Con vistas a las elecciones parciales de 1946 y a las generales de 1948 se iniciaron las reorganizaciones de los partidos políticos; a
partir de ese momento comenzaba a hacerse visible la proyección que cada
partido seguiría, incluyendo, claro está al muy popular Partido Auténtico. En
éste caso no precisamente en su programa
sino en las figuras que deberían dirigirlos, en la captación de nuevos
integrantes y los aliados que tendrían en futuras coaliciones que le
asegurarían el mantenimiento del status político alcanzado.
Es durante ese momento de reorganizaciones cuando se produce la renuncia
del Senador Miguel Portuondo Domenech a la Jefatura del Partido Liberal en Oriente, quien,
según el furibundo batistiano Mario Riera, fue “un buen jefe histórico”[1]. Lo sustituye el segundo al mando Juan Antonio “Tontón” Vinet, asimismo el
holguinero José Sera Serrano sustituye al Dr. Jorge Mañach en la dirección del
ABC. (Este partido se encontraba en franco descenso y el cambio de dirección no
pudo hacerlo resucitar; los días del ABC estaban contados). Se promovió a la
presidencia provincial por los demócratas a Ciro León, Ramón Corona continuó en
la jefatura del Partido Republicano, César Villar en la de los Socialistas
Populares (comunistas) y Emilio “Millo” Ochoa en la jefatura provincial del
Partido Revolucionario Cubano (Auténtico).
Millo Ochoa |
Para mantenerse al frente de los auténticos orientales, Millo Ochoa tuvo
que vencer la resistencia de una fracción auténtica que surgió dentro de la Asamblea Municipal
de Holguín denominada Izquierda Auténtica (IA) y cuyo principal líder fue Manuel
Cano Rojas. Por cierto, la dicha fracción se formó con el único fin de combatir
la jefatura política del Senador Ochoa, aunque en una comunicación pública que
hicieron circular decían que IA se formaba “primordialmente
para la defensa y engrandecimiento del Partido Revolucionario Cubano
(Auténtico), para mantenerlo vivo, grande y fuerte, con el estimulo de nuestros
entusiasmos”[2]
Los de Izquierda Auténtica entendieron que enfrentarse a Millo en la Asamblea Municipal
del partido era una forma de limpiar al Partido de elementos no afines con los intereses
fundadores de la organización y consideraban a Millo como una persona que
perseguía a todos aquellos opuestos a sus criterios, incluyendo entre sus presas al “infeliz auténtico del barrio que
reclamaba sus derechos” y también a los revolucionarios y a los hombres de
mérito. Sin embargo y a pesar de esos enfrentamientos, la victoria de Millo en la Asamblea Municipal
del autenticismo holguinero fue por un margen significativo. Ello llevó al
periódico Diario de Holguín a decir que Cano fue “aplastado y pulverizado por
el carro triunfante que guía al senador Ochoa”.
Días antes de la Asamblea,
Millo se encontraba en La
Habana, pero cuando llegó a Holguín llamó a sus acólitos y
les ordenó que había que ganar la mayoría de los Delegados. Para conseguirlo empleó toda la inteligencia y suspicacia política que había acumulado en
su ya largo bregar partidista[3].
Y para colmo de males para IA, Manuel Cano Rojas no fue elegido para asistir a la Asamblea Municipal
por el Barrio Sur, donde vivía. Su asistencia la logró gracias a que el
aspirante por el barrio de Guabasiabo, Rogelio Barreras, le cedió su puesto.
Este simple hecho nos habla de la fortaleza de Millo Ochoa en el Auténticismo
holguinero y corrobora la debilidad de Cano, quien en otras varias ocasiones
intentó acciones contra Ochoa.
Para comprender la disputa entre Millo y Cano Rojas hay que retrotraerse a
la creación del Partido Auténtico en Holguín cuando Millo usó a Rafael
Masferrer Landa para crear el Comité Gestor Municipal y cuando después que ese
mismo Comité eligió a Masferrer a la jefatura holguinera del autenticismo,
Millo consiguió que las direcciones nacional y provincial diera marcha atrás a
la decisión y entonces él creó un nuevo Comité y nombró al frente del Auténticismo
holguinero nada menos que a un abecedario que se había enfrentado al Gobierno
de los Cien Días.
Cuando en 1945 Rafael Masferrer Landa se separa de la contienda política,
es Cano Rojas el hombre que mantiene la oposición a Millo Ochoa por el
Auténticismo y la creación de Izquierda Auténtica es una de las formas de esa
oposición. Cano Rojas dijo que él conocía muy bien a Millo, sus cualidades y
característica personales, por eso estaba seguro de que lo podría vencer, pero
no pudo porque, como dijo el Diario de Holguín, Millo Ochoa era un “jefe
cauteloso, sereno, inteligente, (…), un hombre templado para la vida política,
imperforable por su sólida manera de actuar y desarrollar sus planes”[4].
El 1 de septiembre de 1946 el tristemente
célebre por ser posteriormente jefe de un grupo paramilitar, Rolando Masferrer,
hermano de Rafael, publicó en el periódico Heraldo holguinero un artículo
titulado “La precipitación del ochoato” donde explica las causas de las
contradicciones entre Millo Ochoa y la Izquierda Auténtica.
Dice Rolando que era aquella “una vieja disputa que ya duraba, por lo menos, 12
años” cuando Millo Ochoa y otros, entre los que figuraba el Partido Comunista,
se negaron a pagar los impuestos “para ahogar económicamente a la revolución
(del 30)”[5]
Y asimismo la censura de Rolando Masferer a Millo incluyó la acusación de que
durante la dictadura de Batista aquel se había mantenido en una “posición de oportunista neutralidad sin vivir
riesgo alguno al amparo de su amistad y parentesco con el general Manuel
Benítez, uno de los grandes responsables de los desmanes de la dictadura. Menos
neutrales que Millo resultan sus amigos Oscar Albanés, Andrés Torres, Guarino
Aguilera y Salvador López".
[1] Mario Riera. Ob. Cit. P. 479.
[2] De la Izquierda Auténtica al Pueblo de Cuba. Archivo Personal de Hernel Pérez Concepción.
[3] Política y políticos. Diario de Holguín. 26 de noviembre de 1945. P. 1.
[4] Política y políticos. Diario de Holguín. 26 de noviembre de 1945. p. 1.
[5] Rolando Masferer. La precipitación del Ochoato. Heraldo de holguinero. 1 de septiembre de 1946. p. 2.
[2] De la Izquierda Auténtica al Pueblo de Cuba. Archivo Personal de Hernel Pérez Concepción.
[3] Política y políticos. Diario de Holguín. 26 de noviembre de 1945. P. 1.
[4] Política y políticos. Diario de Holguín. 26 de noviembre de 1945. p. 1.
[5] Rolando Masferer. La precipitación del Ochoato. Heraldo de holguinero. 1 de septiembre de 1946. p. 2.
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