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17 de octubre de 2010

Barajagua


Barajagua. Según el historiador Diego de Ávila, el Hato de Barajagua se fundó en el último tercio del siglo XVI. Sobre el momento exacto existen varias precisiones: Morell de Santa Cruz, informó en 1757 que, iniciada la fundición en las Minas del Cobre en 1599, ¨ abrieronse estancias…y el ganado vacuno se puso quince leguas en las tierras de Barajagua con título de Hato del Rey, que hasta hoy conserva ¨; para 1601 Juan J. Arrom informaba ya la existencia del Hato; la Dra. Olga Portuondo Zúñiga, ha explicado que Francisco Sánchez de Moya, el concesionario de la Mina, ¨ más adelante, compró a Núñez Lobo un hato de ganado mayor y lo pobló con 800 reses – formaba parte del de Barajagua que incluía Puerto Pelado, donde guardan las reses --, y un corral de ganado menor hacia Bayamo ¨, procediendo el Hato de una antigua Encomienda, otorgada a los primeros conquistadores y luego trasmitida a Luis Bazán y María Tovar, más adelante heredada por el capitán Andrés Estrada, residente en Santiago de Cuba. Para el MsC. Roberto Valcárcel, el actual sitio arqueológico La Güira de Barajagua, ¨ coincide aproximadamente ¨ con la demarcación dada para el Hato del 1601 ¨ por lo que no serían improbable que el antiguo poblado indio se hubiera convertido a fines del siglo XVI en un sitio del mencionado hato ¨.  Los linderos dados por la Dra. Portuondo de acuerdo al Fondo de Realengos del Archivo Nacional de Cuba, eran: Desde el camino real a la ciudad hasta la Sierra de los Pinares, luego al río Guaninicum, derecho a  las sabanas de Maibío. Desde el camino real que va a la villa de Bayamo, por el río Cauto, hasta el río Salado. Desde éste hasta Cauto Abajo y, luego a Barajagua la Vieja y derecho hasta el arroyo de Tacámara. De Tacámara Abajo al río Tacajó Arriba, a la bahía de Nipe, por la orilla, hasta el arroyo cimarrón, luego hasta la Sierra. En 1741 las tierras realengas estaban arrendadas a Francisco Ramos Ferré, por un pago de 100 pesos anuales, pasando luego a Francisco Garzón y Maldonado. En 1758, el dueño lo era el principeño Diego de la Torres Salas, esposo de Luisa Ruiz de Aguilar, poseyendo en el Hato 600 pesos de posesión, 200 reses vacunas (la mitad de Guillermo Román), 20 cerdos, 7 caballos, 4 mulos y un burro y  le debía por censo de capellanía 700 pesos a Juan de León de Nápoles, sacerdote santiaguero, Consultor y Comisario Auxiliar del Santo Oficio y por la mensura del Hato, 300 al agrimensor Baltasar Díaz de Priego. En el sitio de Mejías poseían el sitio, 10 reses vacunas, 30 cerdos y dos yeguas. En 1769, Luisa, ya viuda de Diego, mediante su apoderado, Cristóbal de la Cruz, le había arrendado a Pedro Hernández, las tierras de Barajagua la Vieja. Poco después, Luisa declaró que el hato había sido comprado por su marido ¨ con los inmediatos realengos que también los sacó a censo y tributo y por ciertos contratiempos de fortuna esta pendiente en litigio ¨. Al parecer este litigio parece deberse al censo de capellanías del que era propietario el sacerdote Juan de León, al que en 1776 le debían 3 750 pesos. Definitivamente, ese año le vendieron la posesión con dos leguas a cada viento desde el fundo principal de Barajagua del Medio, en 5000 pesos, de los que se dedujeron las deudas acumuladas. En el deslinde de la venta al sacerdote, se hizo constar que el mismo partía ¨ desde el centro que está en la sabana de Limones en el camino real a Cuba, un montón de piedras antes de llegar a las casas de dicho hato, al norte hasta el río Birán que hay tres leguas y volviendo al centro, al sur 33 grados... etc. ¨. El deslinde para la venta fue realizado por José Zayas Bazán en ese 1776, dando origen al Hato de Barajagua del Medio y al Corral de Mejías, posesiones independientes. En 1779 una Real Cédula referida a las Minas de Cobre reconoce a José Zayas Bazán en calidad de agrimensor sobre las tierras de Barajagua. En noviembre de 1780, hubo una oposición sobre los resultados del deslinde realizada por los descendientes de Eguiluz, el antiguo concesionario de las minas que reclamaban la propiedad sobre las tierras; pero no lograron probarlo y una Real Cédula de 8 de abril de 1800, declaró realengas las tierras del hato de Barajagua. En 1806, un nuevo agrimensor, Juan de Dios Zayas, al mensurar la posesión por su extensión determinó la existencia de un Hato y un Corral, excedida en ambos casos: Hato del Medio con 1 772 caballerías y el Corral de Barajagua La Vieja o Mejías con 923 caballerías. Sobre la base del deslinde, en 1809, Diego Hierrezuelo, apoderado de los herederos de Juan de León y Nápoles, le vendieron a Miguel Villalón 4/5 partes del Hato de Barajagua del Medio. En 1819, Buenaventura de las Cuevas, albacea de Nicolás y Antonia Nápoles, herederos de Juan de León y Nápoles, le vendió a Manuel José Prieto, el quinto restante del Hato del Medio y su anexo de Barajagua la Vieja, bajo la denominación de Hacienda Mejias, con una superficie de 124 709 cordeles, que lo hacían una posesión de Corral, poco después vendida al santiaguero José Dolores del Río y Vargas, con sus dos sitios: Barajagua la Vieja y la Güira. En 1824, José Dolores le arrendó a Luis de Gracia Pupo, la Hacienda de Mejías por siete años. El 5 de octubre de  1835 la Hacienda fue vendida a Ángel Pupo Reyes y Luis de García, en 4000  pesos. En 1865 lindaba al norte con Tacámara, al sur, con el Hato del Medio, al este, con Jagüeyes y al oeste con la Canoa.  

Véase. Diego de Ávila. Memoria sobre el origen del hato de San Isidoro de Holguín. Pp. 99 y 100. Olga Portuondo. La virgen de la Caridad del Cobre: símbolo de cubanía. Pp. 37, 50, 84. Roberto Valcárcel. Introducción ala arqueología del contacto indo hispánico en la Provincia de Holguín, Cuba. P. 71. AHP. Fondo Protocolos Notariales. Escribanía de Lorenzo Castellanos. Año 1758, ff. 20, 24v y 27. Año 1769, ff. 58 y 84. Año 1776, f.  57v. Escribanía de Manuel de J. Rodríguez. Año 1825, f. 21. Síntesis histórica del Municipio Cueto. Material mecanografiado inédito, p. 12 y 13.  La visita eclesiástica. Morell de Santa Cruz, pp. 111 y 163.