Tacámara y Sabana Yeguas. Realengo denunciado por Diego de la Torre Salas, extendido desde al bahía de Nipe, el río Tacajó en el punto de la boca del río Báguano; por el río Tacajó hasta la loma de los Mulatos al occidente y al mediodía, hasta las cabezadas de Centeno. En 1769, Luisa Ruiz de Aguilar, viuda de Diego, mediante su apoderado, Cristóbal de la Cruz, le había arrendado las tierras, junto a las de Barajagua la Vieja, teniendo que pagar un censo de 500 pesos. En 1831, Miguel Jesús de la Torre le vendió a Tomás Guerrero 133 pesos de posesión, la tercera parte del valor del terreno realengo rematado por Francisco G. Leyva Guerrero, ubicado entre las haciendas de Tacámara, La Canoa, Jagüeyes y Arroyo Salado. En junio de 1832 el realengo era poseído por Onofre de la Cruz, declarándose limitante del terreno que este no tenía agua.
Véase. AHP: Fondo Protocolos Notariales. Escribanía de Aguilera. Año 1769, f. 58. Escribanía de Rodríguez. Año 1831, f. 2v. ANC. Junta de Fomento. Legajo 188, número 8485.