Eran
las más antiguas muy grandes o espaciosas, ubicadas a unos 40 metros de distancia de
la carretera. Las paredes eran de tabla de la Palma Real y techo de
pencas del mismo árbol, a cuatro aguas. Luego las transforman, levantando las
paredes de ladrillo y cemento pero el techo sigue siendo de guano.
Generalmente
tenía un cercado con alambre de púas, que para los canarios era “un lujo”. La
entrada era a través de una portería de madera donde nacía un camino empedrado
de cascajos que dividía en dos el jardín. Las plantas del jardín estaban
ubicadas muy cerca de las paredes de la casa.
A
ambos lados de la casa había terrenos para que pastaran los animales, igual cercado por
alambre de púas.
En el fondo o parte posterior todas las casas tenían
(y siguen teniendo), algunos árboles frutales que no son muchos y que no son
visibles desde afuera. Las especies de frutales eran más o menos las mismas de
todas las casas, aunque los canarios y sus descendientes siempre tenían algún
naranjo.
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