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10 de julio de 2010

Así es Gibara (Decimo tercera parte)



No lo asesine, está en su pueblo, Gibara, la Villa en que

Blancas son sus playas;
Estrecho es el Ferrocarril;
Estrechas fueron las murallas
Que formaron su perfil.

En que Pompeyo Díaz, dice:

Desde los tiempos de España
El único en toda Cuba
Para los trenes pasar,
Cavado en dura montaña,
Tiene Gibara su túnel
Que hoy parece bostezar.

Pueblo sin epidemias, donde los médicos no tienen trabajo porque el Médico es Dios.

Pueblo que tiene las playas, puede, decirse, en el mismo portal de su vecindad.

Pueblo donde ricos y pobres se confunden en una sola personalidad.

La novia del Sol, encantado Edén, donde la belleza mora, llevando en cada una de sus mujeres un pedazo de Cielo.

Playón que otorga salud.

Bastión que azota una brisa suave que apaga la calentura a sus blancos arenales.

Pueblo con Alma y con Personalidad.

La Villa que por Tiano Verdecia, es además:

Algo que se pierde en un final...

Algo que es un poco de espuma al Norte.

Algo que se esconde en un halago de paz, sostenida por los vientos, luz y sol.

Algo que duerme al soplo perpetuo de callada quejumbre, de un mar siempre iracundo.

Un bello rincón donde prenden hechos históricos, entre un abanicar de armonías naturales, que se detienen en un parpadeo de tristes lamentos y alegres alardes con un bombardeo de grandes esperanzas.

Un pueblo bien trazado al ritmo de un alto montañoso, donde se destaca imponente al confín lejano, elevada porción que semeja una Silla, cuya silueta marca un punto de orientación en la ruta a seguir al navegante de paso.

Un lugar propio al descanso.

Un sitio ideal para borrar penas, para soñar y empezar de nuevo la vida, mascullando sus ilusiones.

Un recodo para hacer un alto y jugar al amor y gozar de sus antojos.

Un refugio cobijado por un limpio cielo, un sol ardiente, con un abanicar de brisas suaves y frescas.

Su personal es honrado, humano, cultivado, de un espíritu al concierto de mutua cooperación; con el alcance sentimental de no tener distingos sociales ni raciales.

Vivir en Gibara, es vivir libre, es vivir cómodo, es vivir jubilado de Dios. Constituye un privilegio, porque la muerte casi nunca llega y el individuo se ve envejecer.

Todo en ella provoca sueño.

Es un Paraíso, es una gloria su pequeño solar.

Tiene dos ríos; lagunas donde abunda la caza y la pesca; llanuras propias para el cultivo; cuevas con amplios salones; montes altos, cerros, tupidos palmares y minerales de gran valor.

¡ES BELLA! ¡ES SABROSA!

¡ASI ES GIBARA!

HOLGUIN, AÑO DE 1957
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