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19 de noviembre de 2009

Poemas de Delfín Prats

HUMANIDAD


Hay un lugar llamado humanidad
un bosque húmedo después de la tormenta
donde abandona el sol los ruidosos colores del combate
una fuente un arroyo una mañana abierta desde el pueblo
que va al campo montada en borrico
hay un amor distinto un rostro que nos mira de cerca
pregunta por la época nueva de la siembra
e inventa una estación distinta para el canto
una necesidad de hacer todas las cosas nuevamente
hasta las más sencillas
lavarse en las mañanas mecer al niño cuando llora
o clavetear la caja del abuelo
sonreír cuando alguien nos pregunta
el porqué de la pobreza del verano y sin hablar
marchar al bosque por leña para avivar el fuego
hay un lugar sereno un recobrado y dulce lugar llamado
humanidad



ABRIRSE LAS CONSTELACIONES

No los reduzcas al espacio
demasiado estrecho de tu verso
(tu árbol es un árbol
alzado en mitad de la sabana
contra la el que se cierne
la apretada soledad de la noche)

No los encierres en tu casa
(tu casa es un refugio
y sólido
pero en su hondura
persistentes resuenan
ecos de pasos y voces ancestrales)

No los reduzcas tampoco a la ciudad
(el verso la casa la ciudad son límites
muros que será preciso violentar
para escapar al aire más vasto de la Isla)

La Isla es el compendio en fin
de tu verso tu casa y tu ciudad
pero no los restrinjas a la Isla
ellos se asomaron mucho más allá
ellos vieron del otro lado del horizonte
abrirse las constelaciones


TODA LA LUZ DE ABRIL ENTRE TUS OJOS

Edifiqué sobre tu cuerpo
torres levanté desde allí bajo la luz de abril
fue nuestro mes: el más alto premio para mí
que había extraviado los senderos de la dicha
y la encontraba ahora
entre la gente tu cabeza era más bella
que mi más bello sueño
te había buscado a través del asedio de los otros
y te encontré contra mi cuerpo
mi piel se sobrecogió junto a la tuya
pero los espléndidos días se han apagado entre nosotros
la plenitud de un momento está llena de dolorosa sombra
no hablaré ahora de esa plenitud
nunca existieron los lechos los cuerpos desnudos
el vino la música desesperada

Amigo mío qué difícil olvidar ese gozo
y dejar que se extinga
toda la luz de abril entre tus ojos


PERO EN EL VIENTO SU RUMOR LLEGABA

Ámalo, pero ámalo
como si todo hubiese concluido y pasado
como si desde el futuro más remoto
recordaras el vino de tus mejores años
el verano de mil novecientos ochenta
el catorce de abril
cuando fue tuyo
en un hotel cercano al mar
cuyas ventanas no daban al mar
pero en el viento su rumor llegaba
y él venía a ti como una ola
muriendo a las orillas de tu cuerpo



2 comentarios:

  1. César, Delfin es conmovedor por lo que escribe y por su historia. GRACIAS.

    He decidido poner un link de tu blog en mi blog lA ISLA y LA ESPINA para no perderte la pista

    Un abrazo santiaguero

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  2. Que genio, Delfin!!!!!!!
    Mis respetos

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