Dijo la prensa de la época que en la noche del 14 de julio de 1946, después
de su proclamación como Candidato a la Presidencia del país por la Asamblea Provincial del Autenticismo en Oriente y
después de su hora radial por la
CMQ, que esa vez se transmitió desde la CMKF holguinera en cadena,
Chibás y sus acompañantes se dirigieron al parque Calixto García donde lo
esperaban entre doce mil a dieciocho mil personas. (En verdad esas cifras
representan un porciento muy elevado con respecto al total de la población de
la ciudad según el censo de 1943: el 50,2 %).
La tarima la situaron en los bajos de La Periquera, a la misma
entrada, cubriendo desde el portón hacia la calle[1].
Desde ella hablaron Millo Ochoa, Juan Alberto Iglesias, Orlando Castro, Manuel
Braña, Conte Agüero y Chibás.
Conte Agüero en su libro casi desconocido, lamentablemente, dijo que él, frente
a La Periquera,
desarrolló la tesis: “Chibás, pensador, gladiador y poeta” y que lanzó el lema:
“Una auténtica emoción auténtica, una auténtica emoción cubana”[2]
Lógicamente fue Chibás quien resumió la jornada. En medio de su discurso
por unos momentos falló la corriente eléctrica y cuando se restableció Chibás dijo al público reunido
que “no le interesa que se apague la luz eléctrica si se mantiene encendida en
el corazón de los cubanos presentes la luz de la revolución”[3].
Posteriormente volvió a faltar la corriente eléctrica, a lo que Chibás dijo:
“Así es la vieja política, por un momento domina su oscuridad pero al cabo la
verdad revolucionaria se abre paso y la luz retorna para el pueblo”[4]
y concluyó rememorando la tesis de “Oriente: Hagamos de todo el poder para el
Auténticismo la consigna nacional de la victoria”[5].
Desde Holguín, al día siguiente, viajarom hasta Báguano donde efectuaron un
acto político. Mientras hablaba Bisbé, Chibás se percató de que había una
bandera cubana amarrada a su asta. Y cuando le corresponde su turno en el podio
Chibás llamó la atención a los reunidos considerando que la bandera debía
permanecer sin ninguna atadura y, dijo, que hasta tanto aquella bandera no
fuera desatada, él no hablaría. Alguien corrió a desatarla y la bandera tremoló
a los caprichos del aire, entonces Chibás continuó su discurso. Al ser chiflado
por los cesanteados del inciso K respondió que no es con chiflidos como se
detiene a la revolución. Posteriormente, al referirse con jocosidad a lo dicho
antes por Millo Ochoa, que de fracasar en el empeño de hacerlo presidente
cogería su maletín de dentista, dijo que “le rogaba a Dios que le concediera el
triunfo para evitarle a los pacientes tamaña desgracia”[6].
De Báguano siguieron a Tacajó y luego a Deleite donde, dijo Chibás, deseaba
deleitarse con las bellas muchachas de la zona. El siguiente punto de la parada
fue Antilla donde había llovido intensamente y por lo tanto el mitin comenzó
con poco público, pero cuando Chibás comenzó a hablar los vecinos fueron
llegando. Al terminar era aquella una impresionante aglomeración humana.
De Antilla fueron a Santiago de Cuba, era el 16 de julio de 1946.
-----
Diez días después de la proclamación de su candidatura por los orientales
en Holguín, Chibás escribió una carta a Guido García Inclán en la que dice: “ni
Germán Pinelli ni los periodistas de Oriente te engañaron al contarte que jamás
habían visto pueblo tan enardecido como el de Holguín cuando aplaudió
delirantemente durante media hora la proclamación”[7].
Luego habla emocionado por el respaldo dado por la mayoría de la Asamblea Provincial de Oriente,
a despecho de los que le negaban autenticidad a la proclamación y, seguidamente decía que no se consideraba él mismo un aspirante a la Presidencia sino “un
líder revolucionario que, consciente de su rol histórico, ha aceptado, sin
regocijo, pero también sin vacilaciones ni tibiezas, la enorme responsabilidad
que las masas auténticas me han impuesto de encabezar el formidable movimiento
de reafirmación revolucionaria que se extiende ya por el país entero”[8].
Esta carta Chibás la concluye reafirmando su oposición a la reelección y a
su convicción de dejarse arrastrar por defender sus principios y recalcando su
adhesión al mentor del Auténticismo, Ramón Grau San Martín, pero sin adulación
y luchando junto a él contra los enemigos declarados o emboscados que tiene el
Partido a los que Chibás llama machadistas y batistianos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario