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18 de abril de 2014

La geografía de la Virgen de la Caridad de Nipe, Barajagua y el Cobre



Síntesis hecha por César Hidalgo Torres con datos tomados de La Virgen Cubana en Nipe y Barajagua
Autores: Angela C. Peña Obregón
             Roberto Valcárcel Rojas
             Miguel Angel Urbina Herrán

            El espacio donde fue encontrada la Virgen de la Caridad y donde se le realizaron las primeras veneraciones, hasta su conducción al Real de Minas de Santiago del Prado, (El Cobre), está comprendido en una faja de terreno que se extiende de norte a sur, al centro de la porción oriental de la Isla de Cuba. En la actualidad ese terreno forma parte de las provincias de Holguín y Santiago de Cuba.


La “geografía de la Virgen”, bañada al norte por el Océano Atlántico y al sur por el mar Caribe, constituye un hermoso paisaje donde se combinan el mar, las sabanas y las áreas montañosas. Son sitios puntuales en esa área la Bahía de Nipe, las Alturas de Barajagua, Hatillo, lugar donde dicen las crónicas que los mineros del cobre fueron a esperar la imagen que en procesión la llevaban desde Barajagua y, obviamente, el poblado del Cobre. Todos los mencionados son lugares citados por Juan Moreno en su declaración y, posteriormente, descritos por los presbíteros Onofre de Fonseca y Joseph Julián Bravo.

La bahía de Nipe, relevante elemento geográfico en el que se realizó el hallazgo de la imagen de la Caridad, es la mayor bahía de Cuba y una de las más grandes del mundo. Posee unos 250 Km2 de superficie y 125 Km de perímetro costero. La longitud máxima de Nipe es de 21,7 Km y su ancho mayor es de 14,2 Km.

Esta es una bahía de bolsa con un canal de entrada tan estrecho que solamente mide un kilómetro de ancho. El largo del canal es de más de dos kilómetros, con profundidades que van desde 63 metros a la entrada hasta 18 metros en el interior.

Las costas de la bahía presentan varias radas y pequeñas bahías, como la del Corojal, en cuya península se construyó la ciudad de Antilla en 1905.

Entre otras sinuosidades de Nipe destacan las puntas del Sol, del Ramón, de San Juan, la Negra, la del Mangle y la de Tabaco.

La bahía de Nipe, en la que se creyó que cabían todas las armadas del mundo por su enorme extensión, está separada de la Bahía de Banes por la península de la Torre o del Ramón, con 25 Km de extensión. Hacia el este le continúan otras bahías, como la de Levisa a la que fue unida la de Nipe a principios del siglo XX por un pequeño canal que abrieron los hermanos Dumois, quienes eran propietarios de tierras en las inmediaciones y comerciantes de banano y otros frutos.

Nipe posee una vegetación autóctona de uvas caletas, palmas canas (ya en extinción), y mangle patabán de las especies amarilla, rojo y negro. 

Es característica de la bahía de Nipe el conjunto de cayos y playas que posee en su interior, lo que le imprime un alto valor paisajístico. Entre los cayos interiores de Nipe se encuentran el de la Virgen, el Juan Vicente, el Turaguanal, el Broquel, Saetía, que es de todos el mayor, con 40,69 Km2 y que en la actualidad se conoce como Isla de los Niños, y el Obispo, del que don Fernando Ortiz en su clásico texto La Virgen de la Caridad del Cobre, Historia y Etnografía, dice lo siguiente: “En la carta del Episcopado de Cuba se dice que este citado Cayo Francés, de la Bahía de Nipe, es llamado hoy cayo Obispo, por su forma parecida a una mitra episcopal.

De los varios cayos que existen dentro de la bahía de Nipe, dos de ellos, el Obispo y el de la Virgen, se insertan en la historia del hallazgo de la imagen, tal como seguidamente se narrará.

Cayo Obispo

Cayo Obispo, localizado por Juan Moreno “en medio de la Bahía de Nipe”, y mencionado por el ermitaño Onofre de Fonseca como “el lugar donde estaba la barbacoa en que la pusieron (a la Virgen) los naturales que luego la trajeron a tierra”, e igual mencionado por el ermitaño Joseph Julián  Bravo,s e considera el sitio donde los dos indios y el negrito rancheadores o buscadores de sal pernoctaron obligados por una tormenta  o ciclón que estaba azotando la zona y que les impidió proseguir hacia las salinas. Cayo Obispo se localiza a unos dos kilómetros de Playa de Morales. Desde este lugar, antes del paso del ciclón Flora, se podía llegar hasta Cayo obispo caminando cuando la marea era baja. En la actualidad posee una tupida vegetación.

Cayo de la Virgen, se cree, es el sito adonde llegaron los indios hermanos Hoyos y Juan Moreno a su regreso de las salinas. Entonces ya habían encontrado la imagen y por eso, relatan los ermitaños, la colocaron en una barbacoa. Sin embargo es justo decir que Juan Moreno en su declaración no nombra este sitio ni tampoco lo de la colocación de la imagen en una barbacoa.
 
Cayo de la Virgen

El célebre e incluso, mítico cayo de la Virgen, sencillamente es un promontorio internado en el mar, antes inaccesible cuando subía la marea y en tiempos de lluvia, ahora ya no, o sea, siempre accesible por una áspera lengua de tierra pedregosa ubicada en la Playa de Morales, entre las desembocaduras de los ríos Nipe y Centeno.

Playa Morales, punto en tierra firme para ir hasta el Cayo de la Virgen, dicen que se llama así por un señor de apellido Morales al que se lo comió un tiburón en la desembocadura del río Nipe, aunque, dicen otros que verdaderamente el tal Morales vivió allí pero que no se lo comió ningún tiburón.  Cerca hay unas lomas que también se llaman Morales, por lo tanto se infiere que el individuo fue el propietario. Muy cerca de la playa y del Cayo de la Virgen hay dos lagunas: Laguna Playa de Morales y La Salina o Salado de Centeno.

En la Península del Ramón, originariamente conocida como Punta Corojal, se destaca la altura de Júcaro y otras altitudes aisladas que nada más alcanzan entre los veinte y ochenta metros. Exactamente en esta península que ocupa todo el norte de la bahía de Nipe, se ubican tres salinas, una en Barrancones, otra al sur de Canalito y al norte de Punta Negra, esta la más pequeña de las tres, y la tercera al este de Punta Negra, en el lugar que llaman Punta Salinita. De las tres, la segunda “cuaja” todo el año, por eso es de allí de donde aún recogen sal las personas de los alrededores. Posiblemente sea en esa salina donde recogieron la sal que andaban buscando los rancheadores, pero, dice el ermitaño Joseph Julián Bravo, solo hubo para 9 tercios, no más.


Las salinas



De la costa de la bahía y siguiendo la dirección de tierra adentro se extiende, risueña, la llanura de Nipe, y seguiría hasta el sur si no es por un apéndice de elevaciones que le salen al paso, viniendo desde el noroeste y hacia el sureste. Son esas las alturas de Barajagua, unas colinas residuales entre los 100 m y 200 m de altitud, que dividen la llanura de Nipe de la gran llanura del Cauto y que pertenecen al grupo Maniabón. 

La característica principal del grupo Alturas Maniabón, de la cual forma parte las de Barajagua, es la existencia de una topografía cársica, con abundancia de cavernas, típicas  de las zonas calizas del país. (El Grupo Orográfico de Maniabón se extienden  desde el municipio de Gibara hasta el de Banes y Cueto. En él existen todas esas cuevas o cavernas que sirvieron de refugio a los aborígenes y cimarrones, y asimismo también aparecen sierras, lomas, cerros y mogotes de gran belleza, como el de los Portales, la Silla de Gibara, el Pan de Samá y la Mezquita de Colón hacia el norte y oeste, y hacia el este las alturas de Barajagua, que es el límite del sistema montañoso). Las Alturas de Barajagua imprimen una notable belleza paisajística a la vía Holguín-Mayarí y Holguín-Banes.

En la llanura de Nipe por donde corren varios ríos y arroyos que descargan sus aguas en la bahía; entre ellos, el río Tacajó con 52 Km de largo, y con 62 Km el río Nipe, y el río Mayarí, que es el más caudaloso de todos, con 110 Km de longitud.


En el enlace anterior puede oir un resumen apretado de cómo los artistas cubanos cantan a la Virgen de la Caridad del Cobre, Patrona de Cuba. 

El río Tacajó fue navegable hasta dos leguas más arribas de su bcoa, exactamente hasta el punto que llaman Boca de Báguano, y el Nipe, aunque con tanto caudal como el Mayarí, no puede ser navegado porque delante de su boca existe un banco de arena. Entre los ríos Tacajó y Nipe se encuentra el arroyo Centeno, de aguas salobres que desembocan en la bahía de Nipe formando un vasto estero que llaman El salado de Centeno. En las alturas de Barajagua nace el río de igual nombre que desemboca en el río Nipe.


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