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22 de diciembre de 2016

En la Plaza de Armas de Holguín se refleja las posiciones de los constitucionalistas y absolutistas (1814//1820//1836



En la segunda década del siglo XIX la Plaza de Armas comenzó a tener un papel más significativo en la ciudad (que verdaderamente era solo un pueblo), sobre todo después que en sus predios se produjeron hechos de gran connotación  en el ámbito político y social. Sobre todo en 1812. En esa fecha en todo el mundo  circulaban ideales de libertad y democracia a causa de la influencia de la Revolución Francesa, y Holguín no fue la excepción. El 3 de abril las autoridades ejecutaron en la Plaza de Armas a Juan Nepomuceno, negro esclavo de la dotación del mismísimo Teniente Gobernador don Francisco de Zayas: Nepomuceno encabezó en Holguín la conspiración antiesclavista de Aponte.

Pero como los aires que soplaban eran muy fuertes, esos también movieron el estado de cosas en la metrópoli. Allá obligaron al Rey a aceptar un régimen constitucional. Cuando la noticia llega a Holguín el Ayuntamiento asume esa forma de gobierno y la Plaza de Armas fue rebautizada como Plaza de la Constitución desde el 9 de agosto de 1812 y hasta el 14 de agosto de 1814.

En 1814 retornó el absolutismo, pero no fue por mucho tiempo.

En 1820 se supo en la ciudad que el coronel Rafael de Riego había obligado al Rey de España a reinstalar el régimen constitucional. Ese mismo año el maestro y escultor don Juan del Monte develó en la Plaza holguinera un monumento en forma de pirámide que en más de una ocasión los promonárquicos la agredieron con excrementos y machetazos.

Tres años después cae la constitución y la pirámide fue guardada en un  rincón.

En 1836 se reinstaura la Constitución en España. En toda Cuba el acontecimiento solamente fue celebrado en Holguín: El 19 de noviembre una gran manifestación recorrió la ciudad, destacándose en ella don Calixto García de Luna Izquierdo, abuelo de un niño recién nacido entonces y quien al paso del tiempo llegaría a ser Mayor General de las tres guerras independentistas cubanas, Calixto García Iñiguez.

En la manifestación don Calixto García de Luna Izquierdo gritó fuertemente que ya se había acabado el despotismo y la esclavitud y durante uno de los tres días de fiestas populares que se realizaron, tuvo la osadía de organizar un baile para negros. Jurada nuevamente la Constitución, los holguineros volvieron a colocar el monumento en el centro de la plaza, pero no fue por mucho tiempo otra vez. Pese a la intransigencia del Gobernador del Departamento Oriental, el general Manuel Lorenzo, en el occidente, el Capitán General Tacón mantuvo el antiguo régimen.



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