Prensa desde 1900

22 de diciembre de 2016

Las dos primeras y grandes concentraciones en el Parque Calixto García después de la llegada del siglo XX



Parque Calixto García, de Holguín, Cuba. Año: 1900


Quizás las dos grandes y primeras concentraciones en el parque Calixto García después de la llegada del siglo XX fueron las acontecidas el 22 de abril de 1902 para darle la bienvenida a don Tomás Estrada Palma, quien llegaba a Cuba para tomar posesión de la primera magistratura y la acaecida un mes después, el 20 de mayo, en la que se proclamó la instauración de la República.


El Presidente en Holguín. (Tomado del periódico “El Eco de Holguín”, 23 de abril de 1902).

Hermosa perspectiva presenta la Liberal ciudad. Sus moradores son presa del entusiasmo que produce en las almas el triunfo de sus ideales. La azulada bóveda, preciosa como un día de primavera. Las brisas perfumadas hacen muy agradable la tarde memorable y la Naturaleza con todos sus encantos contribuye al mayor lucimiento de las fiestas.

Eran las cinco de la tarde cuando las comisiones todas se dirigían al paradero del ferrocarril. Allí se encontraban millares de personas de todas las edades, la artillería del Ejército Libertador con su capitán Sr. Carlos Muecke; la caballería del mismo Ejército al mando del coronel Modesto Fornaris; la Guardia Rural y un Escuadrón del 10mo de Caballería de los Estados Unidos.

Desaparece el sol y la plateada luna ilumina nuestras extensas llanuras. El prepotente silbato de la locomotora nos anuncia que ha llegado la hora de saludar al primer Presidente de la República y el número público todo se aglomera a la escalinata, disputándose el honor de conocerlo.

No es posible describir lo que allí sucedía en el acto en que el señor Estrada Palma tomaba el coche, pues el público delirante de entusiasmo no cesaba de dar vivas a Cuba Libre, vivas a nuestro Presidente. Al fin, después de un rato y a las súplicas de la Policía, el público abrió paso y la manifestación se puso en marcha en la forma que sigue:

1.       Guardia Rural.
2.       Fuerzas de caballería americana.
3.       Coche presidencial.
4.       Ayuntamiento.
5.       Juzgado, hacienda y Clero.
6.       Representaciones.
7.       Música.
8.       Veteranos.
9.       Artillería del Ejército Libertador.
10.     Infantería del Ejército Libertador.
11.     Comercio.
12.     Prensa.
13.     Magiesterio.
14.     Liceo.
15.     Sociedad de Artesanos.
16.     Amazonas.
17.     Pueblo.
18.     Caballería del Ejército Libertador.

Los niños de las escuelas en número de 1 500 se encontraban formados en el Parque el General Calixto García.

Tan pronto llegó el Sr. Presidente al palacio Municipal, donde se hospedó, fue presentado al pueblo por el Alcalde Municipal. Entonces el Sr. Estrada Palma pronunció un notable discurso manifestando al pueblo la satisfacción que experimentaba en aquellos momentos. Siguiéndole en el uso de la palabra los señores Gonzalo de Quezada y Rafael Serra. 

Aquella manifestación que deja gratos recuerdos entre los habitantes e Holguín y de todos aquellos que tuvieron la dicha de presenciarla, terminó con el desfile de los niños de las escuelas.

 LA RETRETA

Eran las 9 de la noche cuando dio principio la gran retreta ofrecida en honor del Sr. Estrada Palma, fiesta que como la anterior, resultó brillantísima y en extremo concurrida.

EL BAILE

Al terminar la Retreta, 11 de la noche, se dirigió el Sr. Estrada Palma al Liceo, siendo recibido por los acordes del himno de Bayamo. A dicha hora y en medio de la mayor animación dio principio la fiesta, terminando esta a las 5 de la madrugada. El Sr. Estrada Palma con sus distinguidos acompañantes se ausentaron a las doce en dirección de la Sociedad de Artesanos, donde se celebró un gran baile.

LA PRENSA

Con motivo de la llegada del Sr. Presidente a esta ciudad hemos tenido las siguientes representaciones de la prensa: Sr. Arturo J. palmas por El Cubano Libre; Enrique Trujillo, por La Discusión; Eugenio Álvarez y Martín Bim por El triunfo; Charles S. salomón por La Tribuna de Nueva York; el Sr. Marques Sterling por El Mundo  y el Sr. Caballero por La Lucha.

ACOMPAÑAMIENTO

Entre las personas que desembarcaron en Gibara en unión denuestro ilustre Presidente figuran el Sr. Gonzalo de Quezada, distinguido hombre público indicado para desempeñar el cargo de Ministro [Embajador] de Cuba ante el Gobierno de los Estados Unidos; Rafael Serra, reputado escritor; Manuel Ross, secretario particular del Sr. Presidente; Miguel González y Manuel González y también el corresponsal de Nueva York.

FERNANDO FIGUEREDO.

Este distinguido hijo de Bayamo, llegado de La Habana en el vapor María, acompaña al Sr. Estrada Palma a su ciudad.

PEDRO SOMOSA.

Veterano de la Guerra de los Diez Años y uno de los Jefes que entraron a esta Ciudad el 19 de diciembre de 1874. Este distinguido patriota es uno de los acompaña al Sr. Estrada Palma.

DE SANTIAGO.

Han visitado nuestra ciudad, con el objeto de cumplimentar al Presidente de la República, los distinguidos señores González Clavel, Castillo Duany y Pérez Carbó.

DE GIBARA.

En el acto de la llegada del Sr. Presidente, tuvimos el gusto de saludar a varias de las respetables personalidades que venían de Gibara acompañando a tan ilustre viajero, entre estos a los Sres. Enrique Céspedes, Alcalde; Francisco Centeno, cónsul de España; José H. Beola y Maximino Longoria, banqueros; los doctores Pedro Martínez y Faustino Sirvén, Representantes ante las Cámaras de la Nación; Casimiro de la Torre, comerciante y Jesús Fernández, industrial.

Es justo informar que minutos antes de la llegada del tren presidencial, llegó a esta ciudad el tren excursionista que conducía infinidad de personas distinguidas de la sociedad gibareña.

ACTO QUE ENALTECE

El Sr. Estrada Palma, en su deseo de complacer al pueblo que deseaba saludarle, dispuso que antes de la Recepción oficial subieran cuantas personas quisieran darle la mano y allí se vio al pueblo soberano, sin distingos de ninguna especie y quedó sentado el principio de libertad, igualdad y fraternidad, base de la democracia en que se ha de fundar la naciente República.

Así se hacen los pueblos.

LA PRENSA LOCAL Y EL PRESIDENTE

Señalada las dos de la tarde del martes para la recepción oficial, la prensa de la localidad, representada por los señores Antonio Oms, Angel R. Luque, Carlos Martí y Heliodoro Luque, directores de El Escolar, El Imparcial, El Distrito y El Eco de Holguín respectivamente, fue a ofrecer sus respetos al honorable Sr. Presidente de la República.

Presentados por el Sr. Alcalde Municipal, el Sr. Presidente nos recibió con la galantería que le es característica, manifestándonos que él entendía que la Prensa no es un poder, como se ha dicho, y sí un poderoso factor que todo Gobierno necesita para el mejor desenvolvimiento de todas sus funciones, y, por lo tanto, no debe separarse de la senda que tiene trazada. La prensa, agrega, jamás debe penetrar en el sagrado hogar de la familia.

Hablando de su programa de Gobierno dijo: “Mi programa será conocido en el primer mensaje; pero puedo anticiparles que tomaré por base el presupuesto, procurando que siempre resulte un sobrante para dedicarlo a la agricultura, con el objeto de que se desarrollen nuevas industrias que salven el país de la miseria”.

Referente a destinos públicos manifestó que él no daría destinos a sus amigos por el hecho de serlo y sí a las personas que creyera que tenían aptitud y honradez suficiente para el desempeño de las mismas; pero que, si en la elección de algún empleado resultara equivocado no tendría inconveniente en decretar su searación. “Yo, dijo al terminar, he venido a dedicar mis últimos años al bienestar de nuestra Patria”. Y así terminó el Sr Estrada Palma su entrevista con nosotros.

SEGUNDA MANIFESTACION

El pueblo de Holguín no conforme con la manifestación llevada a cabo la tarde anterior, con motivo de la llegada del Sr. Presidente, organizó la que se efectuó la tarde de ayer, resultando uno de los actos más grandiosos que se han presenciado en todas las épocas.

Abría la marcha el Escuadrón de la Guardia Rural, siguiendo en correcta formación 1 500 niños de las escuelas públicas con sus respectivos maestros. Seguido a estos iban los músicos de la ciudad, numeroso público y, finalmente, un Regimiento de Caballería Cubana, improvisado para aquella fiesta.

El Sr. Presidente de la República se encontraba en uno de los balcones de la Casa Consistorial presenciando desde allí el desfile y celebrando, henchido de placer, a este pueblo liberal, a este pueblo que satisfecho por el triunfo de la sagrada causa de la independencia no cesaba de vitorearlo.

Terminada la manifestación el pueblo continuaba aglomerado frente a la Periquera, entonces los señores Gonzalo de Quesada y Serra pronunciaron brillantes discursos que le valieron vítores y aplausos.

EL BANQUETE

A la llegada del Sr. Presidente la música del Sr. Avilés entonó el himno de Bayamo, dando principio el banquete oficial a las nueve de la noche. En él estaban representadas todas las clases sociales.

La música que amenizaba el acto, a más de algunas piezas conocidas, tocó aires nacionales que llenaron de entusiasmo a los concurrentes.

Los brindis muy adecuados, mereciendo una salva de estruendosos aplausos el Sr. Enrique Trujillo, redactor de La Discusión[1], por lo elevado de sus pensamientos, el Sr. Estrada Palma por la sinceridad y cariño que envolvían sus palabras y el Sr. Quesada que en breves frases manifestó el agradecimiento mutuo entre los visitantes y el pueblo de Holguín.

DESPEDIDA

Desde las cuatro de la madrugada de hoy poníase en movimiento un gran número de personas con el fin de acompañar al ilustre huésped en su viaje a Bayamo.

Lleve feliz viaje el Sr. Estrada Palma y sus acompañantes a quienes deseamos todo género de felicidades.

Pocos días después, el 20 de mayo, ocurrió otro notable acontecimiento en el parque.

Lloviznó en Holguín ese día. A las 11 y 30 de la mañana los Concejales del Ayuntamiento estaban reunidos en su sede, el Palacio Municipal, La Periquera. Todos juraron adhesión al nuevo gobierno que en La Habana acababa de tomar posesión y acto seguido  todos salieron a los balcones. Abajo, en el parque, estaba el pueblo de Holguín reunido. Entonces se izó la bandera cubana como símbolo de que desde esa fecha Cuba era de los cubanos y de ningún otro ejército o gobierno del mundo.

 

Fue el concejal Pepe Torres el que dirigió la palabra a los holguineros que soportaron sin moverse la fina llovizna que caía del cielo… Dijo Pepe Torres:
“Cubanos, ya hemos completado nuestra obra. La patria es libre. Mostremos la cordialidad de nuestros corazones a los que hasta ayer fueron nuestros adversarios.
“Veo que en estos instantes la naturaleza ha querido ocultar los fulgores de su sol… porque el cielo también se ha emocionado con la manifestación de este pueblo y ha querido por medio de esas finísimas gotas de agua que caen desde lo alto y mojan mi cabeza, asociarse a nuestro inmenso e indiscutible regocijo ciudadano. (Y sigue diciendo Pepe Torres) Bandera de mis amores, ya estás colocada en tu puesto de honor. Que tu símbolo de libertad y de democracia sea perdurable y que sea tu misión espiritual tan grande y elevada como lo son las nubes del cielo, que ahora lloran de alegría con nosotros.
“Bandera de mis amores, Que Dios te Bendiga. Sean estas lágrimas impregnadas en mi pañuelo, mi saludo de amor al primer día de la Patria Libre e independiente”.

Y terminadas sus palabras, en un acto teatral, Pepe Torres dejó caer su pañuelo bañado en lágrimas, sobre la cabeza de los congregados frente a La Periquera. Esa escena se conoce en la historia de Holguín como “la emoción de Pepe Torres”. En la ocasión narrada fue estrenado el Himno a Holguín, de Manuel Avilés Lozano y el poeta Juan Farrán.



[1] La primera fotografía nocturna que se tomó en Cuba con vista a su publicación en la prensa la hizo el fotógrafo Adolfo Roqueñí Herrera, del periódico El Mundo. El presidente electo de la República, Tomás Estrada Palma, había desembarcado, procedente de Estados Unidos, por el puerto de Gibara, y en la ciudad de Holguín se le agasajó con un banquete en La Periquera. Para iluminar la escena Roqueñí disparó su lámpara de magnesio y la explosión que provocó al activarse causó alarma entre los asistentes a la comida. Un año antes Roqueñí había buscado empleo en El Mundo. Un día hizo falta tomar una foto y como el diario no disponía de cámara fotográfica el director le facilitó una de su uso particular. Roqueñí hizo su trabajo, reveló e imprimió las fotos y, aunque se publicaron, se le dijo que le quedaron bien de pura chiripa. Pero a partir de ahí el fotógrafo comenzó a repetir sus chiripazos tan seguidos que a la administración no le quedó otro remedio que contratarlo por 15 pesos a la semana. Tomó en 1917 las primeras fotos aéreas que se hicieron de La Habana y hoy se le considera como el primer fotógrafo del periodismo republicano, aunque en la época en que se inició en El Mundo eran ya varios los profesionales del lente.

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