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9 de septiembre de 2016

Crónica siempre feliz de cuando Holguín ganó el campeonato de la peolota cubana (Octava parte)

Por: Ventura Carballido


La porfía cumbre entre espirituanos y holguineros resultó memorable. Nuevamente, el estadio Calixto García colmado.

En el primer duelo de Play Off, el jovencito Ifreidis Coss maniató a los bateadores holguineros, los números finales dicen que Sancti Spíritus 6, Holguín 0 carreras.
Luis Miguel Rodríguez
Pero, al siguiente día Holguín se la desquitó, aunque para eso tuvo que luchar hasta extra-inning luego que los visitantes borraron la significativa ventaja holguinera en el noveno. Luís Miguel por los de la casa y el supersónico Maels Rodríguez por los del Yayabo, se enfrascaron en enconado duelo de extra-inning hasta que, en el final del duodécimo, Holguín anotó la victoria, impulsada por hit de Quintana.


Con una victoria para cada equipo, la Lucha se trasladó para el parque espirituano José Antonio Huelga. En territorio contrario los holguineros no creyeron en Aragón ni en Maels y tomaron la delantera al ganar el tercero de los enfrentamientos. La clave de ese éxito estuvo en la sabia utilización del pitcheo, sobre todo la velocidad de los lanzamientos y asimismo las conexiones oportunas de los bateadores. Por lo tanto Holguín estaba arriba y el comentarista deportivo del periódico “Granma”, Sigfredo Barros, en referencia al Gallo que los espirituanos tienen de mascota, dijo: “Estos perros parecen polleros”.

El desánimo de los aficionados espirituanos era tan evidente que en la noche siguiente, cuando se jugaba el cuarto enfrentamiento, muy pocos fueron al estadio mientras hacían muchas e hirientes críticas al mentor de su equipo, el gran ex pelotero Lourdes Gourriel.

Calixto González, periodista del holguinero ¡Ahora!, sin transporte para viajar a Sancti Spíritus, había ido en lo que pudo y sin fotógrafo, por lo que, confesó, “tenía una terrible disyuntiva, que no llegué a resolver: Deseaba que Holguín se coronara en Holguín y por otra parte, la falta de fotógrafo me impedía la cobertura gráfica que aquel hecho, de suceder, merecía; pero tampoco quería que mi equipo perdiera ese partido”.

El final fue que Coss le recetó la segunda lechada a la tropa de Héctor Hernández, tres a dos la subserie se trasladó nuevamente a Holguín para tener el sexto y de hacer falta también el séptimo y definitivo “encontronazo”.


Aquí la Aldea debe hacer un paréntesis para impedir una omisión que sería imperdonable. El gran espectáculo lo estaban ofreciendo los peloteros, lo que es obvio, pero no habría sido igual sin la mascota del equipo Holguín, un “Perro” excelentemente desempeñado por el joven actor del teatro Guiñol, Yury Romero Pupo. Sus brincos y piruetas fueron del agrado del público y especialmente de los niños. Aunque en honor a la verdad, al principio los árbitros no lo veían con buenos ojos y lo consideraban un ente extraño, por lo que le pedían que se alejara, incluso un árbitro lo acusó de estar incitando al público contra los encargados de impartir justicia y, en Guantánamo algunos fanáticos frenéticos molestos porque su equipo perdía, la emprendieron contra él.


Y estamos en el Calixto García para el séptimo juego, era la noche del 28 de junio de 2002. 

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