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15 de marzo de 2017

Calixto García. Biografía. 93


1897, Diciembre 12
General español Blanco activa las operaciones
Ante tan terrible golpe recibido en Guisa, el General Blanco activa las operaciones. En esta fecha hay 20 mil soldados españoles frente a Calixto García. Avanzan por todas partes para abrir el Cauto, dice el General García. Menocal y Carlos García Vélez, que defendían el paso, han aflojado por falta de parque. Calixto les escribe: “Yo marcharé a reforzarlos y gastaré hasta el último cartucho, pues si consiguen meter dos o tres convoyes por el Cauto pueden operar en el centro de Oriente y causarme daño…”
Y enseguida agrega: “Con parque o sin parque los godos no nos vencen, pero con recursos podríamos acabar con ellos en dos meses. Con este avance en Oriente aflojan en Occidente, vengan, pues, en buena hora que Oriente dará cuenta de ellos”.
1898, Diciembre 29
El Consejo de Gobierno acuerda felicitar al general por la toma de Guisa.
Ese mismo día Calixto escribe a Tomás Estrada Palma: “Yo puedo movilizar cinco mil hombres y con ellos hacer mucho, pero como mil hombres necesitan medio millón de tiros, que gastan en una hora de combate, no es posible batirse en una columna grande, que no puede ni debe fraccionarse, sino aplastar bajo su peso el territorio en que caiga”[1].
1898, Enero 15  a     Febrero 4










Nada más han transcurrido algunas semanas del estreno del nuevo gobierno de Cuba en armas, el general García escribe a Gómez solicitando que interceda y evite los males que pueden sobrevenir por los actos inconstitucionales que está llevando a cabo el órgano civil. Le dice: “Que como cubano y republicano estoy sorprendido y disgustado con el camino que sigue este Consejo de Gobierno, que en los pocos días que tiene de vida ya ha dejado chiquito al consejo anterior en punto a desaciertos y a infracciones de la Constitución…”
Esta carta el general la escribió después que ese mismo día había escrito otra protestando ante el Consejo de Gobierno por el ascenso indebido al grado de brigadier otorgado al coronel Portuondo sin propuesta de la jefatura militar. (En ese mismo primer trimestre de 1897 el general hizo otras acusaciones al Gobierno por los ascensos injustificados, las indisciplinas militares y la concesión de cargos inmerecidos que estaban causando malestar general en la manigua insurrecta).
En Holguín. Calixto: “Los españoles han concentrado en Holguín nueve mil hombres”
Y cuando termina de redactar y enviar las cartas, el general se traslada a territorio de Holguín. Según sus propias palabras: “Los españoles han concentrado en Holguín nueve mil hombres y para atacarme salieron tres columnas al mando de Linares y Luque. El primero, que pensaba, después de derrotarme, seguir a (Santiago de) Cuba, por tierra, ha tenido que retroceder a la carrera, hacia Gibara, recibiendo en los cinco días que estuvo fuera (de la ciudad) fuego continuo”.
1898, Marzo 22
Calixto: “En Holguín, Luque no sabe qué hacerse”

Desde Potosí escribe el general: “Los españoles tienen diez mil hombres cubriendo el Cauto, que de aquí a Julio serán otros tantos enfermos, no se necesita atacarlos para que desaparezcan. El miedo al cañón de dinamita hace que construyan los fuertes bajo tierra, con cubierta de zinc, de manera que al empezar las lluvias se cocerán como cangrejos, bajo su propia salsa. En Holguín, Luque no sabe qué hacerse. Con tantos soldados no consigue ganar un palmo y donde quiera que asoma la cabeza recibe fuego. En los combates de Chaparra han tenido centenares de bajas”.
La batalla de los anteojos
Ahora el general sueña con “la batalla de los anteojos”: “la última y gran batalla contra los españoles en la que habrá de usar unos magníficos anteojos de campaña que ahora lleva consigo”.
1898, Abril 9
Calixto: “Marcharé sobre Santiago”
Escribe a Cosme de la Torriente: “Dígale a Capote que tenga los cañones listos, pues tan pronto se inicie el abandono del interior, que se me anuncia, marcharé sobre Santiago, a dar la batalla de los anteojos, como la llama Collazo”.
Calixto: “Creo inminente la guerra entre España y los Estados Unidos”
Carta del general al Gobierno el día de la Joint-Resolution: “Creo inminente la guerra entre España y los Estados Unidos, por lo que se hace necesario que ese suceso nos encuentre prevenidos y organizados para cuando los americanos lleguen nos hallen con un gobierno constituido y fuerte, con el cual se vean obligados a tratar”.
1898, Abril 10
El Armisticio
Como la autonomía había sido rechazada, el general Blanco realiza otro intento de acercamiento: el Armisticio, y proclama: “que se declaran suspendidas las hostilidades en todo el territorio de la Isla”.
     1898, Abril 17
El Consejo de Gobierno de la República en Armas repudia el armisticio “que solo favorece a España y que ha sido acordado por ella sola”.
España hace un último esfuerzo.
Todavía España realizará un último esfuerzo: y ese fue una carta que envió al generalísimo Máximo Gómez proponiéndole una alianza y concentración en Santa Clara. Gómez le contestó que “ya es muy tarde”.

Calixto, que al saber de la suspensión de las hostilidades, y sabiendo que para tal acuerdo se necesitaba la aceptación de ambas partes, ordenó a sus subordinados que siguieran tiroteando los pueblos y atacando a toda columna que salga al campo.
1898, Abril 18
Calixto: quiero que el cañón cubano suene antes que el americano
En carta a Menocal le dice;
“Téngame lista la artillería para tan pronto se declare la guerra entre los Estados Unidos y España atacar un pueblo a cañonazos; quiero que el cañón cubano suene antes que el americano”.
El General vuelve a presentar queja por una determinación del Consejo de Gobierno
El General vuelve a presentar queja por una determinación del Consejo de Gobierno: el nombramiento de Carlos Manuel de Céspedes y Quesada, Gobernador Civil de Oriente, para el cargo de Coronel Jefe de la Administración Militar. Dice el general al Consejo de Gobierno que esa designación iba en contra de los artículos 4 y 6 de las adicionales de la Constitución e impugna la decisión del Gobierno señalando que el Cuerpo de Administración Militar “es un poderoso auxiliar del ejército y por tanto su personal debe estar compuesto por jefes y oficiales idóneos procedentes de las filas del ejército o de aquellos escasos empleados civiles conocedores de las materias que abarcará esa estructura”. (El general no confía en la capacidad del hijo de Céspedes para ejercer la responsabilidad que el Consejo de Gobierno le otorga, y es muy probable que Calixto tenga razón, pero siempre quedará la incertidumbre del recuerdo de Bijagüal cuando el General apoyó la destitución del padre y por tanto puede ser que ahora la malquerencia, si hubo alguna, se traslade al hijo).
1898, Febrero 19
El Maine
Dice Aníbal Escalante: Estando acampados en San Francisco nos llegó la noticia de que un barco norteamericano había sido volado en la bahía de La Habana, el Maine. El Cuartel General se conmovió de una manera profunda: ¿Acaso el buque había sido torpedeado por los intransigentes voluntarios de tan tirase recordación para los cubanos? ¿Qué sucedería ahora, después de un hecho tan extraordinarios? En realidad tal acontecimiento lo trastocaba todo porque, sabíamos, aquello traería complicaciones internacionales a España. (A nosotros nos dio muchas esperanzas en nuestros intereses independentistas).



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[1] Esa opinión suya lo muestra un general a la europea. No es Calixto el general Maceo, un terrible peleador que toma el rifle en cada combate y ostenta decenas de cicatrices en el cuerpo. Tampoco es el formidable guerrillero Máximo Gómez, capaz de hacer prodigios dignos de la leyenda con doscientos hombres de a caballo. Calixto García es el hábil estratega, perito en la ciencia de lanzar hombres al combate: es un general que examina planos y prepara sobre ellos el plan de guerra a base de cañonazos. Es el general que observa con sus anteojos, a distancia, cómo se desarrolla el combate y que solo interviene al frente de su escolta y Estado Mayor cuando las circunstancias lo reclaman.

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