A pesar de la adversa situación de Calixto, el capitán
general de la Isla,
profundamente perturbado, piensa en correr a perseguir personalmente al
caudillo holguinero, pero teme dar demasiada importancia a la presencia del
holguinero y por eso queda en La
Habana, sin separarse un minuto del telégrafo, ordenando a
Polavieja y a Varela que “salgan con
todas sus fuerzas, para aislar al audaz mambí y sobre todo impedirle que se
plante sobre el palenque de sus antiguas victorias: Jiguaní, Baire, Santa
Rita, Holguín”.
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Ordena
el Capitán General español que las fuerzas bajo su mando salgan a perseguir a
Calixto
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Valera telegrafía al Capitán General: “tengo noticias de que en Ojo de Agua se
halla García, con intensiones de dar un golpe de mano sobre Baire”
En tanto ese mismo día otro jefe español, el coronel
Zárate, informa: “Calixto García ha
tirado hacia la Sierra,
para no separarse de la costa, donde debe esperar algo más”.
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Calixto
va perdiendo cada uno de sus hombres
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La verdad es que García y sus hombres habían tomado la
ruta de Bayamo. La incesante persecución va matando, uno a uno, a los héroes
que acompañan al general: unos en combate, otros fusilados después de ser
apresados.
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1880,
Junio 1ro
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Capitulan los generales José Maceo, Guillermón Moncada
y Quintín Banderas.
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Acampado en la Sierra Maestra, ve el general
como mueren sus compañeros, poco a poco, sin recibir ayuda de nadie. Y, lo
que es más doloroso, dos de los suyos, Luís Mejías y Tomás Muro, lo abandonan
para servir al enemigo.
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Cada
vez el desastre es más evidente
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Los pocos encuentros con el enemigo terminan en la
dispersión y en el fracaso. José Medina y Jonson mueren en la Sierra. Luego un negro
esclavo entrega a Pío Rosado al enemigo y casi enseguida también apresan a
Natalio Argenta, soldado de Garibaldi, que era la sombra del general, porque
no se le separaba un segundo. Ambos son fusilados en Bayamo, el 7 de julio de
1880.
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1880,
Julio 21
Odisea
de Calixto García en los campos de Cuba
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En carta al patriota Esteban Estrada, Calixto explicó su
odisea en los campos cubanos:
Señor
Esteban Estrada.
Campos
de Cuba, 21 de Julio [de 1880].
Mi
querido amigo: con gran deseo de escribir a usted desde mi llegada, me he
privado de hacerlo por falta de un conducto seguro. Hoy que he encontrado uno
que tengo por tal, le dirijo esta suplicándole me conteste lo más pronto
posible, pues me interesan sobremanera los informes que le pido.
Empezaré
por decirle que el 7 de mayo desembarque al pie del Aserradero con 19
hombres. Que desde esa fecha no he parado un momento para reunirme con algún
jefe cubano; pero con tan mala fortuna que según he llegado a un lugar, la
primera razón que he tenido del jefe solicitado, es que lo habían muerto, o
se había presentado.
Así
me pasó en (Santiago de) Cuba donde supe la presentación de Cabrera, con
Rabí, en Jiguaní; con Víctor Tamos en Guisa; y cuando esperaba reunirme al
general Benítez en Bayamo, me aseguran que se había embarcado para el
extranjero. Al mismo tiempo se me dice que el general Moncada y toda la gente
que había en armas en Guantánamo y Baracoa han capitulado. Mientras tanto el
enemigo me persigue sin descanso.
De
19 hombres que desembarcamos, solo quedamos seis desnudos y descalzos. Mi
posición se hace, pues, cada día más difícil y para empeorarla estoy padeciendo
fiebres y no tengo ni quinina para cortármelas.
Deseo,
pues, amigo mío, que usted me diga que hay de verdad en estás noticias,
dándome razón del estado del movimiento en Oriente y Las Villas, para saber a
que atenerme.
Yo
creo que si se confirman las noticias que tengo, no me quedará más remedio
que tratar de salir para el extranjero y para ganar tiempo desearía que usted
me dijera si se puede conseguir un bote en Manzanillo, y en caso que usted lo
crea posible, me ponga en comunicación con alguna persona de confianza que
viva allí y que quiera ayudarme en mi empresa.
Como
esto traería gastos, y yo no tengo dinero, le agradecería escribiese a mi
madre pidiéndole que busque entre los amigos la cantidad necesaria y se la
remita a usted, para hacer frente a los gastos que se originen.
Como
usted comprenderá, la cuestión para mi es de
vida o muerte, y morir poco me importa, si algún beneficio reportara a
mi país pero en las actuales circunstancias sería un beneficio estéril.
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