mori”, sacrificando su vida en holocausto de la independencia de
su país.
Ante
ese merecido monumento con que hoy se enorgullece Holguín, rindo leal, justo y
merecido homenaje a la memoria del heroico cubano y leal adversario, anhelando
que sangre tan generosa fructifique, dando a ese continente descubierto por
España, una invicta Nación Cubana, próspera y floreciente, sin que olvide nunca
a su amorosa madre.
No
podría usted satisfacer mis deseos de poseer una fotografía del monumento?
Se
complace en ofrecer a Ud sus mayores afectos,
Su
atto s.s.q.s.m.b. Arturo Alsina,
Madrid,
7 de enero de 1917.
En
la fecha de la carta Alsina era General de División.
TERCER
DOCUMENTO
BATALLÓN
PENINSULAR DE LEON No. 38
Enterado
por la Superior Comunicación
de Ud, fecha 20 del mes pasado, en la cual se sirve ordenarme que como Jefe que
mandaba en Sagua de Tánamo la columna que operó en la aprehensión del vapor
filibustero “Fanny”, informe a Ud el mérito, trabajos y hechos del Teniente don
Arturo Alsina Netto, en contestación debo manifestar que el Teniente don Arturo
Alsina, desde el momento que se encontró al enemigo demostró su arrojo al
batirlo en el primer encuentro que tuvimos hasta su dispersión y habiéndole
ordenado que con treinta hombres lo persiguiese por el flanco derecho, le dio
alcance cuando estaba reuniéndose el titulado General peralta, y por más esfuerzos
que hizo este cabecilla para resistir el segundo ataque que el referido
Teniente Alsina le presentó con sus treinta hombres, no pudo contener a la
suyos que huyeron en dispersión, quedando solo Peralta parapetado detrás de un
árbol, tuvo necesidad de tirotearse muy de cerca con el mencionado teniente, el
primero con un rifle y el segundo con su revólver, hasta que apercibido de
ello, el sargento Bernabé Peña tuvo la suerte de darle un balazo en la cabeza a
Peralta, dejándole muerto en el acto.
También,
en reconocimiento que practicó a la mañana siguiente, contribuyó a la captura
de un titulado Capitán y un teniente.
Es
cuanto en honor a la verdad puedo informar a Ud., para su cocimiento y demás
fines.
Puerto
príncipe, 2 de febrero de 1873
MARCELINO
LARGADA
Sr.
Comandante
Jefe
representante del Batallón.
Estos
documentos son tomados del citado trabajo del periodista Nicasio Vidal Pita. La
carta del General Alsina se entregó a la Academia de la Historia en 30 de
Noviembre de 1916, por mediación del General José Miró Argenter.
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