En el Museo Provincial de Historia de Holguín, La Periquera, existe un estudio de la historiadora Elda Fernández Perdomo (Karin), que ofrece datos sobre la cuadra de la actual calle Frexes, entre las de Libertad y Maceo. Dicho estudio asegura que antes de llamarse del Rosario o mejor, calle de Nuestra Señora del Rosario[1], los holguineros llamaban Santa Bárbara a esa, que es la principal de las calles que atraviesan la ciudad de Este a Oeste. Aunque hoy esa cuadra es el lugar más céntrico de Holguín, los creadores del pueblo no construyeron allí sino hasta 17 años después de los primeros edificios holguineros. Veamos su historia.
La
primera información sobre construcciones en la cuadra dice que fue el vecino
don Juan de Ávila quien en 1737 levantó una casa en la esquina de Nuestra
Señora del Rosario y San Isidoro, donde ahora existe la Casa de la Música de la EGREM, (Empresa de
Grabaciones y Ediciones Musicales). Y no vuelve a aparecer nueva información
hasta 1777. Dicen los documentos que en esa fecha don Joaquín de Vidaburú vende
su casa de embarrado y guano, ubicada al oeste del viejo solar de don Luís de
Ávila, a don Manuel de Santiésteban. La Aldea supone que este Luís de Ávila era
descendiente y heredero de don Juan de Ávila, por lo que la casa que vende don
Joaquín a don Manuel debió estar en el espacio que hoy ocupa la tienda La
Época. Ese mismo e incompleto documento dice que al lado de la casa que acababa
de comprar don Juan Manuel Santiésteban había otra casa pequeña con su
correspondiente solar. Y ahí concluye la información existente sobre el
urbanismo de la cuadra durante el siglo XVIII.
Luego
el salto documental nos envía a principios del XIX. Dice que doña María del
Carmen de Ávila construyó una casa de paredes de embarrado con techo y portal de
tejas en el solar que heredó de don Luís de Ávila y, dice además, que al oeste
de la casa de doña María del Carmen quedaba el solar de don Federico de
Aguilera. Vendió Federico el solar de su propiedad a su hermano don Justo de
Aguilera. Y contiguo, dice, estaba el solar de doña Josefa Serrano y a
continuación, haciendo esquina a la calle San Miguel (actual Maceo), una
atarazana o cobertizo de embarrado y tejas propiedad de doña Micaela Arias Oropeza.
Para
la segunda mitad del XIX los herederos de doña María del Carmen de Ávila le
vendieron al Licenciado don Fernando Montes de Oca la casa construida en la
esquina que hacían las calles de San Isidoro y de Nuestra Señora del Rosario.
El Montes de Oca reconstruye el edificio con nuevas visuales, sobre todo por el
portal (corredor), de portablas sostenido por columnas redondas y pretil de
rejas de hierro.
Se
desconoce como y cuándo el famoso don Francisco Rondán se convertido en dueño
del terreno contiguo hacia el oeste de la casa de don Fernando Montes de Oca.
Lo que sí se sabe que para esa segunda mitad del XIX el manco famoso (Rondán),
había construido allí una edificación de ladrillos y techo de tejas que
dedicaba a dulcería. Tampoco se sabe cuándo fue que Rondán vendió su propiedad
al catalán don Francisco de Bounet. (Esa casa debió ocupar el espacio que en la
actualidad es sede del Fondo Cubano de Bienes Culturales).
Los
documentos sí informan que doña Josefa Serrano había construido una casa de
mampostería en el mismo espacio donde
luego se levantó La Periquera. La
Serrano vendió su casa en 1854
a don Antonio de Mora y este en 1855 la vende a doña
Josefa Cardet. La Cardet
vende en 1860 a
don Francisco Rondán. Y luego Rondán construye en ese espacio la inigualable
casona fuerte que es el más imponente edificio de todo el periodo colonial
holguinero.
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El historiador Juan Albanés dejó por escrito la siguiente anécdota, que al
no poderse probar, adquirió aires de leyenda. Dice el notable historiador que
durante una tarde de ocio en los salones de Filarmónica, el acaudalado
comerciante Francisco Rondán jugaba una partida (no dice de qué), con los
asturianos Melchor y José Beceña, propietarios del establecimiento
posteriormente conocido por Las Novedades. Entonces los Beceña dijeron que
ellos iban a construir en Holguín la que
sería la más imponente mansión. Le pareció a Rondán que era aquel un gesto de
vanidad y, más vanidoso aún, apostó que sería él quien levantaría el mejor
edificio. Cierta o no la anécdota, la
verdad es que Rondán dedicó más de cien mil pesos a construirse su casona, que
todavía hoy continúa siendo una de las grandes joyas arquitectónicas de
Holguín.
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A continuación del espacio donde se levantó La Periquera, (donde ahora está el cine Martí), estaba el solar propiedad de doña Micaela Arias Oropeza, este dicho solar llegaba hasta la esquina de la actual calle Maceo. En 1854, obligada por una hipoteca, la Micaela vendió toda su propiedad a don Pablo Puig. En el espacio que don Pablo Puig compró había un colgadizo interior de mampuesto, embarrado y tejas en estado de deterioro y una atarazana de piso de tierra y techo de tejas que no tenía salida a la calle del Rosario por estar tapiado. (En esta última vivienda residía la viuda de don Antonio Pérez). Más tarde don Pablo Puig vendió el espacio donde residía la viuda de don Antonio Pérez a don Francisco Rondán y éste construyó y mantuvo allí un pequeño tejar que abasteció la construcción de La Periquera. (Cuando Rondán concluyó la construcción de su casona desbarató el tejar).
Al
iniciarse el siglo XX en la cuadra había cinco edificios que le daban una
hermosa visual. La casa de los herederos Montes de Oca, que ocupaba parte del
espacio del cine Martí y el actual edificio donde hay un estudio fotográfico,
mantenía el corredor original de tejas y portablas. Y hacia la esquina, en el
espacio donde estuvo el tejar de Rondán y donde luego se levantó la Tienda “La Casa Verde”, actual
Luanda, había una cafetería con arquitectura semejante a la casa de los Montes
de Oca. Pero muy poco después una parte de la casa de los Montes de Oca se
convirtió en el cine-teatro de O´Dalí, con una torrecilla central donde en 1929
se colocó el segundo reloj público que tuvo Holguín.
Casi
contemporánea al actual cine Martí es la construcción de la “Casa Verde”, una
tienda donde se vendía todo tipo de tejidos y adornos para mujeres y hombres.
Pero a pesar de los nuevos edificios, todos mostraban sus fachadas hacia los
corredores (portales) con columnas de fuste redondo y capiteles dóricos.
Los
cambios definitivos de la cuadra ocurrieron durante la segunda mitad del XX. La
primera mutilación de la uniformidad de la cuadra vino cuando el médico Rafael
Avilés construyó su casa de estilo moderno (actual edificio donde está un
estudio fotográfico en la primera planta y Radio Holguín en la segunda). Luego
fue el Sr. Mezerene quien dio el tiro de gracia a la cuadra cuando en la mitad
de la casona propiedad de los Montes de Oca levantó su tienda, que primero se
llamó “El Brillante”, “La Época” después.
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