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La aldea a la mano (Holguín, Cuba)

21 de febrero de 2010

El salto del Guayabo, un lugar imposible de imaginar, solamente soñarlo.

Nunca he conversado con el fotorreportero Juan Pablo Carreras aunque, comunmente, nos encontramos por ahí, por esas calles nuestras. Incluso, tampoco he hablado con él durante el tiempo en que se desempeñó como comentarista de un programa de radio en la emisora en que trabajo. No sé por qué nunca hemos hablado. Pero juro que lo conozco hace muchos años y desde hace años miro sus fotografías. Las del Salto del Guayabo son, sencillamente, asombrosamente bellas.



El Salto del Guayabo - Principal atractivo del Parque Nacional La Mensura.

Situado a una altitud de 546 metros sobre el nivel del mar, El Salto del Guayabo está formado por dos saltos de agua con caídas verticales de 85 y 127 metros, respectivamente, y los senderos que conducen hasta la cúspide donde se produce la caída libre, y hasta donde se unen ambas cascadas.
Se destacan en la vegetación típica, 36 especies de orquídeas, 33 de helechos y numerosos arbustos emergentes y árboles que alcanzan entre los 15 a los 20 metros de alto.
La fauna, de alto valor endémico, está representada por el Tocororo, ave nacional de Cuba, el cual nidifica y coexiste en el entorno, la cartacuba, el negrito, el gavilán coli largo como especie amenazada, además del tomeguín del pinar, el majá de Santa María y la jutía; también se localiza el ruiseñor, que se reproduce durante todo el año en montes conservados y zonas bien protegidas

Un lugar imposible de imaginarlo, solamente soñarlo


El Salto del Guayabo está situado en medio del Parque Nacional La Mensura, donde se han registrado 293 especies de la flora, de ellas 67 endémicas y alrededor de 90 de la fauna. Aunque son dos saltos, casi siempre se habla en singular, sobre todo para referirse al más alto de Cuba, que es en este caso el que mide 240 m, pues el otro deja de existir en tiempos de sequía. El Guayabo es la espina dorsal de un entorno que recorre 576,7 hectáreas.


No sería el gran salto que todos admiran si no fuera como el agua que nace de una tierra fértil, sana, viva.


Desde un rústico mirador, nace un angosto sendero de 1 200 metros que adentra al visitante en una espesura vegetal de helechos, palmas y arbustos de variada raigambre y colorido hasta la poza de San Rafael, donde puedes contemplar el remolinar del agua en su descenso y lograr espléndidas fotografías.





1 comentario:

  1. Exelente documento. Mi nombre es Rafael Alejandro Lopez, soy de Holguin. Me siento orgulloso de aquellos que se dedican a realzar las bellezas de nuestro entorno Cubano. Bravo por ti Juan Pablo.

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